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Críticas de Cinemagavia
Críticas 3 988
Críticas ordenadas por utilidad
9
10 de octubre de 2020
70 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una serie muy cinematográfica

La serie Antidisturbios es increíblemente cinematográfica. Había leído varias entrevistas al director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, diciendo que merecía ser vista en pantalla grande. Tras tener la suerte de verla en el Kursaal, entiendo a qué se refería. Son cinco horas que se pasan volando. Se nota que Rodrigo Sorogoyen y todo su equipo han afrontado los capítulos como si fueran parte de una película. Tienen el mismo ritmo narrativo y una estética visual similar a la que encontrábamos en trabajos anteriores como El Reino o Que Dios nos perdone.

El punto de partida de la serie es mostrarnos el día a día de un equipo formado por seis policías Antidisturbios, pero acaba yendo mucho más allá. En el primer capítulo, los iremos conociendo al tiempo que son enviados a ejecutar un desahucio de riesgo. En el piso donde deben proceder, encuentran gente de una plataforma antidesahucios esperándolos. Enseguida vemos que no va a ser fácil. Este primer capítulo es el mejor de todos y consigue unos índices de tensión acumulada magistrales. Las consecuencias trágicas que tendrá el alzamiento, derivarán en una trama mucho más compleja con implicaciones políticas y sociales.

Cada capítulo de Antidisturbios, tiene como título el nombre de uno de los integrantes del cuerpo. Se buscará profundizar en la psicología de cada uno de los personajes implicados, combinándolo con la investigación del incidente por parte de unos policías de asuntos internos. Y es que, aunque la serie lleva el título de Antidisturbios, el punto de vista principal lo tiene una policía metódica y obsesiva encarnada de forma sorprendente por la actriz Vicky Luengo. En la primera escena que aparece, la veremos jugando al Trivial Pursuit con su familia. Un momento de apariencia banal que servirá para describirnos a ese personaje magistralmente.

*La corrupción como mal endémico

Antidisturbios es pura adrenalina. Prepárate para asistir a un espectáculo de primer orden que combina acción y thriller policíaco, sin descuidar nunca la concepción de sus personajes. Tiene un reparto espléndido donde encontramos a Raúl Arévalo, Álex García, Hovik Keuchkerian o Roberto Álamo. Todos están magníficos, protagonistas y secundarios. Para hilar todos los episodios y no perder el interés, Sorogoyen, Isabel Peña y Eduardo Villanueva, urden una trama compleja con buenos giros, donde se incide en algunos temas que ya estaban presentes en El Reino. Se describe la corrupción como mal endémico de un país y la necesidad de las cloacas del Estado de buscar chivos expiatorios para salvaguardar el status quo de las instituciones.

A veces sobrevuela un discurso ventajista que se mira en el espejo de hechos recientes acontecidos en España, pero nunca acaba siendo tan adoctrinante para que moleste. Más allá de algunas pequeñas licencias de guion y pequeños excesos innecesarios en la caracterización de los personajes, la serie funciona como un tiro. Estoy convencido que va a reventar audiencias al tratarse de una de las mejores ficciones para televisión que se han hecho jamás en este país.

La realización y el montaje están llenos de garra. Nos deja sin respiración y con los ojos como platos durante todos los capítulos. Hay que destacar las escenas de acción de los episodios 1 y 5 (el desahucio y el control policial de un partido de fútbol). Son secuencias de pura tensión verdaderamente antológicas, nada que envidiar a los mejores blockbusters norteamericanos. En el resto de la serie se apuesta más por una intriga policial clásica que mantiene siempre la carga dramática, gracias a la sólida construcción de unos personajes poliédricos. Los buenos y los malos se confunden. Los prejuicios y los estereotipos se matizan.

*Conclusión

Antidisturbios es una miniserie española de 6 capítulos de unos 50 minutos de duración cada uno. Está creada por Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, que llevan trabajando juntos desde Stockholm. Combina intriga policíaca y acción frenética, con un trasfondo social muy reconocible. Pero por encima de la trama, está la concepción de los personajes, todos muy bien interpretados. Si tuviera que elegir, me quedo con el trabajo de Vicky Luengo y de Hovik Keuchkerian. Pero todos están geniales y muy bien elegidos para cada rol.

El tratamiento visual es poderoso y espectacular, siempre subrayado por la música de Olivier Arson. Sorogoyen se luce como nunca y demuestra que es el cineasta español actual con más talento, junto Alberto Rodríguez, para poner en imágenes este tipo de secuencias. Antidisturbios tiene un concepto curioso con el uso de las lentes de cámara. El primer episodio está filmado con muchos grandes angulares, sin embargo, a medida que avanzamos por los siguientes episodios irán desapareciendo. Ya en el último capítulo no se utiliza ninguna lente angular.

Con esta concepción visual, se busca sumergirnos dentro del cuerpo de Antidisturbios, como si el espectador fuera uno más en plena acción. Luego, se propone un distanciamiento progresivo para que evaluemos la situación desde una posición más lejana y analítica. Para entonces, ya conocemos los hechos y quién es quién. Es un recurso inteligente que nos sirve para abstraernos y liberarnos de todos los prejuicios iniciales con los que afrontemos la serie. Por cierto, el productor ya ha confirmado la intención de realizar una segunda temporada si se encuentra una trama suficientemente interesante. Yo os adelanto que no me la perderé y vosotros tampoco deberíais. Antidisturbios es la mejor serie española del año.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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6
1 de febrero de 2020
61 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Del terror al drama adolescente

El cómic es una obra que mezcla el terror clásico con el género de aventuras, además de reflexionar sobre el drama con el que se encuentra la familia protagonista. Las aventuras corren a cargo de Tyler, Kinsey y Bode, los hermanos Locke, pero la obra se va introduciendo poco a poco en lo terrorífico.

En la serie, el tono de aventuras juveniles pasa a ser de drama adolescente. Especialmente durante sus primeros episodios deja la sensación de avergonzarse, en cierta medida, de su cara fantástica y de terror. Aunque con el avance de los episodios la inclusión de estos géneros es bastante más clara, el drama de instituto no cede en importancia. Casi todo el desarrollo de los personajes se muestra a través de las relaciones con sus amistades estudiantiles.

Los personajes protagonistas arrastran ciertos traumas desde el comienzo de la serie. Esos traumas se resuelven en pantalla con un par de malas caras del personaje en cuestión y una nueva amistad o una salida con las ya conocidas. También podemos ver como la narración trata cierta adicción de una forma demasiado ligera, casi obviándola durante parte de la temporada.

La violencia es otra característica muy destacada de los cómics, y que se ve muy recortada en pantalla, probablemente con la intención de obtener una calificación por edades que haga optar a mayor cantidad de espectadores potenciales. No es que haya desaparecido por completo, pero de la violencia cruda y explícita de las ilustraciones pasamos a unas imágenes que intentan no mostrarla de forma directa o rebajando la parte cruenta.

Por expresarlo de un modo más rápido y directo, el tono de Locke & Key está más cerca de Élite que de La maldición de Hill House.

*Ritmo acelerado y exceso de aclaraciones

Las tramas lejos de ser desarrolladas a un ritmo adecuado y con las justificaciones necesarias, se van sucediendo y atropellando entre ellas. El ritmo narrativo es altísimo a la hora de justificar las acciones de los protagonistas. Al mismo tiempo se suceden las explicaciones sobre lo que ha ido ocurriendo, para que nadie se pierda en la narración.

Se da por hecho que el espectador es perezoso y la solución es no remover esa comodidad, sino perpetuarla. El episodio final de Locke & Key es buen ejemplo, la duración del mismo es la más corta de toda la temporada, y la resolución se da en el primer tercio, gran parte del metraje restante se dedica a aclarar de forma repetitiva lo que ha ocurrido.

*La dificultad de las adaptaciones

Trasladar de formato una obra no es una tarea sencilla, si se hace de forma muy literal acaba desaprovechándose lo que puede ofrecer el nuevo medio. Si por el contrario hay un distanciamiento muy grande, la obra original apenas quedará plasmada. Los problemas de Locke & Key no están relacionados directamente con el hecho de ser una adaptación. De hecho, como adaptación es bastante correcta, muy apegada al cómic en lo icónico de ciertas imágenes, y con las variantes suficientes para resultar atractiva a los lectores de la obra original.

*Conclusión

El problema es que nos encontramos con un producto cuyo resultado final está demasiado cercano a esas series cómodas y que aportan muy poco. Es otro de esos productos que parecen estar concebidos para consumir mientras estamos realizando otra tarea, esos excesos explicativos y las repeticiones constantes apuntan en esa línea. Se nota que hay un cierto nivel de producción, pero tampoco la dirección aporta demasiado en lo visual. En cuanto al reparto, tampoco está a un gran nivel, más bien al contrario, ciertas actuaciones no favorecen la empatía con los personajes.

En definitiva, Locke & Key es un producto muy enfocado a cierto tipo de espectadores y que por ahora no apunta a convertirse en una gran serie. Como decía Kurt Cobain, «apesta a espíritu adolescente».

Escrito por Juan Avilés Torres
Cinemagavia
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6
27 de mayo de 2023
56 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Almodóvar siempre había querido hacer un western queer

Pedro Almodovar declaró que en su momento tuvo en sus manos el guion de "Brokeback Mountain", película a la que volveremos más tarde, pero rechazó dirigirla por el miedo a perder el control artístico sobre la cinta. No es de extrañar ya que sabemos que es algo habitual en Hollywood. Finalmente acabó dirigiendo la película Ang Lee. Pero la espinita se quedó clavada en el director español y ha inspirado este cortometraje que se diferencia en varios aspectos de la cinta de Hollywood.

“Me ofrecieron Secreto en la Montaña, pero tenía muchas dudas. Pensándolo bien no sé si cometí un error o no (por no haberlo hecho). Me prometieron total libertad artística y corte final, pero era una historia tan física, no es sólo que los personajes se acuesten juntos una vez. Creo que Ang Lee fue tan lejos como pudo y me gusta mucho su versión. Pero yo siempre la imaginé de una manera diferente.” comenta.

“La forma en que entendí el sexo entre los personajes fue casi como este acto sexual animal. Hubiera agregado muchas escenas de sexo y no creo que realmente me hubieran dejado” dice Pedro Almodóvar.

"He querido hacer una película del Oeste centrada en el deseo sexual compartido entre dos vaqueros; estamos en 2023 y hasta ahora no se había hecho algo así" asegura el director de Extraña forma de vida en la rueda de prensa posterior a su estreno en Cannes.

*Mucho sexo pero poco contenido

Extraña forma de vida dos tramas principales. Por un lado tenemos la relación entre los personajes principales, Jake (Hawke) y Silva (Pascal), dos conocidos que compartieron dos meses de relación durante su tiempo como cowboys hace 25 años y que se reencuentran cuando sus vidas han cambiado totalmente. En este reencuentro se nos deja clara su relación y con dos pinceladas nos dejan muy claro como han sido sus vidas.

Por otro lado tenemos la trama de suspense en la que se nos desvela que el encuentro no ha sido nada casual. Silva necesita algo del Sheriff Jake. El problema es que pese a que conectaron mucho en un momento de sus vidas ahora se han distanciado y son dos personas muy distintas de las que eran hace 25 años. No voy a incidir en esta trama para evitar los spoilers. Funciona bien, sabe solucionarla y termina de una forma brillante.

Hasta aquí todo bien. El problema de la película Extraña forma de vida es que no hay más contenido que ese. Puede que Almodóvar no le encontrase la gracia a no tener casi sexo entre vaqueros en "Brokeback Mountain" pero tampoco es que él muestre tanto sexo en su corto. Y por otro lado creo que la gracia de la película de Aang Lee es algo más que el sexo entre dos hombres, es como dos hombres que viven donde viven y en la sociedad en la que conviven intentan aceptar y vivir con su homosexualidad. Sí, evidentemente, compensa tener escenas más o menos eróticas (reincido en que tampoco es para tanto) entre Ethan Hawke y Pedro Pascal, pero eso no justifica que no sea un producto bastante vacío porque Almodóvar no va más allá.

*El carisma del los actores salva el corto

Si bien es cierto que no soy muy de Pedro Almodóvar y no he visto su obra entera voy a juzgar el corto por lo que es. A mi me parece que la película Extraña forma de vida con otros dos actores no tendría gracia alguna. Incluso creo que el mismo corto lo demuestra en su flashback en la que podemos ver una versión más joven de los dos protagonistas que lo único que aporta es un chiste y una escena de "sexo" apasionado entre dos jóvenes. Nada que no hayamos visto antes ni nada que nos deba sorprender en pleno 2023.

Pero por suerte Pedro Almodóvar es un tipo inteligente y tiene buenos contactos. Ethan Hawke es uno de esos actores que siempre cae bien. A mi me encanta y veo cualquier cosa que haga. Pedro Pascal es el hombre del año, el "internet daddy" y seguramente el actor más "hot" del momento. Solo con ellos ya tienes el corto vendido y gracias a ellos se sostiene esta historia. Tienen carisma en pantalla, tienen mucha química juntos y saben hacerse con el papel para que a los dos minutos sepas que tipo de personaje son cada uno.

*Conclusiones

Pedro Almodóvar no ha innovado tanto como quiere hacerle creer a todo el mundo. Extraña forma de vida es un western queer, sí. Pero no deja de ser menos profundo que "Brokeback Mountain" o "El Poder del Perro", dos películas donde si se explora la homosexualidad y su represión en un mundo profundamente masculino y heterosexual. Aquí solo tenemos sexo entre dos hombres. Sexo entre escenas, repito. Que ni tan solo es tan explícito como para resaltarlo.

Escrito por Daniel Buron
Cinemagavia
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9
21 de enero de 2021
45 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Amar

Russel T. Davies sabe cómo pocos creadores, brindar historias llenas de humanidad y de personajes fascinantes. Hay un florecer en esta historia, hermoso, cálido y enternecedor, que resulta rematadamente intrínseco de la juventud y la vida misma; aunque la juventud de una persona queer llega a verse ensombrecida y más, cuando uno la vive en la década de los ochenta. It’s a sin es una miniserie que te atrapa desde el minuto uno, por lo carismáticos y genuinos que llegan a ser sus personajes. Cada uno es muy distinto entre sí, pero ninguno de ellos te resulta irrelevante o simplón.

Las amistades y vivencias que llegan a cultivar entre ellos, los marcan de mil maneras posibles, en medio de una sociedad que los marginaba y los forzaba a esconderse del resto. Todo el mundo daba por hecho de que había que mantener en secreto la homosexualidad; ya que podía implicar despidos fulminantes, arrestos policiales, etc… A pesar de ello, los protagonistas de esta serie se atreven a gozar de la libertad de amar sin límites, creando un mundo paralelo a su alrededor. En ese aspecto, tiene una estructura narrativa muy parecida a la del largometraje de Robin Campillo, 120 pulsaciones por minuto; en ambas hay una catarsis emocional y sexual, que sirve como antesala de lo que posteriormente pasara.

*Culparse

Esa catarsis y libertad juvenil que experimentan nuestros protagonistas, acaba siendo quebrantada por el virus del VIH. La ambientación que exhibe It’s a sin está muy lograda, al igual que se narra de forma muy acorde con la realidad de aquella época. Había una confusión y desinformación atroz, con respecto a la propia naturaleza del VIH. ¿Cómo llega uno a infectarse de ello? ¿Qué se debe hacer para no contraerlo? ¿A qué grupo de la población le afecta? Son algunas de las preguntas sin respuesta que van afligiendo a los protagonistas. Esa estigmatización y discriminación por parte de la sociedad mayoritaria hacia el colectivo queer, es uno de los aspectos principales que se aborda en la serie; ya que el VIH sirvió como la justificación perfecta, para perseguir y castigar las conductas homosexuales.

Al final vamos viendo cómo va calando en este grupo de individuos, la gran falacia del castigo divino que recibe alguien por el mero hecho de ser gay. Es uno de los elementos que hacen de esta ficción, algo muy difícil y descorazonadora de ver; ya que vemos a personajes que derrochan una verdad y humanidad, que hace que te resulte imposible sentirte ajeno a su dolor. It’s a sin nos habla de un pasado que tiene semejanzas con el mundo actual. Un mundo que aún no ha sabido desprenderse de los enjuiciamientos y pensamientos dogmáticos de la religión.

*Avergonzarse

Otro dato interesante que me gustaría apuntar, es el que tiene que ver con el nombre de la serie. El nombre de la serie, hace referencia a la mítica canción de la banda británica, Pet Shop Boys. Os animo a todos aquellos que vayáis a ver la serie, a que escuchéis y leáis cada una de las estrofas de esta canción; ya que trasmite de manera directa, el espíritu de esta serie.

Después de la culpa llega la vergüenza y con ella, la fatalidad y el miedo. La vergüenza es otro de los elementos narrativos que trata la serie y que considero importante a destacar. Esto lo vemos principalmente, a través del personaje de Ritchie Tozer y su familia. Aunque es una serie coral en la que todos tienen un protagonismo equilibrado, considero que la historia de este personaje es la más clarificadora. El arco narrativo de este personaje tiene una evolución interesante y a la vez compleja, que lo convierte en el punto de inflexión final. Él es el resultado de esa culpabilidad y vergüenza a la que se han visto sometidos todos los demás, en menor o en mayor medida. Hay una especie de “plot twist” final (del que por supuesto no hablare), pero que le parara a más de uno la respiración por un instante.

*Conclusión

It’s a sin es una miniserie dura, desoladora y que va directa al corazón del espectador. Otra obra maestra más la que nos brinda Russel T. Davies, siguiendo la estela de otras series como Queer as Folk y Years & Years. Una miniserie que te encandilara desde el primer minuto por su increíble trama, al igual que por sus genuinos y carismáticos personajes. Una de las sensaciones seriefilas de este 2021, que no me cabe la menor duda que dará mucho que hablar. En definitiva, es una miniserie que alberga mucha verdad y humanidad. Una miniserie que se podrá disfrutar a partir del próximo 23 de Enero, a través de HBO España.

Escrito por Daniel Jimenez
Cinemagavia
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8
9 de mayo de 2024
55 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un enfoque distinto

Ya lo dijo en su momento el propio Wes Ball, director de El Reino del Planeta de los Simios, que se priorizaría en todo momento trabajar bien en el guion y el resto de aspectos importantes de la producción. Más que nada por ser una de las grandes marcas de la propiedad. Los grandes resultados requieren de paciencia, y tenía toda la razón. Esta primera película del nuevo comienzo es prueba de ello, que lo bueno ha de cocerse a fuego lento. Es la experiencia de los últimos años, sobre todo lo hemos visto en Marvel y sus agotadas fases, que correr no sirve para más que desperdiciar recursos, tiempo y enormes cantidades de dinero.

Es decir, que el presupuesto no es lo más relevante, incluso aunque estemos hablando de una apuesta tan requerida de efectos especiales. Este es el enfoque distinto del plan renovación de la franquicia, y parece que ha ido bien. Es obvio que debe juntar grandes dosis de acción y un apartado visual lo más pulido posible, e incluso hay ciertos aspectos de serie con los que uno puede tragar, como el asunto de la extensión. ¡Cuándo dejarán de producir películas de más de dos horas!

Respecto al primer pilar, cumple con creces en los momentos propicios, con luchas y combates que enriquecen la eterna guerra por la dominación de la tierra. Si hablamos de los exteriores, los efectos especiales y todo lo que va en este sentido, es imposible no quedarse boquiabierto. Incluso diría que la sensacional recreación post-apocalíptica de este mundo alternativo solventa en gran medida el inconveniente de estar mirando a la pantalla 145 minutos de tu vida. ¡Demasiado tiempo! Casi tres horas nada menos, aunque he de romper una lanza a su favor diciendo que es un tiempo bien invertido. Cansa, porque física y psicológicamente es inevitable, pero literalmente te pierdes, en el buen sentido, maravillado con lo que ves, entre acero oxidado, caballos y flora en abundancia.

*La historia en el centro

Es decir, lo menos importante de todo lo relevante de El Reino del Planeta de los Simios está asegurado. El objetivo, y sigo con lo de Wes Ball, siempre fue dar peso a la historia, a lo que verdaderamente trasciende. Sí, estamos hablando de un relato contado cientos de veces, que además se incluye en un conjunto inverosímil como es la guerra por la supervivencia entre la especie humana y su pseudocreación peluda. Pero es crucial dotar a la ficción de poso, al menos de vez en cuando, es posible. Los guionistas de esta nueva entrega lo han hecho muy convincentemente. Tanto que el mismo César, auténtico corazón de esta movida, estaría contento con su legado.

Estamos ante una narración de digno recorrido, y por ende gran potencial para seguir desarrollando. ¡Tiene alma! Y qué difícil es verlo en este tipo de géneros. La corteza es la misma, una metáfora incesante sobre sangre, poder y sometimiento a lo diferente, esa lección que ya recibimos y tristemente sigue afectándonos en 2024. Claro, somos humanos y no aprendemos del todo. Personas y simios representan lo mismo, ambas caras de la misma moneda, para lo bueno y para lo malo.

Y en esta travesía a dos y cuatro patas, entre vuelos de águila y escaladas de montañas, se transpira también lo peor de lo peor, la parte más oscura, la que refiere a la corrupción, la ambición desmedida y los planes endiosados. Ahora, la contraparte que llena el espíritu aparece con más fuerza. Porque siempre es así, con un tamaño más reducido, casi rebuscándolo, pero irrumpiendo para cambiarlo todo. También vemos una historia sobre familia, sentido de pertenencia y lazos inquebrantables, se respira mucho sacrificio, perdón y reconciliación, y hay compasión a raudales.

Y esto es posible porque se ha pensado muy bien a la hora de escribir las páginas que determinarían esos 145 minutos de película. No solo se alegra uno de ver que la historia está muy bien conectada con la trilogía de César, con los valores que conlleva, sino que continúa a paso firme, seis años después, y los que quedan. Más que nada porque los personajes están muy bien definidos y desarrollados, y terminan cautivándote para hacerte uno más del clan. ¡Hay futuro amigos! Los simios nos lo prometen.

*Conclusión

Ya no hay Andy Serkis ni César, nos situamos 300 años más tarde y sus cenizas han dado paso a la leyenda. ¿Cómo será interpretada por los futuros simios y humanos? Solo has de reservar butaca para comprobarlo y de paso pasarlo muy bien. Una gran película para cualquier amante del cine. Imprescindible para los seguidores de la franquicia. El Reino del Planeta de los Simios será un éxito rotundo.

Escrito por Gabriel Sales
Cinemagavia
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