Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Paco Garrido
<< 1 10 11 12 20 45 >>
Críticas 221
Críticas ordenadas por utilidad
7
16 de mayo de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Welcome to the jungle. Bienvenidos a la locura, a la violencia y a la desbordante acción, que incubada en la mente de George Miller, hará las delicias de los amantes del superávit adrenalínico. El director de Babe, el cerdito en la ciudad (¿...?) o Happy Feet vuelve a rescatar la saga que le hizo triunfar hace más de tres décadas con un jovencito Mel Gibson a la cabeza de manera fulgente, a priori de lo que cabría esperar, con un ardoroso Western futurista.

Los fans de la trilogía Mad Max (Salvajes de autopista, El guerrero de la carretera y Más allá de la cúpula del trueno) deberían descorchar el champán y celebrar la victoria conseguida con esta cuarta entrega, pues si buscan todo lo excesivo de las añejas lo encontrarán en mayor cantidad y elevado a la máxima potencia.

Tom Hardy y Charlize Theron protagonizan la nueva aventura en los vastos desiertos de un futuro postapocalíptico plagado de miseria, locura, motores, rueda quemada, pólvora y carencia de aburrimiento. Miller sentó la base del futuro que iba a encontrar la humanidad en su trilogía original, aquí estamos ante un resultado mucho más desastroso, con escasez de elementos básicos como agua o comida, la lucha por el combustible sigue a la orden del día y la tiranía asoma por la ventana de la ciudadela donde se desarrolla la trama. Furiosa y Max comienzan una frenética aventura en busca de la rendición, la supervivencia e incluso la espiritualidad en territorio hostil, y lo mejor de todo es que nos pillará a nosotros de por medio.

Implacable espectáculo a nivel visual, sonoro, coreografiado de manera formidable y con una ambientación que ni pintada. Diseño de escenarios, vestuario y bólidos francamente bueno, desproporcionado en cuanto a los vehículos pero acorde con el exceso general del film. Intensas escenas de peleas, combates cuerpo a cuerpo o desde los coches, violencia explícita aderezada con fuego y un ritmo vertiginoso convirtiéndose en pura dinamita. En este punto es donde radica la majestuosidad de Mad Max: Fury Road, el punto flaco viene a la hora de confeccionar el guión, parco en palabras y en originalidad narrativa, sitemáticamente podemos definir los acontecimientos como previsibles, no todos pero si la gran mayoría. Ciertamente, se queda en segunda plano y nunca mejor dicha, ya que la cinta está confeccionada y pensada para que la imagen/sonido sobrepase la de la trama, consiguiéndolo sin lugar a dudas. Los guionistas no se han estrujado el cerebro pero cuando decides ver Mad Max no buscas otra cosa que exorbitante acción y eso lo vas a encontrar.

Estamos antes un derroche de adrenalina, un exceso de acción, violencia de alto voltaje (no gore, poca sangre pese a la ferocidad que vemos en pantalla), frenetismo descontrolado, locura que haría palidecer a los malvados de la trilogía en la que se basa el film y mucha rueda quemada. Tan atronadora y espectacular visualmente que su disfrute máximo solo se puede sentir en una butaca de cine o un gran sistema de sonido. Solo falta poder percibir el silbido de las balas y el olor a gasolina para sentirse un nuevo demente de la velocidad en la moderna obra de la franquicia estrella creada por George Miller. Algunos detalles como el guión o la previsibilidad de algunas partes no le hacen coronarse como una obra aún mayor pero lo que en realidad buscamos lo vamos a encontrar, y disfrutar como un loco.
Paco Garrido
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
12 de mayo de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Situada en el primer puesto de las mejores películas de la historia en la encuesta realizada por críticos de la revista Sight & Sound desde 1962, arrebatado en los últimos años por Vértigo de Alfred Hitchcock, el notable debut de Orson Welles (El extraño, Sed de mal, El cuarto mandamiento) figura entre los grandes clásicos del celuloide. La leyenda ha sido alimentada en parte por el hecho de que Welles solo contaba con 24 años de edad cuando hizo la película.

La cinta cuenta la gran historia de Charles Foster Kane, que nace pobre pero hereda una importante fortuna que invierte en publicaciones de prensa y radio a nivel nacional. Pero el núcleo de la trama nos centra en la última palabra que salió de sus labios antes de morir: Rosebud. ¿Qué es Rosebud? A partir de esta premisa entraremos directos al corazón de la existencia de Kane, vivencias, amoríos, extrenticidades y peculiaridades que le hicieron tan popular en la época para descubrir el significado de dicha palabra.

Ciudadano Kane tiene un interés y una importancia tremendos, pues además de una narrativa concisa y elaborada, contiene un guión soberbio escrito por el propio Orson Welles y Herman J. Mankiewicz, además de ganar un Oscar por este guión. Enmarcándose con firmeza en las tradiciones del populismo y ensalzando la creencia de que el dinero no puede comprar la felicidad de forma prosaica. El argumento se cuenta mediante flashbacks y cada personaje conoce a Kane desde cierta perspectiva. Una de las fuerzas del film radica en la fotografía: colmada de primeros planos, donde se enfocaban simultáneos con los fondos. Incluso atendiendo a las pautas establecidas actualmente, siguen siendo formidables. Pese a rozar la excelencia en múltiples ocasiones, algunas escenas menos sorprendentes que otras o el parsimonioso arranque, el considerado por el American Film Institute en 1998 como "la película más grande de todos los tiempos" cada vez que su título sonaba en la ceremonia de los Oscar en 1942, era abucheado. Una anécdota de las que no se olvidan.

Un drama inolvidable que le sigue sentando de maravilla el paso del tiempo, con un magnífico guión y una vanidosa fotografía, el Ciudadano Kane de Welles constituye una de las bazas más importantes de la historia del cine.
Paco Garrido
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
7 de mayo de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dios creó el mundo en siete días, Marcos "el carnicero" intenta destruir todo rastro de humanidad en el mismo periodo. Un thriller del caluroso Madrid de principios de los setenta, arenoso y estéril embriagado del miedo social y perturbador aroma a injusticia. Además, una historia sosegada, angustiosa a su vez donde el suspense permanece en el aire como el olor a pudredumbre de la solitaria casa donde descansan unos cuerpos que nunca imaginaron que terminarían allí.

Una inusual pareja para la época en que transcurre la trama, una joven enamorada de un hombre mayor, tienen un percance con un taxista al cual asesinan en una oscura calle y salen huyendo. A raíz de este suceso, nuestro protagonista Marcos irá eliminando todo ser humano que sospeche o crea importunar su salvaje secreto. Mientras entabla amistad con un extraño y misterioso joven que parece conocer a la nueva personalidad asesina que tiene enfrente.

Las hostilidades comienzan con la retransmisión de un partido de fútbol por la radio, al igual que el desenlace, también con la narración de un partido del deporte rey... Eloy de la Iglesia nos deja una curiosa anécdota futbolística entre líneas.

Un film que a priori puede parecer hastiado, comienza a servir dosis de tensión y suspense al espectador, más allá de sus aceptables interpretaciones o un desenlace esperado, bebiendo del viejo Giallo italiano. Sostenida bajo un guión correcto, sin alardes pero con unas líneas acordes a la época en la que trabaja. Por supuesto, estamos ante una película entretenida en la que prima eso, sentirse ocupada en nuestra retina sin mayor pretenciosidad que lo que vemos, sin mayor atisbo de grandilocuencia sino mantener el suspense consiguiéndolo sin reparos. Técnicamente justita, rozando la serie B en varias ocasiones y con varias escenas imborrables (la eliminación de miembros mediante la nueva máquina de empresa, la curiosidad animal por el olor a muerte, el miedo a la opresión y la prisión...).

La semana del asesino se consagra como un más que interesante thriller patrio, con una historia absorbente que mantiene la tensión durante todo el metraje y con un estilo bien definido, más cercano al Giallo italiano que al slasher americano.
Paco Garrido
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
26 de marzo de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como si de un fresco distópico con pinceladas de cyberpunk se tratara, la emblemática obra de ciencia ficción dirigida por Ridley Scott (Gladiator, Alien, el octavo pasajero, Los duelistas...) sigue mejorando con el paso de los años como el buen vino. Basada en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? escrita por Philip K. Dick en 1968 y adaptada 14 años después, Blade Runner ha conseguido otorgarse la distinción de película de culto gracias a sus revisiones (Montaje del director) y su calidad que perdurará hasta la eternidad.

La película no fue bien recibida al estrenarse y sólo después de reestrenarse la versión del director en 1992 se le hizo justicia y la aceptaron plenamente crítica y público. Dicho montaje final tiene escenas complementarias y omite los comentarios en off de Deckard junto con el final que impuso el estudio. Ambas versiones complementarias.

A principios del siglo XXI, una ciudad desolada e iluminada por el neón, con calles atestadas de gente y una incesante lluvia deambula Rick Deckard, un Blade Runner que limpia las calles en busca de "réplicas" (androides que se hacen pasar por seres humanos y que son altamente peligrosos) con la difícil tarea de eliminar a cuatro de ellos que se han escapado de la colonia a la que pertenecen. Robots de avanzada ingeniería genética llamados Nexus 6 con una fuerza y agilidad sobresalientes frente al factor humano.

Se han escrito ríos de tinta sobre este film, desde conflictos internos del equipo hasta que a Harrison Ford no le caía bien la protagonista (Sean Young) pasando por la más notable de todas, Ford y Scott no congeniaban. A pesar de esto, todo parece hilado perfectamente para que esta maravilla llegue a sorprender y rozar la perfección en casi todos sus aspectos: Aclamado por su portentoso diseño de producción, su majestuosa e inolvidable banda sonora orquestada por Vangelis, su ritmo frenético o su carga de simbolismo, donde algunos afirman que la película trata de religión de forma sublime (perforaciones de manos representando una crucifixión o que el creador de las réplicas sirva como figura divina de las mismas).

Soberbia mezcla de cine negro clásico en una época que transcurre en el año 2019 creando una distopía francamente sensacional. Sus imágenes te embriagarán sin remedio acompañadas de unos efectos especiales magníficos, incluso hoy en día, y una realización técnica de aupa. Blade Runner sigue siendo una de las películas de ciencia ficción con la mejor dirección artística y visualmente más excepcional de la historia del cine.
Paco Garrido
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
15 de enero de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abrimos un cuento desplegable, una historia de terror donde los fantasmas de nuestra niñez perduran en ella para atormentarnos en la oscuridad de la noche. El señor del sombrero nos visita desde el armario anhelando nuestra desdicha, queriendo entrar en nuestro interior para devorar los resquicios de solemnidad que nos quedan al gruñido de "BaBa-Dook-Dook-Dook"...

La señorita Jennifer Kent (desde ahora se ha ganado el sobrenombre de señora) debuta con esta impactante y aterradora ópera prima embriagada de espanto, carisma y embaucadora atracción. Nada más sencillo y a la vez complejo que indagar en la mente humana, desde los terrores de nuestra niñez sin obviar los que predominan siendo adultos, esos que nunca terminan de morir y siguen atormentando con el paso del tiempo sin pudor.

Los trastornos mentales por la pérdida de un ser querido, el verdadero dolor humano de desesperación, del no conseguir los objetivos prioritarios dictaminados en esta carrera de fondo que llamamos vida y lo más importante, los demonios que no se ven pero que nos acompañan fielmente como una maldita sombra se dan de la mano en esta obra neozelandesa.

La atmósfera que genera la cinta es fantástica, lo enigmático y misterioso predomina entre la oscuridad que presenta la fotografía de Radek Ladzcuk. Mención especial, por supuesto, al dúo protagonista. Madre e hijo, en constante evolución tanto mental como narrativa, los entresijos ocurridos entre las paredes de ese sombrío caserón los llevan hasta los límites humanos y no humanos. Transmitiendo un mal estar en cada situación y eso es muy difícil de conseguir si no se está totalmente implicado en el papel. Efectos especiales y aspectos técnicos rayando a gran altura.

The Babadook es una muestra de que aún se pueden hacer grandes películas de terror en el cine actual, desbancando al última artífice en este género: James Wan. Latigazos de horror sin artificios pero con oficio, interpretaciones magistrales y sensación de agobio durante su macabro desarrollo. Una implacable obra que destila nostalgia desde un punto de vista terrenal, el libro con dibujos desplegables que todos hemos visto y leído alguna vez en nuestra vida se convierte en una historia tenebrosa en la que indaga en lo más horrendo de la mente humana y sus demonios. Fantástico señora Kent.
Paco Garrido
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 11 12 20 45 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow