1860, tres hermanos de sangre luchan en diferentes batallas por la liberación de su país, pero también lo hacen por el derecho a vivir una vida sin complicaciones.
Cine épico y brutal del que solo saben hacer y producir en Asía. Tan espectacular como hermosa, tan realista como mágica, tan violenta como sensible. Uno de esos muchos filmes que merece la pena verlos pero que tardan una eternidad en llegar a España y que cuando llegan se estrenan directamente en DVD. Un espectáculo visual impresionante. Una historia que, pese a ser irregula en algún que otro tramo de la misma, no sé si en la versión occidental se habrá recortado algo del metraje (cosa muy común en las pelis asiáticas) pues hay alguna subtrama que no esta todo lo bien perfilada que debiera. Pero el argumento es lo suficiente atractivo y emocionante para ser seguido con interés.
Dirigida por un interesante realizador como es Peter Chan, artífice de filmes como “Three” o una de las pelis de la última hornada asiática como es “Perhaps love” (un drama musical de gran fuerza visual que recomiendo). Con tres grandes actores asiáticos como son Jet Li, que aquí demuestra más su valor como actor (que es mucho y bueno) que sus dotes en las artes marciales. Andy Lau (uno de los mejores actores de Asia protagonista en su juventud de muchas pelis de acción) que se consagro como protagonista en filmes dirigidos por Johnnie to (“Election”) en filmes como “Fulltime Killers” o “Running out of time”, pero también le he podido ver en otras pelis conocidas mayormente por los aficionados al cine asiático como “Infernal affairs” (que en realidad es una trilogía que supera a su versión americana dirigida por Martín Scorcese). El tercero de los actores es un joven Takeshi Kaneshiro, excelente actor visto en las dos entregas de “Red cliff” (“Acantilado rojo”) o en “Perhaps love”.
La peli es de una fuerte contradicción. Lo primero que vemos es el horror de la guerra, tanto físico como moralmente. De una crueldad explícita en esos dos sentidos y a la vez una reflexión sobre esa misma actitud bárbara del ser humano en medio de la hecatombe. Pero también se deja llevar por la humanidad y la paz que cada hombre alberga en su interior, aunque este último aspecto sea algo mal visto por los que gobiernan. Hay una escena, dura unos intensos diez minutos, que te deja helado. Se trata de la ejecución de unos 4000 hombres a manos de otros tantos. Pero lo grandioso de la escena es que se ve a través de los ojos de los doloridos y destrozados rostros de los ejecutores, que ven como han de matar a gente desarmada por razones que la guerra solo puede entender.
Las poderosas interpretaciones, la banda sonora, la dirección y el montaje hacen el resto. Una de esas escenas que se te quedan grabadas a rojo vivo en las retinas de cualquier cinéfilo las pelis tienen también momentos para el amor, pero esta historia de amor a tres bandas no interfiere ni devalúa el valor y fuerza de la historia principal. Un gran filme épico y con connotaciones morales.

Había escuchado cosas interesantes de esta película y mi decepción fue mayúscula al descubrir que es una de esas comedias en las que parece que va a pasar algo muy graciosos y al final no ocurre nada. Una de las pelis más frustrantes que recuerdo y lo peor es que no recuerdo haberme reído nunca alguna leve sonrisa y nada mas. Tal vez no la entendí...
Peor es el hecho de contar con un buen reparto. Actores que han hecho buenas comedias y que por lo tanto uno espera algo más que personajes a medio terminar y sin sentido.
Esta peli pretende ser una de esas comedias más cercanas al estilo de “Porky´s” pero los supuestos gags no son graciosos, ni siquiera originales. La trama nos cuenta la historia de un grupo de jóvenes que trabajan en un restaurante y por lo tanto tenemos excusa para ver escenas de fluidos en las comidas de los clientes desagradables, pero nada que no se haya visto ya. Quizás lo más original sea el juego que practican los personajes que tratan de mostrarse los genitales de forma sorpresiva, pero esto al cabo de un rato tampoco tiene gracia.
Como dije, los personajes están difusamente escritos. Solo el personaje de Justin Long, un chico que se enfrenta ante la decisión de seguir su vida currando en el restaurante o dedicarse a otras cosas parece estar mejor definido pero, ni tan siquiera eso...
En resumen, este filme es una mala comedia y lo peor de todo, una oportunidad malgastada de hacer algo interesante y verdaderamente gracioso. No pierdan el tiempo.

Filme fundamental para entender el nuevo cine mexicano. Alfonso Cuarón rueda un éxito de público y crítica, merecedor de una nominación al Oscar, desarrollando un guión escrito por él y su hermano. Para dotar de credibilidad a la historia, se apoya en el trabajo con los actores y en la improvisación, fundamental para conseguir (esto solo el tiempo lo dirá) uno de los mejores filmes del país americano.
El filme, después de una larga introducción, sigue la estructura de una road-movie donde un par de amigos adolescentes, Julio (Gael García Bernal) y Tenoch (Diego Luna) en compañía de una mujer desesperada, Luisa (Maribel Verdú), se embarcan en un viaje hacia una playa imaginaria. El sexo desinhibido, el aprendizaje, las risas y el alcohol acompañan a los tres personajes. Al mismo tiempo, el mismo país se dirige hacia otro destino ideal, el cambio de un régimen que ya duraba setenta años (el tiempo que llevaba el Partido Revolucionario Institucional gobernando México). Para subrayar la metáfora, el realizador dota a cada uno de los personajes de un apellido ilustre, presente en la historia de la nación. Los jóvenes se llaman Zapata e Iturbide, mientras que Luisa se apellida Cortés. Un nombre apropiado para la mujer española y con una clara referencia a la colonización hispana. Mientras que el conquistador extremeño cambiaba para siempre la vida de los nativos, Luisa hará lo propio con la de los dos amigos durante el viaje.
El realizador atiende las dos circunstancias (las de los jóvenes y las del país) con gran elegancia y sutileza. Por un lado, la alegría de los jóvenes y de sus hormonas que protagonizan el transito desde su adolescencia a su juventud dirigidas por la mano de la experta Luisa. Cuarón fotografía con grandes angulares la mayoría de los planos para reflejar el optimismo inicial así como para aprovechar al máximo el encuadre dentro del vehículo y para asociar el formato paronámico las vistas desde el coche. De ese modo el parabrisas se confunde con la pantalla y el espectador se siente un viajante más.
Paralelamente, Cuarón interrumpe la acción con una voz en off brusca (que corta el sonido y preside las imágenes convirtiéndolas en secundarias) para denunciar con ironía, pero con firmeza, la corrupción del gobierno o de las clases sociales más altas. Más agua aún es la acusación que ejerce desde el objetivo de la cámara, cuando parece que desvía la atención del trío protagonista por descuido y se centra por un momento en lo que ocurre a su alrededor; detenciones en los controles, cruces de difuntos en las cunetas pertenecientes a improvisados cementerios y desolación en campos y ciudades.
Un exterior que parece ajeno a la trama principal que discurre con brillantez con largos y atractivos planos, simbología (unos cerdos corriendo por la playa después de que la voz en off anticipase corrupción urbanística en la costa) y sexo crudo y apasionado. Todo ello elementos de un filme excelente que cambia de rumbo en el último tercio justo después de que Cuarón se luzca con la mejor escena.

Hace tiempo que esta de moda el término cine independiente, que es aquel que se realiza sin el apoyo de los grandes estudios. Una definición tan vaga y a la vez tan excluyente que resulta bastante esnob. Y si aún entraña cierta lógica hablar de cine independiente en los Estados unidos, hablar de cine independiente es España es absurdo. Para que haya una independencia de la industria primero debe existir la industria como tal vamos digo yo.
Y cuando una película traspasa la línea entre la originalidad y la innovación para adentrarse en lo raro e incomprensible? Tal vez la diferencia radique en lo que un filme pueda ganar en los diferentes festivales.
La peli esta se trata de una historia realmente extraña, que no tiene ni pies ni cabeza, pero al haber sido elegida como la Revelación Fipresci del Año y ser presentada en el Festival de Cannes automáticamente se ha convertido en un filme de culto, cuando antes prácticamente no tenía ni distribución.
Lo que esta claro es que no deja indiferente a nadie. Habrá gente que conecten de inmediato con la propuesta que plantea la película y otros al poco rato ya estarán pidiendo la hora.
A Rafa Cortés no le puedo negar su buen hacer como director y más al tratarse de su debut. Le falta por pulir algunos aspectos pero genera una atmósfera que te envuelve por completo, transmitiendo una sensación de agobio e inquietud que vive su protagonista. Tampoco se le puede decir nada a la impecable interpretación de Alex Brendemuhl (que es además guionista).
Este filme para algunos será una autentica película de culto. Para otros una autentica pérdida de tiempo pero lo cierto es que ofrece un buen número de reflexiones, preguntas y lecturas que variaran dependiendo del ojo que la juzgue.

Después de ver como cierta trilogía sobre piratas se estrella nada me hacía suponer que los mutantes de Marvel correrían mejor suerte. Si dependiera de mi dejarla en manos del realizador inglés Matthew Vaughn todas las adaptaciones de cómics posibles. El director de la excelente “Kick Ass” renueva la saga de los mutantes, ofreciendo la mejor entrega hasta la fecha y dejando los filmes de Singer como productos fallidos. El realizador sabe entretener como pocos hoy en día y no con el abuso de las escenas de acción. Tampoco puedo decir que sea un realizador radical ya que su puesta en escena es bastante clásica pero al mismo tiempo, consigue que sus películas sean completamente modernas y del gusto de las audiencias.
Este filme funciona a modo de precuela contándonos los orígenes de dos de los más poderosos mutantes creados por la factoría Marvel; el profesor Charles Xavier y Magneto. Trata el momento en el que se conocen y como acaba la relación entre ambos. Todo llevando como secundarios otros mutantes ya conocidos por aparecer en otras pelis o estar relacionados con ellas (como por ejemplo Bestia, Mística o el hermano de cíclope). Teniendo esto como base, podemos dividir la peli en dos partes principales:
La primera en la que se nos muestra la infancia de los dos mutantes, una infancia dura para uno y cómoda para otro. Y de cómo ahí se forjan sus personalidad y conoceremos al malo del filme (interpretado por Kevin Bacon). A nivel de dirección, especialmente impactante la parte de Magneto, pues Vaughn la dirige magníficamente con planos impresionantes y juegos con la perspectiva de Magneto y Bacon.
La segunda parte, en la que ya se conocen ambos mutantes, añade las escenas de acción más del estilo Hollywood, sin dejar de lado la personalidad de los mutantes y su carácter, es decir, y muy importante, no queda en una fanfarronada de tiros y muerte.
En este último punto es donde más me sorprendió el filme. Se ha conseguido algo que, como lector de cómics, se que el problema reside en la adaptación, el mal hacer del director o lo poco entregado que este el reparto y que hacen que esos héroes parezcan planos, insustanciales y sin personalidad (o como paso en pelis anteriores, que metían mutantes porque sí, premiando cantidad frente a calidad).
Aquí con menos mutantes pero con una peli mucho mejor llevada por fin puedo decir y creer que existen las adaptaciones de cómics al cine dignas. Todo ello gracias a las magníficas actuaciones de James McAvoy (Xavier) y Michael Fassbeder (Magneto) de los que me declaro fan desde ya. Y por supuesto de Kevin Bacon, el cual, llevaba tiempo perdido de la gran pantalla, pero que sigue siendo un actor notable. Ellos tres han conseguido tenerme aguantando la respiración en más de un momento durante la película.
Mención también a la BSO, con piezas muy buenas que acompañan perfectamente la acción. En definitiva, un entretenimiento de primer orden que demuestra una vez más que Vaughn es el Richard Donner de nuestros días. Excelente filme que convierte otras propuestas recientes como “Thor” en nimiedades y que demuestra que los mutantes son más entretenidos cuando precisamente son más humanos. En este filme todos ellos resultan más cercanos que en los de Singer y por ello el realizador los observa con menos distancia, haciéndolos más vulnerables. Así pues mucho menos fría que las anteriores entregas.