Al contrario que en la excelente novela de titulo homónimo de uno de los mejores escritores de novela negra del siglo pasado, Jim Thompson (del que también salieron las tramas de “Senderos de Gloria 1957”, “La huida 1972 y 1996” y “The Grifters”) y debido a que en la novela la trama se nos narra en primera persona (metiéndonos en la mente del personaje y comprendiendo las decisiones que va tomando) y en la película aunque de vez en cuando recurre a la narración en off y algún que otro flashback, esto no sucede, por lo que la historia filmada de Lou Ford (Stacy Keach), un duro y respetado ayudante del sheriff Bob (John Dehner), que ejerce en la tejana ciudad de Central City, manteniendo el equilibrio entre las disputas del capitoste Chester Conway (Keenan Wynn) y su hijo Elmer (Don Stroud en un papel de esos de palurdo violento marca de la casa) con los trabajadores de la compañía de estos, cuando se le empieza a ir la olla y se convierte en un psicópata asesino empujado por las “circunstancias”, a pesar contar con dicho hándicap, resulta una interesante mezcla de cine negro y thriller psicológico con tintes edipicos, que aunque arranca de forma pausada y se toma su tiempo hasta que empiezan a precipitarse los hechos, cuando esto sucede y se le comienzan a complicar las cosas al bueno de Lou, te mantiene pegado a la pantalla y al acabar la proyección te deja buen sabor de boca, aunque (insisto) le falte bastante del alma que contiene la novela.
Stacy Keach saca adelante con solvencia el papel del esquizofrénico Lou, Susan Tyrrell borda el papel de Joyce Lakeland, la prostituta pelirroja desencadenante de la trama y John Carradine hace un breve papel como un doctor que visita a Lou.
Para el 2010 está previsto el estreno del remake dirigido por Michael Winterbottom (miedo me da), con Jessica Alba en el papel de la prostituta, Kate Hudson como la maestra, Casey Affleck como Lou Ford y Bill Pullman, Simon Baker y Elias Koteas en el casting.
Absolutamente recomendable.

Impregnada de principio a fin del inconfundible aroma que desprendía la serie B ochentera y dirigida por el director que tres años después filmaría Commando 1985, nos encontramos ante un divertido exceso plagado de violencia, salvajes peleas, desnudos y demás, sobre un grupo de angelitos que imponen a sangre y fuego en un instituto de la época.
Se rodo una divertida y potente secuela (Class of 99, o algo así), en la que los profesores eran cyborgs y que se empleaban a fondo para educar a los angelitos.
Recomendable.

Insufrible castañazo, que utilizando el reclamo de la bella, morbosa y poderosa Naomi Watts, pretende que comulguemos con ruedas de molino y hacernos tragar por interesante, las peripecias de una aspirante a actriz, cuando en realidad es una payasada, mal contada y peor rodada. Mala, mala, mala.

Las primeras noticias que tuve sobre este director, fue a través de una imágenes que circulaban por la red, de una vaca haciendo kung fu, extraídas de una película que vi luego, de la cual no recuerdo el titulo, que incluía imágenes de viejas películas de Wang Yu, (el entrañable protagonista de aquella joya de las artes marciales: El luchador manco) y que era original y divertida. A continuación dirigió, esta que nos ocupa, una desternillante e incomprendida vuelta de tuerca al género penitenciario, (publicitada por algunas lumbreras, como una parodia de Prison Break, aprovechando el éxito de dicha serie), plagada de inteligentes, y aunque suene contradictorio pueriles gags y con prácticamente todos sus personajes impregnados de una inmensa vis cómica. Recomendable.

Una pareja que viaja en caravana, se ve envuelta en un aparentemente duelo de maniacos motorizados, la tía de unos niños que acude a casa de estos para cuidar de estos, en ausencia de su madre, se ve atacada brutalmente por un misterioso payaso y el novio de una estudiante cuya compañera de cuarto ha desaparecido viéndosela por última vez en compañía de alguien que se aloja en un siniestro hotel, es atacado brutalmente por el gerente de este. Estas son las tres inconclusas historias, que guardan en su concepción y desarrollo, una cierta semejanza a aquellas historias que nos deleitaron en Historias de la cripta y que componen una detrás de otra la primera hora del metraje. A partir de aquí, se nos muestra como han acabado las tres historias y el nexo que las une. De gore tiene lo justito y hubiera sido de agradecer alguna que otra muerte tremebunda más. Aprobado raspado.