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España España · almeria
Críticas de TOM REGAN
Críticas 5 256
Críticas ordenadas por utilidad
6
25 de noviembre de 2008
5 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
282/18(21/11/08) Sobria y elegante muestra del reputado director Claude Chabrol, al que le encanta retratar la personalidad femenina, utilizando a su actriz fetiche Isabelle Huppert.. El film me ha resultado distante y no me ha llegado a hacer sentir nada por sus tristes protagonistas, me daba igual lo que les pasara, me ha dejado frío, aún reconociendo que la cinta es buena no se me quedara en el subconsciente cinéfilo, es de esos films que sin ser malos me ha dejado indiferente. No entiendo el escenario de fondo de la ocupación nazi, no tienen papel alguno en el desarrollo de la trama, no entiendo la animadversión del personaje de Huppert hacia su marido, no entiendo porque el calzonazos de su marido aguanta tanto, solo entiendo que todos los personajes son malvados. Los trabajos interpretativos son sobresalientes, sin duda lo mejor de la película, destacado la enorme Isabelle, un trabajo enorme, aunque Chabrol casi siempre le pone encarnando el mismo rol. Recomendable a los que gusten de tramas enfermizas. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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6
14 de julio de 2009
4 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
244/11(07/09) Entretenida y disparatada comedia de un ducho en el género, Blake Edwards, el director sobrevalorado, que nunca realizó siquiera una cinta notable, donde su humor absurdo se rebozaba en la caspa, con unas situaciones absurdas y con guiones facilones, donde el supuesto humor de los travestidos era de gran uso, pero cayó en gracia con comedias del montón como la saga "La pantera Rosa", "Víctor o Victoria", “10, la mujer perfecta”, “El guateque” o “Desayuno con diamantes”, que son las más reconocidas que no es que sean malas es que son del montón y esta “Que hiciste en la guerra papi?” no es una excepción. Gira en torno a un batallón americano que en plena W.W.II se le ordena tomar un pueblo siciliano, Valerno. En el pueblo se suceden todo tipo de dislates, explotando mil y un tópicos de los italianos, todo en medio de fiestas salpicadas de situaciones absurdas que te sacan la sonrisa, pero que ni de lejos aguanta una segunda visión, que para mí es ahí donde se mide una buena comedia, por ejemplo las de Billy Wilder las soportan y las de Edwards rotundamente no. Por supuesto en esta no podía faltar el travestido al que los malos toman por una mujer buenorra, cuando hasta Rompetechos vería que es un tío, cuando veo estos gags no puedo por menos que pensar que me toman por tonto o que lo son ellos, pues me resultan de vergüenza ajena, el zenit Blake lo tiene en su “Víctor o Victoria” donde todo la película gira en torno a ello. Lo mejor son algunos gags bastante buenos, su puesta en escena donde no faltan medios y que por lo menos pasas un rato ameno sin hacerse larga. Recomendable a los amantes de la comedia. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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4
1 de julio de 2008
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
158/01(01/07/08) Esperaba mucho más del genial Murnau. Realizada un año antes de una de sus obras cumbres, "Nosferatu", pero no tiene el sello del director, no lo veo por nigún sitio, donde está el expresionismo alemán? Más bien recuerda a un episodio de "Se ha escrito un crimen". No le doy menos puntuación por el respeto a Murnau y por que los actores están bién, no caen en el histrionismo clásico en el cine mudo. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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4
24 de marzo de 2022
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
94/27(23/03/22) Envejecida, enmohecida, rancia y queriendo ser benévolo, son los adjetivos para calificar esta lastimosa comedia musical (musicalizada por Henry Mancini con letra de Leslie Bricusse) escrita y dirigida por Blake Edwards, echa a mayor gloria de su musa y esposa Julie Andrews, que por mor de un remake de la película alemana homónima de 1933. Edwards pretende hacer una sátira sobre los homosexuales y la percepción que la sociedad tiene de ellos, y de cómo los asocian al musical. Pero esto deriva en alargadísimo metraje para lo poco que cuentan, que se hacen pesados, donde hay un sinfín de números musicales insípidos, que quieren beber de la exitosa “Cabaret” (1972), y se quedan en una cosa ñoña que se inspira mayormente en los tópicos sevillanos. Donde el humor resulta tontuno, de sal gorda, sin gracia (valga de muestra el intento de vodevil con la puerta de la habitación de hotel; la iddeiotez del tramo en el restaurant con la cucaracha; la idiotez de los que quedan atrapados en el balcón; las peleas de machotes en el bar; o los gritos insoportables de una histriónica Leslie Ann Warren), tirando gags que van de lo ridículo a lo hiriente, y es que en sus puesta defensa de los gays los convierte en seres cuasi-asexuales, revestidos de un buenismo que los deshumaniza en caricatura. No se ahonda en la homofobia del protagonista King Marchand encarnado por James Garner, nunca se le pone contra la picota de hacerlo dudar de su sexualidad (que hubiera dado juego), ello seguramente para no incomodar al espectador. Como tampoco hay un ataque contra la homofobia, totalmente inexistente en esta sociedad de la década de los 30, mostrada de modo aséptico. Y ya el colmo es tener que comulgar con ruedas de molino en forma de tener que tragarnos que la gente se cree que la Andrews es un hombre porque se ha cortado el cabello, venga ya! Todo me resulta tan infantil, tan burdo, tan carente de emoción, me importa un bledo lo que les pase a estos acartonados personajes, además de estar actuados entre lo plano y lo sobreactuado.

Mezclan historia de gangsters que no lleva lado alguno, una tosca sub trama de celos, otra de un rudo guardaespaldas
Haciendo aflorar su verdadera identidad sexual. Una farsa caduca, dónde el único gag medio salvable es cuando un gay abre un armario (la alegoría) y la protagonista le suelta un puñetazo. Hay una supuesta exaltación del empoderamiento femenino cuando la protagonista loa los parabienes de que la vena como un hombre, ahora puede hacer cosas que antes no podía, y me pregunto cuáles? Fumar puros? Menuda idiotez!

Spoiler:

Genial (entiéndaseme la ironía) cuando en el rush final visita el camerino de ‘Victor’ un inspector de ‘los bajos’ y este sale habiendo visto al ‘varonil’, nos preguntamos cómo puede haberle visto algo ‘colgando’ a Victoria, la respuesta es que es su amigo gay (que nos ‘deleita’ con un número final de vergüenza ajea es lo más benevolente que se le puede aplicar), ósea, que nos tenemos que tragar que este ‘inspector’ confunde a Robert Preston con Julie Andrews? Un insulto a la inteligencia!

Por cierto, a pesar de lo dicho, la película fue nominada a siete Premios Oscar (entre ellos para Andrews y Preston) y ganó a la Mejor Música Original de Mancini.

Apolillado film. Gloria Ucrania!!!
TOM REGAN
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6
23 de abril de 2019
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
64/11(20/04/19) Envejecido panfleto católico, de esos de visión propia en Semana Santa, intenta a doctrinar desde la máxima del Dogma, donde la sutilidad está tan ausente como machacones sus subrayados. Dirigida por Henry Koster, bajo guión de Gina Kaus, Albert Maltz y Philip Dunne que adaptan la novela homónima de 1942 de Lloyd C. Douglas, relato sobre los primeros conversos cristianos, y que como bien he leído tiene ciertas similitudes con otro péplum como el de “Barrabás” (1961), y que nos acerca a la ficticia figura del centurión encargado de crucificar a Jesús, y de cómo este sufre una transformación espiritual por el peso de la culpa, historia de redención mística muy del gusto en la época, época en USA ultraconservadora, y donde la Caza de Brujas estaba latente (1950-1956). Epopeya bíblica de Hollywood, tiene la distinción de ser la primera película lanzada en el formato de pantalla ancha conocido como CinemaScope. Aunque How to Marry a Millionaire fue en realidad la primera película rodada en este formato, no llegó a los cines hasta noviembre de 1953, mientras The Robe se estrenó en septiembre de ese año. Un éxito en comercial descomunal, la película más taquillera del 53 en USA y la segunda en el mundo tras “Peter Pan” de la Disney. Con todo esto la cinta para mí me queda un ejercicio superficial e impostado donde el mensaje cristiano te lo meten a cucharadas soperas de modo atropellado, sin sentido orgánico, con diálogos infantiles, con algunas situaciones chirriantes que vistas hoy día llegan a lo rancio, unas actuaciones que discurren entre lo banal y lo histriónico (epítome un divertido Jay Robinson como Calígula), donde la escasa acción se nota metida con calzador, todo esto maximizado por un metraje desmedido para lo poco que cuenta, me queda una clase de catequesis para parvularios.

“Hay películas han pasado a la historia por su calidad artística, por sucesos circunstanciales o coyunturales irrepetibles, por su popularidad o forma de empatizar con el espectador, y otras, como “La túnica sagrada”, péplum que ha pasado a la posteridad por su novedad técnica, fue el primero en estrenarse en este nuevo formato, creado para dar al cine una mayor grandiosidad y desafiar a la televisión que estaba ganándole terreno. La Fox invirtió 4.500.000 $ en una historia basada en un “best-seller” de Lloyd C. Douglas que la RKO no quiso llevar a la pantalla, teniendo unos derechos que no quiso ejercer. Tras la negativa de Tyron Power, estrella entonces del Estudio, a interpretar el papel principal y gracias al cual, Richard Burton se encontró con el personaje que lo haría famoso, aunque el actor nunca mostró cariño por este trabajo, por el que fue nominado al Oscar.”

La película sufrió un cambio importante en 1997, pues los créditos originales tenían a Philip Dunne como único guionista, pero este año el Gremio de Escritores decidió otorgarle máximo crédito a la escritura a Albert Maltz, escritor de Lista Negra (Uno de los Hollywood Ten, por negarse a delatar a compañeros) anteriormente había realizado trabajos no acreditados en Broken Arrow y Casablanca. Quizás este drama personal de Maltz pudo inspirarle el juicio a que es sometido en el final el protagonista, donde es conminado a renegar de su fe ante un tirano como Calígula. Henry Koster era judío y germano (berlinés), huyó de una prometedora carrera de director en Alemania para instalarse en Hollywood en 1936, esto podría ser traducido en que el Calígula de Jay Robinson es un alter ego caricaturesco de Hitler.

El relato tiene su eje principal en como el protagonista Marcello Gallio sufre una epifanía espiritual al tocar la Túnica Sagrada, metido a empujones, sin medida, con redundancias propias de gente cortita, esto tiene su apogeo en la visita que este hace a un pueblo donde estuvo Jesús e hizo varios milagros que removieron las conciencias junto a sus enseñanzas morales que predicó, el romano se resiste de modo histriónico-grimante a aceptar las historias de las personas con las que se encuentra, y es que estas resultan a oídos de cualquiera bastante ingenuas, si Marcello regala un burro a un niño y este a su vez lo regala a un amigo debe conmoverlo? Jesús sanó a un niño cojo, y por esto debe sentirse Marcello un cristiano? Una muchacha, Miriam (Betta St. John), es una lisiada que no puede andar, pero es feliz porque Jesús no la curó y la dejó como prueba de que no hacen falta milagros para creer en su mensaje, o sea que es feliz por ver que cura a enfermos a su alrededor y a ella la deja minusválida? Pero nos toman por idiotas? Y claro, Marcello ante tanto argumento espiritual (¿?) no puede por más que caer bajo el influjo del cristianismo (puaj!); En realidad hay dos conversiones más en la cinta, estas más de soslayo, y a la vez tratadas de un modo tan trivial que da dentera, una es la del esclavo heleno Demetrius (Victor Mature), que cae bajo el hechizo de Jesús nada más mirarle en el Domingo de Ramos , si Jesús hubiera tenido ese poder nunca hubiera sido crucificado y ahora todo el planeta sería seguidor suyo, menuda estulticia; Las otra es la de Diana (Jean Simmons), enamorada de Marcello, esta conversión resulta ridícula, nada se sabe de lo que predicaba Jesús, si Marcello hubiera sido budista ella se hubiera hecho, de hecho que su mayor motivación no sea otra que huir del pérfido Calígula (Jay Robinson), todo se da por imperativo del guión, sin nada de orgánico o mínima fluidez narrativa.

Hay elementos reseñables, como el tratamiento visual de Jesús, visto fuera de plano, o solo su túnica, nunca vemos su rostro, esto para dar más misticismo a su figura, recurso reverente y solemne hacia su mesiánica personalidad; La escena emociónante cuando Demetrio sale en busca de Jesús para advertirle que le buscan para detenerle, se cruza con un tipo que le dice que ya le han apresado, que alguien le ha traicionado, escena con epílogo cortante y turbador, remarcado por atronadora música de Alfred Newman; (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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