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Críticas de Paco Garrido
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Críticas 221
Críticas ordenadas por utilidad
7
3 de junio de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Diga lo que diga la gente, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo."

Carpe Diem. La película de Weir es un canto a la libertad de espíritu y expresión. Hay muchos filmes sobre estudiantes de instituto y sus tribulaciones, donde las propias instituciones son un personaje más como esta Academia Welton evocadora al viejo mundo británico envuelto en niebla y cuevas donde chicos pueden ser héroes de sus propias aventuras, pero ninguno tan elocuente como este club de poetas. "Tradición, disciplina, honor, excelencia" reza la inscripción de sus estandartes.

Ambientada en 1959, la historia se enmarca entre la era McCarthy y las protestas estudiantiles de los sesenta, Weir no situó su película en esa época por casualidad ya que tenía la misma edad que los alumnos de Welton. Cabe destacar el excelente guión de Tom Schulman, galardonado con un Óscar, en que consigue reflejar el compañerismo y la superación de esas barreras sociales que coartan este grupo de alumnos.

¿Quién no se moriría por haber tenido un profesor como Robin Williams? Su interpretación es una contribución extraordinaria a la película, un "entrenador" que aúna cuerpo y alma para llevar a su equipo a la Victoria académica, capaz de adaptar las grandes obras de arte a un contexto cotidiano. Al evitar lo abiertamente didáctico, el filme resulta apasionante y destila un encanto que se nutre del carácter eterno de las obras a las que tributa homenaje.
Paco Garrido
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8
12 de noviembre de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Levántate, perro. Quiero que tengas miedo. ¿Qué se siente?"

Jules Dassin interpretó al traidor en su mejor obra, 'Rififí', en la vida real fue el traicionado. Ayudante de Alfred Hitchcock y con un futuro prometedor tras sus primeros pasos en la serie B y Neorrealismo, su carrera imparable se detuvo en seco cuando Edward Dmytryk lo acusó de comunista. Exiliado en Francia, lejos de la larga sombra de La caza de brujas del senador McCarthy, realizó uno de los grandes mitos del cine negro.

RIFIFÍ contiene una secuencia de 30 minutos, sin palabras, que se ha convertido en una de las páginas más fascinantes del cine. Con paraguas, cuerdas, ingenio, suma planificación y toneladas de tensión, el resultado es una secuencia que pone a prueba los nervios del espectador. Dassin confía plenamente en la fuerza de sus imágenes y renuncia por completo a la música y el diálogo. Brillante.

El filme está cargado de rituales elementales de un buen drama de mafiosos: tipos desagradables, decoración extravagante, pistolas que hacen del Noir un duelo de bandas que convierten a los gánsteres en héroes de un Western, mujeres bajo la mirada de la desilusión y la eterna fatalidad. Todo con la perspectiva de la tristes ojos de Tony (Jean Servais), el verdadero protagonista de esta historia, y su círculo de violencia.

La forma en la que se representa la violencia cae como una bomba. Esa exhibición explícita fue prohibida en varios países y, por ese motivo, durante mucho tiempo solo los entendidos la conocieron. Hoy en día, se le considera de pleno derecho una película antecesora del thriller más duro, cineastas como Kubrick o Tarantino han confesado sentirse fascinados por la obra de Jules Dassin.
Paco Garrido
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8
14 de junio de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
LA JUNGLA DE ASFALTO es una de las grandes películas del cine noir. Planos exquisitos y un guion fiel a la obra original de Burnett. Reparto coral maravilloso, el espectador anhela una visión humanizada del gangster, gracias a la humanidad shakespeariana que reflejan los mismos. Todos tienen sus sueños, su familia y sus inquietudes, son personas pese a su dudosa profesión. La metáfora de la ciudad, es una jungla de asfalto, ambientes sórdidos donde no existen los códigos morales pero si es un campo de sombras, en la que el fatalismo comparte protagonismo a partes iguales con el concepto de sueño americano, quizá el sueño de volver a los orígenes. El canon del cine negro en su máximo esplendor.
Paco Garrido
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7
22 de enero de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
McCarthy entra por la puerta grande de las nominaciones a los Oscars con su drama político cargado de periodismo puro y duro, con un trasfondo de crudeza y un montaje a tener en cuenta. Basado en hechos reales, por desgracia demasiado reales y siempre de actualidad, en el que un grupo de periodistas que trabajan juntos en un departamento llamado Spotlight destapan los escándalos de pederastia cometidos durante décadas en Boston.

Sacudiendo a la iglesia católica como institución y desenmascarando a todos sus encubridores, desde abogados de alta reputación hasta directores de periódicos, el entramado periodístico va creciendo en interés mientras el factor sorpresa desaparece desde el minuto uno.

Una historia habitual en los premios más importantes de la academia, pero más orientada a ser una mera espectadora en cuanta a recogida de premios en la palestra. El reconocidos grupo de actores encabezado por Michael Keaton es solvente rozando el sobresaliente, destacando a Mark Ruffalo y Rachel McAdams (nominados a actor y actriz de reparto) con un importante trabajo pero no a la altura de estatuilla, conducidos por un guión notable.

Es un filme que muestra toda la crudeza de la pederastia eclesiástica sin tapujos, directo al grano y sin consentimientos. Es uno de sus puntos fuertes, al igual que las entrevistas a las víctimas y propios curas que han sido acusados, marcan un tono incriminatorio que es lo que hace absorber la atención del público, y que permanezca enganchado a esta terrible historia. Una puesta en escena muy sobria acompañada de un montaje excelente.

Spotlight es una película de actores sobresalientes conducida por un notable guión y un montaje estupendo que bien le ha servido varias nominaciones a los Oscars, incluyendo el de mejor película. Con una trama poderosa narrada sin condescendencia hacia los acusados y de tono directo, marcado por un estilo periodístico absoluto, carente de sorpresas por el cariz de la propia historia tan reconocida por la sociedad.

"Creo que a todos nos criaron como católicos, pero ahora... no mucho." Robby (Michael Keaton)
Paco Garrido
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7
16 de mayo de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Welcome to the jungle. Bienvenidos a la locura, a la violencia y a la desbordante acción, que incubada en la mente de George Miller, hará las delicias de los amantes del superávit adrenalínico. El director de Babe, el cerdito en la ciudad (¿...?) o Happy Feet vuelve a rescatar la saga que le hizo triunfar hace más de tres décadas con un jovencito Mel Gibson a la cabeza de manera fulgente, a priori de lo que cabría esperar, con un ardoroso Western futurista.

Los fans de la trilogía Mad Max (Salvajes de autopista, El guerrero de la carretera y Más allá de la cúpula del trueno) deberían descorchar el champán y celebrar la victoria conseguida con esta cuarta entrega, pues si buscan todo lo excesivo de las añejas lo encontrarán en mayor cantidad y elevado a la máxima potencia.

Tom Hardy y Charlize Theron protagonizan la nueva aventura en los vastos desiertos de un futuro postapocalíptico plagado de miseria, locura, motores, rueda quemada, pólvora y carencia de aburrimiento. Miller sentó la base del futuro que iba a encontrar la humanidad en su trilogía original, aquí estamos ante un resultado mucho más desastroso, con escasez de elementos básicos como agua o comida, la lucha por el combustible sigue a la orden del día y la tiranía asoma por la ventana de la ciudadela donde se desarrolla la trama. Furiosa y Max comienzan una frenética aventura en busca de la rendición, la supervivencia e incluso la espiritualidad en territorio hostil, y lo mejor de todo es que nos pillará a nosotros de por medio.

Implacable espectáculo a nivel visual, sonoro, coreografiado de manera formidable y con una ambientación que ni pintada. Diseño de escenarios, vestuario y bólidos francamente bueno, desproporcionado en cuanto a los vehículos pero acorde con el exceso general del film. Intensas escenas de peleas, combates cuerpo a cuerpo o desde los coches, violencia explícita aderezada con fuego y un ritmo vertiginoso convirtiéndose en pura dinamita. En este punto es donde radica la majestuosidad de Mad Max: Fury Road, el punto flaco viene a la hora de confeccionar el guión, parco en palabras y en originalidad narrativa, sitemáticamente podemos definir los acontecimientos como previsibles, no todos pero si la gran mayoría. Ciertamente, se queda en segunda plano y nunca mejor dicha, ya que la cinta está confeccionada y pensada para que la imagen/sonido sobrepase la de la trama, consiguiéndolo sin lugar a dudas. Los guionistas no se han estrujado el cerebro pero cuando decides ver Mad Max no buscas otra cosa que exorbitante acción y eso lo vas a encontrar.

Estamos antes un derroche de adrenalina, un exceso de acción, violencia de alto voltaje (no gore, poca sangre pese a la ferocidad que vemos en pantalla), frenetismo descontrolado, locura que haría palidecer a los malvados de la trilogía en la que se basa el film y mucha rueda quemada. Tan atronadora y espectacular visualmente que su disfrute máximo solo se puede sentir en una butaca de cine o un gran sistema de sonido. Solo falta poder percibir el silbido de las balas y el olor a gasolina para sentirse un nuevo demente de la velocidad en la moderna obra de la franquicia estrella creada por George Miller. Algunos detalles como el guión o la previsibilidad de algunas partes no le hacen coronarse como una obra aún mayor pero lo que en realidad buscamos lo vamos a encontrar, y disfrutar como un loco.
Paco Garrido
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