Es de estas películas que el director quiere ser el protagonista, y en vez de contar la historia con su principio, nudo y desenlace, parte de un punto crucial y cuenta la historia a través de flashback no consecutivos en el tiempo con la idea de crear un relato original y emocional, pero ni es original porque ya es un recurso que cansa sobre todo si se abusa de él como en este caso, que hace círculos haciendo flashback dentro de otro flashback , y porque al contarlo de esta forma no terminas de empatizar con los personajes.

Estoy segura que la historia hubiera sido mucho más real y emotiva y bonita, si se hubiera contado de forma gradual desde el comienzo en que los protagonistas, magistralmente interpretados, se conocen, quizá haciendo alguna retrospección a esos aspectos de la infancia y juventud que dan trascendencia a la historia y construyen la personalidad de ambos.

Con todo la historia de amor si se transmite con éxito y se dibuja la alegría de la juventud que ama por primera vez y todos los momentos que conlleva y también la pena del desencuentro. Y es una lástima que se diluya el mensaje con ese voy y vengo contando trozos, con ese afán de coreografía del montaje que oculta la carencia de quien no sabe contar una historia.

Y otra pega es la manía de utilizar maquillaje para avejentar a los protagonistas, no es que el efecto de la edad este mal hecho, pero no dejas de ver a dos personas maquillados para parecer viejos, no a dos ancianos. Con lo bien que quedaría escoger a dos actores mayores que hubieran bordado ese final, que si se hubiera contado de otro modo hubiera sido una explosión de emoción.

A mi Sicario me encantó, porque te engancha desde el principio, te lanza a la historia con ese ritmo asfixiante y con una banda sonora espectacular que te envuelve y una historia interesante. Tenía algún punto más flojo al final, por ser menos realista, pero el efecto impactante justificaba el momento.

De este "Día del Soldado", puedo decir lo mismo que de la anterior, una historia que engancha desde la primera escena, un ritmo asfixiante, una banda sonora espectacular que es un personaje más que te transmite la angustia, un montaje con unas escenas tomadas desde arriba que se muestran como un tetris de coches en formación al ritmo de la música.

Un mundo al límite de todo, desconocido y apabullante, donde la justicia desaparece ante tanto descontrol y miseria, se mezcla con otro donde cualquiera puede ser objeto de un acto de terrorismo. Esto sirve de justificación a la política para manipular el entorno con todo tipo de intromisiones delictivas, llevándose por delante hasta los propios. Y de fondo los más pobres que son tratados como mercancia y se han convertido en el nuevo objeto de tráfico y objetivo de los carteles

Merece una mención la adolescente encarnada por la actriz de 16 años Isabella Moner, es difícil con esta edad saber si será grande pero desde luego promete, sus miradas y actuación en esta historia es muy destacable. Y por supuesto Benicio del Toro y Josh Brolin que tienen que estar encantados con la trilogía porque son papeles de lo más agradecidos si lo haces tan bien como ellos.

Igual que la primera película también en el final hay una parte más inverosímil e incluso alguna escena gratuita porque no aporta más a los hechos que añadir otro despropósito violento y que no detallo para no hacer spoiler.

Solo queda esperar la tercera y que este tan bien.

El doctor de la felicidad es una película bastante aburrida que parte de una situación inverosímil, sin ningún tipo de explicación: El capitán de un barco se asoma en el puerto a la cubierta y al primero que pasa por allí, que resulta ser Omar Sy, le pregunta si quiere ser el médico del barco. Un planteamiento que dice mucho de cómo es el resto de la historia. La película intenta ser emotiva y divertida, pero todo se queda en el intento, alguna media sonrisa y poco más.

El doctor, médico o no, no deja de ser un embaucador pesetero con el que es difícil empatizar, el resto de personajes son estereotipos muy exagerados del rico del pueblo, el cura del pueblo, el boticario del pueblo, la buena chica del pueblo. Ni siquiera la parte romántica consigue relanzar una historia torpe desde el principio.

Lo único a destacar son unas bellas imágenes con las que nos deleita el montador de vez en cuando, como la escena final desde el coche, más estéticas que enlazadas con la historia, y la sempiterna sonrisa de Omar Sy.

El orden divino es una película entrañable, fácil de ver sin más intención que retratar el momento en que se consiguió el voto femenino en Suiza a través de unas mujeres de pueblo, que cansadas de la situación de tutela marital van abriéndose poco a poco a la libertad.
A través de su protagonista y sin sobresaltos nos describe a las habitantes del pueblo y su despertar.
El éxito es el de una película sencilla con un toque naif en su desenlace y más romántico que real pero efectiva , a ratos divertida y otras emocionante.
Muy recomendable aunque no tan buena como la infravalorada (y no entiendo porque no ha cosechado más exitos): "Sufraguistas" esta pequeña historia merece la pena.

Déjate llevar por esta peli sin más pretensiones que pasar un buen rato.
Es una sucesión de diálogos donde lo mejor es Tony Servillo. Su interpretacion es lo mejor del film y lo más cómico y creíble. Sin ser una gran historia tiene esas conversaciones a la italiana que te partes.
Retrata cómo el protagonista no se resigna a perder a su esposa y decide ponerse en forma para conquistarla dando con una entrenadora cuyo carácter antagónico y despreocupado le hace aflorar la juventud dormida.
Es para dejarse llevar y echar unas risas