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España España · Barcelona
Críticas de Ed Lauter
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Críticas 216
Críticas ordenadas por utilidad
6
12 de octubre de 2010
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Teniendo un recuerdo algo difuso de haber visto esta serie en mi adolescencia, me encontré recientemente con la primera temporada disponible en internet y no dudé en descargármela.

Los primeros capítulos me impactaron y me recordaron por qué esta serie fue todo un fenómeno en su momento: personajes con carisma (el inspector gitano Flores y el comisario Poveda principalmente), un ritmo narrativo vertiginoso y una puesta en escena tremendamente realista, que compensaban de alguna manera los eternos males del audiovisual español: escenas rodadas muy chapuceramente, montaje caótico, una dirección de actores más que cuestionable, con mucha sobreactuación, y unos guiones que partían de una base interesantísima pero que iban diluyéndose con el paso de los minutos.

Los defectos se hacen más insalvables a medida que la serie avanza. Imanol Arias (como inspector Flores) se marca varias escenas de auténtica vergüenza ajena (alucinante el capítulo en el que trabaja "de incógnito" haciéndose pasar por yonki cojo), y el único que mantiene su papel con dignidad es un Jose Manuel Cervino que clava su papel como comisario Poveda, posiblemente el mejor personaje de la serie. Patxi Andion cumple muy bien también como compañero-rival de Flores.

Con todos sus defectos, me quedo con "Brigada central" antes que con cualquiera de las series policiacas que surgieron tras el boom de las series "de producción propia" con las que nos bombardearon en Antena 3, Telecinco y más adelante La Primera a partir de mitad de los 90. "El comisario" y "Policias" fueron dos auténticos sainetes en comparación a la crudeza que mostraba "Brigada central", por no hablar de esa bosta titulada "Los hombres de Paco", reconvertida en los últimos tiempos en una serie para adolescentes.

En definitiva, el intento más digno de copiar series policiacas norteamericanas sin dejar de tener aroma español y cierta, sólo cierta, credibilidad.
Ed Lauter
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7
6 de noviembre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mezcla de thriller y giallo de pura cepa, con mucho desnudo gratuito, personajes de moral sexualmente distraida y violencia igualmente sexual para remata la faena (aunque la sangre no salpica la pantalla, hay más ración de tetas que de hemoglobina). Película que se ha ganado cierto prestigio dentro del "giallo" italiano, básicamente por su buena dirección y unas actuaciones como mínimo dignas. Además de la dirección de Dallamano, la fotografía la firma el futuro amo del género, Joe D'Amato y la música es de Ennio Morricone. Casi na.

La historia se deja seguir bastante bien por tratarse del clásico thriller policial "whudunit?" con múltiples sospechosos del asesinato de una estudiante de una escuela de alto copete en Londres, donde trabaja un profesor italiano de italano y Educación Física (Fabio Testi), liado con una de sus jóvenes alumnas (la española Cristina Galbó, actriz enterrada en el más absoluto de los olvidos del cine hispano, aún habiendo participado en dos obras maestras del terror como "No profanar el sueño de los muertos" y, sobre todo, "La residencia" de Chicho Ibáñez Serrador). Poco a poco la cadena de asesinatos aumenta con la muerte de otras amigas de la primera víctima. La investigación policial se irá estrechando hasta descubrir al asesino múltiple al final.

Para fans del terror europeo setentero. Peli de calidad, sin pretensiones, y que nos da otra oportunidad para disfrutar de la belleza de Cristina Galbó.
Ed Lauter
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El último baile (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
Estados Unidos2020
8,2
15 578
Documental, Intervenciones de: Michael Jordan, Phil Jackson, Scottie Pippen, Dennis Rodman ...
9
19 de mayo de 2020
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre septiembre de 1997 y mayo de 1998 un equipo de realización de NBA Entertainment convivió con la plantilla de los Chicago Bulls cubriendo el día a día del equipo, desde sus sesiones de entrenamiento hasta todos y cada uno de los partidos que disputó esa temporada. Un curso que, ya desde el propio club, se había anunciado meses atrás como el último de un grupo de jugadores que, pese a contar con varias piezas clave ya de cierta edad, eran los vigentes campeones de la NBA y defendían el título por quinta vez en los últimos siete años.

Tuvieron que pasar casi dos décadas hasta que el productor Mike Tollin, con varios documentales de temática deportiva en su currículum, convenciera a la persona que tenía el control de todo aquel material de video semienterrado en un archivo de New Jersey de obtener su permiso para acceder a todo el metraje y empezar a planificar The Last Dance. Esa persona no era otra que Michael Jordan, la estrella de aquellos Chicago Bulls y más que probablemente el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. En 2016 Jordan, obviamente retirado, un obseso del control en todo lo relacionado a su persona, se sintió al fin preparado para que saliese a la luz un material jugosísimo sobre una temporada que, casi contra pronóstico, coronó a los Bulls como campeones por sexta vez en su historia. Algo que, de todas formas, no evitó la desintegración de la plantilla pocas semanas después de ganar el campeonato y que empujó al propio Jordan a anunciar su (segunda y tampoco definitiva) retirada de las pistas.

Phil Jackson, el entonces entrenador de los Bulls en proceso de convertirse en el técnico más exitoso de la Historia de la NBA (11 anillos en su poder), fue quien definió aquella temporada como "El último baile" tras conocer los planes de Jerry Krause, el general manager del club que en el verano del 97 concebía una reconstrucción total de la plantilla a corto plazo. La serie se anunciaba como un repaso a ese convulso y excitante epílogo de un equipo campeón y el camino plagado de trampas que debieron superar para alcanzar el anillo por última vez. Pero afortunadamente no se queda sólo en eso.

La serie toma el curso 97/98 como hilo conductor usando imágenes grabadas y entrevistas con muchísimos personajes de la época como jugadores, entrenadores, directivos, familiares, celebridades, asistentes personales... pero contextualiza muchas situaciones mediante saltos temporales. La serie nos presenta a través de piezas casi independientes a la historia principal a protagonistas como Scottie Pippen, el extravagante Dennis Rodman o Phil Jackson. Pero por encima de todos está Michael Jordan. Las diez horas de documental se centran especialmente en este icono cultural sin el cual la historia de los Bulls no tendría ningún sentido. En sus múltiples intervenciones entrevistado para el documental, Jordan se muestra como un competidor patológico en todas las facetas de su vida, y enfermizamente obsesivo en su búsqueda de la perfección como jugador de baloncesto, revelando un espíritu deportivo en la derrota pero totalmente incapaz de aceptarla.

Este rasgo algo turbio y despótico que el documental perfila sobre uno de los mayores mitos de la Historia del Deporte, es lo que más sorprenderá al espectador neófito pero no a aquellos fans de la NBA que hayan leido "The Jordan rules". Este ensayo firmado por el periodista Sam Smith había levantado ampollas en 1992 por ser la primera voz crítica hacia un personaje, Jordan, del que se había elaborado una imagen inmaculada hasta aquel momento, cuando Smith dio a conocer por primera vez sus abusos verbales e incluso físicos hacia sus propios compañeros de equipo o su peligrosa afición por las apuestas. De concepto casi idéntico a The Last Dance, Sam Smith, habitual columnista del equipo y que también aparece entrevistado en esta serie, se incrustó a los Chicago Bulls durante la temporada 1990/91, relatando y humanizando la vida dentro de un equipo profesional de baloncesto que, para sorpresa de todos, terminó la temporada alzándose con el primer campeonato de su Historia.

De todas formas, The Last Dance no manchará la imagen pública de Michael Jordan ni mucho menos. No olvidemos que él dio luz verde a la serie y que los productores han trabajado bajo sus órdenes. Su figura finalmente se plantea como la de un líder duro e implacable, pero justo e imprescindible para llevar a un equipo de "overachievers" a la gloria. Si alguien busca a un villano en toda esta historia, el general manager Jerry Krause es sin duda el peor parado, con razón o sin ella.

En definitiva, una excelente docuserie pensada no sólo para expertos en baloncesto NBA. Por ponerle alguna pega, creo que se sobrevalora el papel de Steve Kerr en aquellos últimos tres campeonatos y se ningunea al croata Toni Kukoc, uno de los mayores talentos de aquel equipo y al que la serie apenas concede protagonismo.
Ed Lauter
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2
27 de marzo de 2021
18 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gran Urbizu pincha de nuevo en serie. Esta Libertad sigue la tendencia de la segunda temporada de su anterior serie Gigantes, que hundió los aparentemente sólidos cimientos de la primera a base de empalmar escenas supuestamente impactantes ligadas con un guión totalmente incoherente. Libertad cuenta una historia desdibujada, caótica y por momentos risible protagonizada por unos personajes (especialmente los principales, comenzando por Bebe, a la que no trago por su presunta "naturalidad" ante la cámara que a mi me parece pura pose) tremendamente huecos bajo su atractiva puesta en escena. Pero así son las series actuales.
Ed Lauter
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3
25 de febrero de 2011
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiero pensar que cuando se realiza un remake su intención es mejorar la película original. El problema viene cuando la original es demasiado buena como para intentar mejorarla. Y el resultado es una cagada. Como es este caso.

"The mechanic" de Simon West es una adaptación al cine moderno de acción de un título casi olvidado de Michael Winner de 1972 que en España se tradujo como "Fríamente, sin motivos personales" (toma ya). Lo que Winner y su guionista Carlino construyeron fue el complejo perfil psicológico de un sicario profesional encarnado por el duro entre los duros Charles Bronson, convertido en mentor de un ególatra y narcisista pijo (un Jean-Michael Vincent que también clava su papel) con el que establece una intrigante relación de tutor y rival.

Todo aquello que ofrecía la película de Winner (personajes psicológicamente complejos y muy trabajados a nivel de guión, un argumento enigmático y con sorpresas, una coherencia entre la meticulosidad de Bronson y su manera de hacer cuando se pone manos a la obra, y un final de lo más impactante) se lo carga de un plumazo Simon West en su modernísimo "remake".

Sigo en el espacio para spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ed Lauter
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