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Críticas de Imagomundisblog
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Críticas 120
Críticas ordenadas por utilidad
8
16 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espléndido dilema moral disfrazado de thriller con un metraje minucioso que no pesa salvo en la última media hora. Se trata de un policíaco americano en el Japón de los 60. La novela es de Evan Hunter y Kurosawa la dirige con magistral ritmo y suspense con brillantes momentos de tensión.
La debacle de la posguerra japonesa se refleja en una sociedad que trasluce todos los males del hombre.
La trama, un rico empresario Gondo, (Toshiro Mifune) quiere hacerse con el control de la mayoría de las acciones de su empresa de fábricación de zapatos. Es en ese momento cuando recibe una llamada anónima de un secuestrador pidiendo un rescate de 30 millones de yenes. El secuestrador ha raptado al hijo de su chófer confundiéndolo con el suyo.
Asistimos al dilema moral del protagonista, dejar que peligre la vida del niño o pagar y arruinarse.
La policía, en un despliegue descomunal, ayuda y asiste a la entrega del rescate y a estrechar la investigación que lleve al culpable. Especialmente destacable la pareja de detectives Tokura y Arai que no cesarán hasta atrapar a los culpables.
Saltamos de rama en rama, detalle a detalle durante la investigación. Pistas detectivescas que llevan de un punto a otro. Mientras avanza la investigación sufrimos el declive social de Gondo. Su ruina y embargo de bienes y pérdida de empleo directivo y estatus social. Sus socios se frotan las manos en la caída del principal accionista de la empresa. La multitud de enemigos posibles del empresario dificultan la línea de investigación.
El precio del deber moral es muy elevado. Perder el mundo y ganar el alma.
El odio hacia Gondo ha sido suscitado por su tiranía. Y la envidia, por su exhibición de poder sobre el resto (que quedan simbolizados en la villa de lujo sobre la colina que domina la ciudad y que en cierto modo es protagonista de la película).
No exento de culpa, pues , el personaje sufre las consecuencias, que no son otras que el peligro de su familia y los que le rodean.
Para purgar sus pecados, debe decidir entre renunciar a todo por lo que ha luchado a cambio de la vida de un niño que no ni siquiera es el suyo. La aceptación de lo moralmente correcto y el heroísmo de la renuncia no garantiza en el mundo materialista la recompensa. El protagonista debe sufrir un vía crucis que nos hace reflexionar entre qué es más valioso en la vida. Otra imprescindible.
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9
21 de abril de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de Rosellini otra miseria asolaba a la América deslumbrante. Debajo, enfrente y al lado la miseria acampa. Como refiere la excelente introducción de la película (no se la pierdan). Y desde entonces, y antes América y Nueva York. Y Wyler la miseria la muestra en todo su esplendor. Compadeciéndose y también con las manos amarradas.
Con 8 años ví por primera vez "Calle sin salida" en TVE2 una noche de invierno con mi madre. Desde entonces no ha existido en mi cabeza otra película que explique mejor el determinismo y el origen de cierta maldad.
La pobreza es una tierra fértil donde la baja delicuencia crece. Enfrente de ellos, de los pobres de Nueva York o de cualquier parte, la opulencia, la corrupción y la riqueza se pasea alardeando.
¿Porqué hay que sufrir, sacrificarse y estudiar como el noble personaje de Dave Connell (Joel McRea) , si al final te arrastras por el barrio suplicando unos centavos?. Eso le viene a decir "Cara de Niño" Bogart. Él es un criminal, ha prosperado y vueve a casa, vuelve al barrio a por lo que más ama (su madre y su exnovia). Bogart, a mí parecer está en una de sus mejores actuaciones pues borda los matices en su rostro: la maldad, la decepción, la desidia y la codicia.

Expresionismo de Stemberg, muelles sucios, maderas roídas, metal en blanco y negro y charcos de lodo donde los adolecescentes del barrio en grupo retozan con sus navajas. Enfrente de la calle, otro mundo, niños vestidos de blanco, rubios y con flequillo limpio y peinado en su terraza con portero.
Madres sucias, feas y trabajadoras en escaleras del galigarismo. Y enfrente otras madres, que parecen estrellas de cine, con pieles de armiño y trajes de seda. Dos mundos en uno.
Hay chivatos con marcas en la cara y un código que aprender desde muy joven: ganar aunque sea sucio, pero ganar. Es otro consejo de Hugh "Baby face" a esa banda de jóvenes que son protagonistas (los Dead ends kids que serían contratados para los mismos papeles en muchas películas como la casi remake de ésta, la valorada "Ángeles con caras sucias")

Al final no hay más.
Quedarse soñando el amor de tu vida, la rubia rica que gasta demasiada gasolina (Claire Trevor), o aceptar el amor noble y discreto de la buena chica sin lujo que es Drina (Silvia Sydney, la novia de América de entonces). Eso es lo que le ocurre a Dave Connell. Correr en busca del dinero fácil a costa de perder el alma como el que fue su amigo de infancia o quedarse en la miseria para siempre. Delatar a quien amas o esperar que cambie. Qué fácil es juzgar lo correcto desde afuera.

Tu madre mientras llora por las ventanas cada vez que oye disparos. No quiere saber nada de tí. Pero vas a seguir adelante. Vas a correr aunque sea un callejón sin salida. Porque no te han dado otra, o sí, pero esa es otra historia, la de Dave Connel y no la tuya Cara de niño.
Ni la mía, yo quiero que mi madre me quiera siempre, y ser un buen tipo como me enseñó William Wyler una vez con ocho años.
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6
5 de abril de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Corporación Dermoestéstica es a estas alturas de la saga la verdadera protagonista no es negociable. Otra cosa es la elegancia, que creo que es la mejor aliada de este film.
A los fans" el huevo" ése de diamantes, la India, el malo príncipe hindú (Kamal Khan, Louis Jourdan) y las hazañas de los soviéticos con el general Orlov, (representando la rama dura soviética que apostaba por la supremacía nuclear) nos sigue divirtiendo.
He llegado a leer en un medio especializado que el título hacía juego de palabras un tanto soez ("ocho c....s") no voy a decir nada. Dicho todo.
Se comenta y recomenta que Roger ya no estaba para saltos y que los dobles hicieron más de medio metraje. ¿y qué esperan? ¿que fuese eterno?. Demasiado con vestirse aquí de payaso. Es un Bond elegante de todos modos. Para mí ni abusa demasiado de bromas, ni en seducciones, ni en infatigables escenas de acción sin sentido. Tampoco del exotismo, esta vez, la India es el principal escenario, pero a mi juicio basta, es suficiente.
"Octopussy", es algo más sosegada, por eso se ha dicho negativamente de ella que es "lentísima y aburrida". Pero las escenas del circo y del tren me parecen bastante logradas.
Otro aliciente es el propio personaje Octopussy, encarnada por Maude Adams, la única chica Bond que repite y (¡casi 11 años después!) pese al botox puede fardar de que su belleza seguía iluminando. "Filtros" de primeros planos aparte, que es algo de bombones Ferrero Rocher, que no soporto de mi infancia, el debate entre generales soviéticos recordándonos la Guerra Fría y la alusión a la paz y al desarme unilateral del bando capitalista, me hace entender ahora la lectura conservadora del asunto. La presencia de un "semi fidel" Castro en el prólogo no tiene la altura del "Topaz" de Hichtcock pero se tolera. Cuesta más ver como se copietea del aquí y de allí de entonces ...esas escenas de la cena y los ojos del cabrito y luego el rechazo y subyugación de la chica es de "Indiana y el templo maldito", sin contar el pulpo en la cara que es "Alien". Pero a Bond se le permite todo. Somos como Monneypenny le perdonamos todos los desplantes. Por cierto aquí ya le han buscado sustituta de menos edad y por primera vez reprocha a Bond (huele a despedida).
Louis Jourdan, el galán de los años cuarenta (véase "Carta a una desconocida" y "Madame Bovary") medio siglo después no puede seguir teniendo los mismos de entonces. Es otro malo elegante y resultón. Y si esto va de resultados, en taquilla "Octopussy" ganó a Connery en su apócrifa pero entretenidísima vuelta al personaje en "Nunca digas nunca jamás", aquel año hubo Bond por partida doble.
Guardémoles siempre en la memoria elegante y en formol.
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7
5 de abril de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joseph H Lewis como Ray, o Polonsky (aunque con muchísimo más recorrido que éste último) es otro de esos directores minusvalorados de serie B que acaba siendo reconocido como un autor dentro del sistema de producción que imperaba en la época. Para mí "Mi nombre es Julia Ross" y "El demonio de las armas" están entre lo mejor. Lewis es un perosnaje a investigar, curiosísimo.
En la recuperación de la serie b del cine negro, en este caso, películas de bajo presupuesto, destinadas al relleno de la "doble función", se encuentra esta destacable obra de Jospeh Lewis. La maestría la dejo para entendidos, porque lo que me suscita es la admiración por una obra correcta más cerca del cine de los cincuenta ya que de los míticos gánsters de la Warner. Los héroes ya son los polis, no los fuera de la ley. En las películas y en la realidad, la mafia se ha reciclado bien en el Sindicato del Crimen, hay menos tiros y más hablar de "las cuentas" del "Gran Jefe".
Frank Warren, ( el siempre esforzado y correcto Glen Ford), hace de honrado y sesudo que investiga fiscalmente cómo atrapar al gánster a través de un hilo económico de pagos a terceros. Los contables son la clave, en una época donde la grafía tenía aún valor, no como hoy día. La vieja mafia de Italia se limpia el rostro en la figura de las tres mujeres honradas que optan por no encubrir. Hermosísimo plano de la nueva América que se quería vender.
"Los sobornados" de Fritz Lang, también con Ford, cuenta una historia similar con no tan happy end o happy begin. Hay exteriores en la playa, muelles abandonados, coches de los cincuenta y un gordinflón intermediario que tienta a la honradez de . Vamos si quieres saber de cine negro de serie B tienes que verla.
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9
20 de marzo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nicholas Ray, otro de los malditos e independientes de Hollywood, filma en 1950 otro film esencial sobre la pasión y los vericuetos de la pareja y sus desconfianzas en su seno.
Dixon "Dix" Steele (Bogart), es un guionista que no pasa por su mejor momento, sometido a la presión del contínuo éxito en Hollywood por parte de sus productores (Brody) vive en trifulcas violentas. Su carácter es genial pero violento. Recibe una noche por encargo hacer una adaptación de una novela por parte de su paceinte amigo y representante. Pero desprecia tanto la obra que le han dado que al conocer a una admiradora Mildred, (la chica del guardarropa del bar) que la ha leído, la lleva a su casa donde le cuente de qué va. La desgracia es que aparece asesinada al día siguiente y todo le señala a él (Steele) como culpable. Pero a partir de los interrogatorios del detective Bru (Frank Loveloy) donde aparece la figura fundamental de su vecina Laurie (gloriosa Gloria Grahame) da un giro la película cuando entabla una relación de pasión con Dixon.
Comienza aquí un thriller, pudiera ser cine negro, una descripción del mundo de Hollywood por dentro, con sus afanes, sus fracasos. Y al final, sobre todo una historia de amor que tiene más que ver con la dureza del cine de Rossellini con la Bergman en "Te querré siempre" que los almibarados relatos de amor de los estudios de la época.
"En un lugar solitario" es una disección de las relaciones humanas, de las virtudes y defectos de una pareja que se adora, se quiere, se necesita y sin embargo convive con los peores demonios que acechan también detrás del amor y la convivencia: la sospecha de la equivocación, la duda de estar con la persona acertada o no, la decepción.
Todas estas tres cosas las ejemplifica muy simple la película, utilizando el asunto del caracter violento de Dix y la posibilidad de que sea un asesino.
Gloria Grahame es una de las grandes desde sus papeles pequeños ("Qué bello es vivir" ), a secundarios portenstosos ("Los sobornados") su presencia es abrumadora. Bogart sigue haciendo de tipo duro, nadie maneja mejor una frase corta y cortante, un cigarro entre las manos y unos dedos nerviosos. Podía ser un gángster, aquí es un atormentado enamorado.
Para cualquier enamorado en pareja o no, que quiera saber más de la vida, o para cualquier amante del cine negro incluso del relato policial, no se descubre hasta el final. Un final también digno con unas palabras hermosas.
Bendito Ray.
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