Tomás es un director de cine que mantiene una relación en apariencia sólida con Martín. Cuando conoce a Agathe, sus seguridades hasta entonces, se descolocan y comienza a vivir con ella.

Martin, es maduro, generoso, ama a Tomás, pero acepta la nueva situación de su ex... Y a partir de ese momento comienza una batalla emocional, donde lo que menos parecen importar son los sentimientos, los afectos; dentro de ese universo de egoísmo, inmadurez y egos enfrentados poniendo en juego el amor.

Bien dirigida, con estupendo ritmo, sugerente; donde las relaciones personales muestran lo de siempre, narrado desde esa otra vertiente, menos convencional.

Fluctúa a lo largo de sus dos horas, con excelentes secuencias y otras que aparentan simple relleno. La historia es potente y la interpretación de Antonio Saboia como Daniel resulta destacable.

Se cuentan cuestiones , algunas evidentes y otras permanecen ocultas hasta que las situaciones las van destapando. El perfil de Daniel se va descubriendo entrelazado en los acontecimientos... Los cuidados a su padre anciano, la suspensión de su trabajo como instructor de la policía, en espera de juicio.

Existe cierta ternura en la búsqueda de un ideal... idealizado en Sara, tal vez irracional, a la vez que obsesivo; desde esa fijación que se despierta en el deseo de lo intangible.

Tardé unos minutos en comprender el dolor de Víctor, por la distancia que puso David en la relación que mantenían 15 años atrás. Se basa en un reencuentro accidental, donde los reproches, cierto resentimiento, o la sensación de fracaso son la base sobre la que se asienta la historia.

Su guion aparenta el libreto de una obra de teatro. Con mucha potencia emocional, una interpretación cuidada, así como una dirección ajustada y precisa, que se va resolviendo con esa progresiva administración de recursos, obligado en las producciones que no necesitan precipitarse.

Nos encontramos ante una historia complicada, donde la personalidad dispersa (A mi entender) del diseñador en quien se basa el biopic, aporta una visión diferente; ignoro si cercana a la realidad.


Las plataformas de Streaming, han logrado producir cine y series con solvencia; donde todos los engranajes funcionan con precisión: Atrezo, ambientación, localizaciones, vestuario... tal vez lo que falle en algunos casos, sea el guion... o más bien el desarrollo secuenciado de la trama. La mayor parte son relatos visuales donde nada se deja al azar, gestionado con agilidad solvente. Una manera de producir similar, salvando las distancias, a los orígenes del cine. No importa demasiado como se cuente, pero si todo milimétricamente ejecutado, tanto artística como técnicamente..

Contiene un sesgo algorítmico bastante utilizado en la series de streaming, siempre basado en lo que saben funciona. Desconozco la categoría del libro en el que está basada la serie.

Me pareció que ignoraba hacia donde quería llevarnos. Llegó a saturarme al carecer de un enfoque claro. El guion ha resultado escaso en su proyección debido a la axfisiante atmósfera, así como al elevado número de capítulos, totalmente innecesarios para lo que cuenta.

La actuación equilibrada de Evan McGregor no es suficiente para una valoración más elelvada, como tampoco lo son su escenografía y excelente ambientación