Confieso que el cine español no me apasiona, aunque cuando encuentro una película española que me gusta me da una gran satisfacción y me hace pensar que aún queda esperanza para el cine en este país ya que hay buenos directores, buenos actores y buenos profesionales del cine en general, aunque por desgracia también hay mucho infiltrado entre ellos que provoca que el cine a veces se convierta en algo que no debería ser: un simple producto para el consumo de masas.

Y lo más triste de todo es que buenas ideas y buenos proyectos se quedan en el camino muchas veces por no encontrar el soporte económico que necesitan para salir adelante, es una pena que el arte se vea entorpecido por algo tan vulgar como el dinero.

Por suerte siempre hay 2 o 3 películas al año que salen adelante y que merecen la pena, una de ellas es Camino, la película que hoy ha triunfado en los Goya y que levantó la típica polémica que surge siempre que alguien osa tocar algún tema relacionado con la iglesia católica o sus organizaciones, se sucedieron una serie de comunicados de la familia (miembros del Opus Dei) de Alexia González Barros, la niña en la que se inspira y a la que está dedicada la historia.

Javier Fesser ya me había llamado la atención por cómo trata visualmente las historias que cuenta, tiene un estilo colorista y de fábula que contrasta con la línea general del cine español. Este estilo a priori podría parecer poco acertado para una película sobre una niña moribunda y su relación con el Opus Dei, sin embargo, sorprende por como trata el tema, la cruda historia real se convierte en una bella fábula repleta de amor y un homenaje hacia esa niña mucho mejor que la campaña de beatificación que lleva a cabo la organización eclesiástica y su propia familia, que en realidad olvida a la persona y sólo sirve a sus propios intereses.

En Camino hay una crítica al Opus Dei y a sus integrantes sin caer en la burla o el desprecio, todo está contado todo de una manera que no enciende el odio que podría provocar una historia como ésta, algo que tiene mucho mérito.

Los ojos de Nerea Camacho, la niña protagonista son los más expresivos y bonitos que he visto nunca en una película, perfectos para el papel de la niña soñadora e ingenua que interpreta, unos ojos que destilan vida hasta el último segundo antes de su muerte, transmiten toda la fantasía que la protagonista vivía cuando dormía, cuando la estaban operando, etc, las fantasías que reflejaban algo tan simple como sus ganas de vivir y de ser feliz.

Hay historias que necesitan ser contadas de manera sencilla, otras sin embargo salen beneficiadas si se cuentan de manera enrevesada y relativamente confusa, este no es el caso de Siete Almas, sin embargo Gabriele Muccino ha dirigido una película en la que desde el principio nos dice lo que va a pasar y luego nos presenta imágenes sueltas del pasado del protagonista y una estructura conf usa para supuestamente mantener un interés o misterio sobre el protagonista que en realidad no existe porque nos ha revelado todo al principio, haciendo que sea bastante absurdo y pierda fuerza dramática.

Will Smith me parece un buen actor como ya demostró en The Pursuit of Happyness dirigida también por Muccino, sin embargo en esta película no se da oportunidad de que demuestre sus cualidades porque su personaje no está bien dibujado y acaba resultando indiferente para el espectador lo que le pase, una pena, porque de este personaje se podría haber sacado más provecho. Incluso brilla más la actuación de Rosario Dawson, de hecho es lo mejor de la película.

Como poco a poco nos va explicando algo que ya sabemos desde el principio se va diluyendo la historia en un afán de buscar sentimentalismo barato que te puede hacer llorar si eres de lágrima fácil pero que no llena como lo haría una buena película, y podría haberlo sido tal vez, si estuviera contada de otra manera o si los personajes y sobre todo el protagonista tuvieran ese "alma" del que se habla en el título.

Un grupo de personas con un pasado en común se reúnen después de 20 años, al principio todo va bien pero empiezan a surgir viejas heridas y frustraciones que ponen de manifiesto que aunque siguen siendo las mismas personas nunca podrán recuperar esos momentos felices que vivieron.

Que una película refleje unos diálogos tan naturales, tan vivos y que fluyan tan bien es algo que tiene mucho mérito, la mayoría de las películas tienen diálogos "de película", cosas que nunca diríamos en la vida real, y no me parece mal, hay algunos de esos diálogos que me encantan porque son pura ficción o fantasía, sin embargo en una historia como ésta que es absolutamente realista funciona mucho mejor el diálogo real, ver como un actor corta al otro o hablan a la vez, hace que la película sea especial y atrayente como retrato humano.

Nos retrata porque sabe reflejar los problemas generacionales que provoca la convivencia entre padres e hijos y también habla sobre una generación que tenía ideales, que vivieron en comunas, practicaron el amor libre y vivieron experiencias que no tienen nada que ver con su vida actual, el reunirse les hace recordar todo aquello y surgen los conflictos entre ellos y también con sus hijos, al final el fin de semana que parecía que iba a ser una balsa de agua de nostalgia y recuerdos perdidos se convierte en una idea nefasta.

Películas como ésta me hacen recuperar la esperanza por el cine español y sobre todo por los intérpretes, aunque a veces se echen de menos (la mayoría de los actores jóvenes españoles son pésimos), tenemos buenos actores jóvenes y mayores, como el gran Juan Diego y Alex Brendemühl, que son los que más me han impactado en esta película, aunque los demás no se quedan cortos.

El final me resultó desconcertante pero después de escuchar al director hablar sobre ello conseguí apreciarlo como se merece.

Los Edukadores nos habla sobre personas con ideales muy sólidos pero que no tienen claro que hacer con ellos o de qué manera se puede actuar para cambiar el mundo actual, algo que nos pasa a la mayoría de las personas que pensamos que el sistema actual no funciona, que las desigualdades que hay en el mundo son injustas e inadmisibles. Tenemos claro el planteamiento pero no sabemos como actuar para cambiarlo, nos sentimos insignificantes al lado de las grandes corporaciones, de los gobiernos y de los poderes que controlan el mundo de un modo u otro, creo que eso mismo les pasa a los protagonistas de la película, pero a pesar de ello intentan hacer algo, no se quedan estancados viviendo una vida pasiva y mediocre como hacemos la mayoría.

Es difícil hablar de esta película sin hablar de los ideales que están impregnados en cada segundo de ella, esos ideales que los más "escépticos" calificarían de inmaduros y "propios de la edad", pero la verdad es que sin gente con esos ideales que actúe aunque sea con pequeñas pasos este mundo estaría aún más podrido de lo que está.

Creo que en Los Edukadores está bien reflejada la confusión de esa parte de la juventud del siglo XXI que tiene ideas y que sabe que este mundo no va bien así pero no tiene la fuerza suficiente para agruparse y actuar de manera efectiva, y van dando tumbos como los protagonistas de la película que acaban secuestrando "involuntariamente" a un hombre.

Tras secuestrarlo de forma accidental, se lo llevan a una cabaña en el campo y allí conviven durante un tiempo los cuatro, el secuestrado cada vez se van sintiendo más "cómodo" con los chicos y es testigo del triángulo amoroso que surge entre ellos.

Esta película tiene varios atractivos: la exposición de unas ideas más actuales que nunca a través de diálogos ágiles que nos invitan a pensar; unos personajes atrayentes e imperfectos que nos transmiten sus ideas sin intentar adoctrinar a pesar de que pueda parecer lo contrario por el título de la película y por último, otro punto atractivo que veo es la capacidad de generar la pequeña esperanza de que no todo está perdido, que aún quedan personas que no están adormecidos por el sistema y que harán todo lo posible porque este mundo sea diferente y que merece la pena al menos intentarlo.

The Invasion Of The BodySnatchers es una de esas películas de ciencia ficción de los 50 que se ha convertido en un film de culto a pesar de los errores que tiene su trama y la falta de lógica de algunos elementos de su historia.

Miles es un médico al que vemos al principio de la película llegando a una comisaría desesperado y gritando que no está loco, así comienza a contar la historia convirtiendo a toda la película en un flashback. Todo comienza cuando Miles empezó a notar cosas raras en su pueblo, investigando, él y su amada Betty descubren que todos sus vecinos y amigos se han convertido en seres incapaces de sentir emociones a pesar de conservar el mismo aspecto físico, la transformación se realiza a través de unas vainas de las que "nace" el nuevo cuerpo clonado del ser humano en cuestión. Poco a poco todos se van convirtiendo menos el doctor y Betty que consiguen huir de la ciudad.

En muchas ocasiones la película pierde ritmo y hay escenas totalmente innecesarias que no aportan nada y que hacen que el ritmo sea un auténtico desastre, los actores están aceptables para una película de esa época y por lo demás poco hay que destacar, si es un film de culto es por la inquietante historia que nos cuenta y tal vez por su "subliminal" mensaje político.

Hay muchas interpretaciones relacionadas con esta película que la sitúan como un film de propaganda anticomunista, hay que comprender que se realizó en la época de la guerra fría y ésta no fue la única película de los 50 a la que se le acusó de esto, en otros muchos films de ciencia-ficción aparecían extraterrestres malvados que venían a invadir la Tierra imponiendo sus ideas, la mayoría de ellos venían de Marte, el planeta "rojo" casualmente, estableciendo una analogía entre la amenaza exterior de los extraterrestes que quieren destruir la humanidad y los comunistas.

No se si esta película se hizo con fines propagandísticos o no, aunque todo parece apuntar a que sí. Independientemente de la intención política, me parece una idea estupenda: es aterrador que tus propios amigos, familiares y vecinos sigan siendo los mismos pero pierdan su capacidad de sentir emociones, y nos plantea un dilema: ¿si nos dieran la oportunidad de vivir sin sentir nada lo aceptaríamos? Sería el final del sufrimiento y el dolor pero también del amor, la emoción y todo lo que nos hace humanos. Yo tendría clara mi respuesta y tu?