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Críticas de NoTodoEsUSA
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Críticas 42
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
5
6 de julio de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los estereotipos más consolidados en la historia del cine, ha sido el de los jugadores de los equipos deportivos de la universidad (fútbol, baloncesto, hockey, béisbol, etc. El deporte en si da igual, mientras que sea popular y exija cierta preparación física). Los jugadores de estos equipos parecen ser personas siempre cachas, con poco cerebro, los más populares entre las chicas y los matones del patio. Personajes con los que resulta algo difícil empatizar y que suelen ser caricaturizados y convertidos en el objeto de todos los golpes de humor. Habitualmente las películas que intentan acercarse a esta etapa de la juventud toman como protagonistas a un joven pringadillo o un personaje poco popular en su entorno, mientras que los cachas son vistos como los rivales. Seguramente es el recurso más fácil, para que la mayoría de espectadores se sientan identificados con el personaje.

Richard Linklater rompe con este habito dentro género, para presentarnos en Everybody Wants Some!! los días previos al inicio de la universidad del protagonista, que es miembro del equipo de béisbol, una obra que el director ha considerado la secuela espiritual de Movida del 76, donde retrataba los ultimo día de clase de unos estudiantes del instituto. Dos etapas de la juventud distintas donde Linklater enfoca su objetivo, para retratar una vez más este periodo de vital importancia para todos. Basándose en su propia experiencia Linklater reconstruye esa corta etapa de cambio, donde dejas de ser un niño abandonando el instituto, para convertirte en un adulto con la entrada en la universidad. Consigue reflejar este estado de confusión y conflicto, donde los jóvenes buscan hacerse un hueco en un mundo distinto al que conocían. El conjunto de conversaciones de los jóvenes, entremezcla reflexiones profundas con conversaciones banales, en un momento de autodescubrimiento de los personajes.

Un reflejo de la vida universitaria, que aunque sigue conservando parte de los tópicos propios de obras del mismo estilo, el director consigue darle una visión más personal y cercana. Alejando a los estudiantes del equipo de beisbol, de los estereotipos que suelen acompañarles, integrándolos con el conjunto universitario y haciendo que el espectador pueda fácilmente empatizar con ellos, sin necesidad de que tengan que sentirse identificados. Hasta tal punto consigue romper con estos tópico que muestra la relación que surge entre el equipo de beisbol con los punkis, que un principio podría resultar surrealista imaginar a ambos compartiendo una botella de vodka, pero Linklater consigue hacerlo con total normalidad.

Sin centrarse en la historia del protagonista, sino en el conjunto de personajes que le acompañan. Aunque basado en vivencias autobiografías, no pretende plasmar una historia personal, sino la de un conjunto de jóvenes. En este intento es importante destacar el uso de la banda sonora, que a través de las diferentes canciones configura el retrato de una generación. Una película sencilla que llevara a muchos espectadores a revivir momentos pasados cargados de nostalgia. Con una gran dirección de actores que consigue construir en algo menos de dos horas una relación estrecha entre los personajes y el espectador.

Linklater vuelve a acercar esta etapa de la juventud al mundo de los adultos como ya hizo con Boyhood, Movida del 76 u otras obras de su filmografía. Jugando sobre un terreno pantanoso, por la temática algo desgastada, pero que con facilidad consigue hacer suya. Demostrando una vez más que es capaz de transformar historias sencillas para convertirlas en obras completas y distintas. Con golpes de humor que desde luego harán entretenido su visionado, aunque sin esperar mucho más de lo que puede dar.

Alejandro García @NoTodoEsUSA
http://www.cinemaldito.com/todos-queremos-algo-richard-linklater/
NoTodoEsUSA
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La bocca del lupo
Documental
Italia2009
6,7
195
Documental, Intervenciones de: Vincenzo Motta, Mary Monaco
8
25 de junio de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las secciones más interesantes de Filmadrid son sus focos. En esta edición hemos podido disfrutar de Boris Lehman, Julio Bressane y Pietro Marcello. En esta ocasión quiero destacar la obra del realizador italiano Pietro Marcello. Un autor que como pudimos comprobar, obra tras obra se desarrolla y reinventa jugando entre la delgada línea que separa el documental de la ficción. Pietro consigue dotar a su película de un magnetismo único a través de una mirada que consigue captar la realidad de una forma muy personal. La bocca del lupo es una de sus obras más relevantes y que recibió el premio al mejor documental en David Donatello 2010. El personaje principal es Enzo un inmigrante siciliano que vuelve a Génova tras pasar 14 años en la cárcel. Compuesta por distintas capas interpretativas; desde la historia de amor entre Enzo y Mary y cómo afronta el personaje su salida al mundo exterior después de haber pasado gran parte de la vida en la cárcel, a el desarrolla de un ensayo sobre las calles de Génova y las condiciones de vida de una clase obrera condenada a la precariedad.

En la primera parte de la película se configura a Enzo, a través, del testimonio en off de Mary y los fragmentos de las grabaciones, que mutuamente se mandaban desde la cárcel (de forma clandestina). Las imágenes documentan la realidad de las calles de Génova mientras el protagonista las recorre, después de una larga condena separado de ellas. La ciudad en el presente es enfrentada a su pasado por medio del material de archivo que el realizador maneja de una forma brillante. Mostrando parte de la identidad e historia de la ciudad, además, de las trasformaciones sufridas en los últimos años. La bocca del lupo construye, a través de imágenes y voz en off el interior de la ciudad y del personaje. La fuerza y carisma de Enzo en consonancia con el contexto que le envuelve, construyen un climax propio del cine negro. Los fotogramas se entremezclan con el relato oral generando cierta ambigüedad al no mostrar de una forma explícita a el emisor de las palabras. Provocando que el espectador sea incapaz de discernir si se encuentra ante una historia real o ficcional.

En la segunda parte de la obra comienza a perder presencia la voz en off, para dejar espacio a los diálogos que se dan en el plano. La mirada del director comienza a ser menos poética para volverse más observacional. En este momento la película comienza a desvelarse como un documental con secuencias mas espontaneas donde los personajes se desarrollan de una forma más libre. Incluso llegando a desvelar la puesta en situación en un ejercicio de metalenguaje. Poco a poco la realidad comienza a empoderarse de la ficción, hasta que termina por romper completamente con ella, a través la conversación de Enzo y Mary delante de cámara, donde de forma espontanea se comienza a desvelar todos los entresijos de su historia de amor. Dos vidas destrozadas en las calles de Génova, que encontraron el amor entre las fríos barrotes de prisión, protegiéndose mutuamente juntos consiguieron hacer desaparecer los obstáculos que les impedían estar juntos. Después de todos los suplicios lo único que esperan, es poder cumplir su sueño de ser felices. Un amor profundo y sincero que los protege de toda adversidad, como la loba que protege a sus cachorros entre su boca dispuesta a dar la vida por la persona amada.

Alejandro García
|@NoTodoEsUSA http://www.cinemaldito.com/la-bocca-del-lupo-pietro-marcello/
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8
25 de junio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sayônara es posiblemente la palabra japonesa más común en nuestro país debido, sin duda, al doblaje de la película Terminator 2: Judgment Day donde se popularizó la frase «Sayonara, baby». Una palabra trágica que podríamos traducir como «hasta siempre». Sayônara es el título escogido por Kôji Fukada para dar nombre a una de sus últimas películas (su última película Harmonium fue premiada este año en Cannes). Un título acertado que consigue expandir el eco de esta palabra en mi cabeza, al recordar, los últimos minutos de esta obra. Este magnífico poema de ciencia ficción, realizado en Japón se estrenó en España en la Sección Oficial de la II edición de Filmadrid, donde recibió el premio a mejor película por parte del jurado de Días de Cine.

Una catástrofe nuclear a convertido a Japón en un lugar apocalíptico. La población intenta huir pero las largas listas de espera para ser evacuadas hacen prever que muchos no podrán salir jamás. En esta situación Fukada nos sumerge en el interior de una casa, aislada cerca de un bosque de bambú, donde viven las dos protagonistas: Tanya, una mujer de origen sudafricano y Leona, un androide en silla de ruedas. Sayônara es la primera película interpretada por un robot Geminoid F —creado por Hiroshi Ishiguro— aunque ya ha participado anteriormente en obras de teatro con el dramaturgo Oriza Hirata. En una de estas obras se inspiró Kôji Fukada para realizar la primera película donde un robot y un ser humano actúan juntos para hacer de una catástrofe futurista una increíble oda a la amistad.

Fukada construye sin la necesidad de artificios un futuro donde la radiactividad ha destruido todo, los últimos latidos de una humanidad que se encamina hacía su posible destrucción. Influenciado por Andrei Tarkovsky consigue crear un mundo ficcional desde el interior de los personajes, de una forma sutil, traslada al espectador a ese futuro donde la existencia de Leona no es un acontecimiento novedoso, más bien una pieza del pasado, un androide desfasado que no es capaz de caminar. Sin necesidad de mostrar cómo explotan las bombas sobre Japón o ciudades destruidas, acierta al generar en el imaginario del espectador una realidad aún más impactante, un futuro que consigue helarte los huesos, desde el cálido salón de la casa, contemplando desde la ventana, un mundo exterior en apariencia apacible.

El clímax de angustia en el que se establece la relación de los personajes, distorsiona la mirada del espectador. Cuando salen al exterior se percibe la metamorfosis que están sufriendo en su interior. Un homenaje a la obra Madre e hijo de Alexandr Sukurov donde las imágenes se deforman, mostrando el conflicto que se desenvuelven entre los personajes. Aislada de todo contacto humano, Tanya necesitada de la sociedad se enfría progresivamente, perdiendo parte de sus emociones para parecerse cada vez más al frío acero de un robot. Por otro lado, Leona es cada vez más humana, adquiriendo sentimientos y emociones enriquecidas por la poesía y el contacto humano. Una profunda reflexión sobre la esencia del ser humano, su relación con lo artificial y el valor de los sentimientos.

Una obra de gran belleza visual y narrativa que alcanza su momento más álgido en los últimos treinta minutos, con uno de los finales más emotivos que recuerdo. En un proceso lento donde contemplamos como la carne se convierte en piedra, mientras que el acero es dotado de vida. El humano desaparece pero el acero perdura: condenado a la vida eterna, está obligado a ser testigo del paso del tiempo y despedirse de aquellos que le acompañaron… Sayônara… La carne desaparece pero los sentimientos no se olvidan. Aunque la película se acabe, en mi interior siguen vivas las emociones que despertaron esos 112 minutos.

Sayônara.

Alejandro García
|@NoTodoEsUSA http://www.cinemaldito.com/sayonara-koji-fukada/
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4
25 de mayo de 2016
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando las luces se encienden y la pantalla del cine se apaga. Es el momento de revivir en la mente aquellas emociones que acabas de vivir. Pienso que una buena película es aquella que consigue mantener por siempre su recuerdo, obras que se conservan como una experiencia única e irrepetible. En otras ocasiones, cuando las luces se encienden, la película se difumina junto a la oscuridad, siendo difícil retenerla, terminando por ser archivada en el gran montón de películas olvidadas. Este es el tipo de películas que suelen rellenar la programación de los canales televisivos mediáticos, films que por lo general no recordaras ni siquiera su título, solo te quedara la sensación de “Deja vu” cuando intentes volver a verla.

Thomas Lilti presenta su segundo largometraje Un doctor en la campiña que cuenta con la interpretación de François Cluzet (que protagonizó Intocable en 2011) como actor principal. La película cuenta la historia de un doctor rural Jean-Pierre al que diagnostican cáncer. La medicina es una labor completamente vocacional, más si eres el único médico de un pequeño pueblo donde reinan las viejas costumbres. En este caso Jean-Pierre dedica toda su vida a su trabajo, hasta tal punto, que es incapaz de dejarlo y descansar a pesar de sus problemas de salud. Nathalie abandona la ciudad para ayudar al doctor en su trabajo, a pesar de las dificultades consigue ganarse la confianza del doctor, cambiando su forma de ver la medicina, un modo de trabajar muy distinto al que aprendió en la universidad.

Un homenaje a los médicos rurales, que desempeñan su trabajo con un alto grado de implicación con los pacientes. Una forma de trabajar muy distinta a la que se realiza en las ciudades donde todo es burocracia. Aquí la atención es más cercana y personal, convirtiendo el medico en una persona fundamental en el pueblo, que incluso en ocasiones llega a realizar labores que no se encuentran directamente relacionadas con la medicina. La obra recuerda a series como El doctor Mateo que también reflejaban la vida de estos médicos que dedican su vida a la salud de todo un pueblo. Una historia que puede ser interesante cabalgando entre el drama y la comedía, pero que no termina de aportar nada nuevo, más allá de una sesión entretenida donde acompañar al bueno de Jean-Pierre en su lucha constante contra la muerte, aunque al final siempre termine ganando ella.

Lejos de ser resultar aburrida, la película transcurre con ritmo entre las calles del pueblo. Pero poco más queda después de los 102 minutos de entretenimiento, que terminas olvidando al salir de la sala. La película no termina de calar, no consigue dejar huella entre tus recuerdos. La historia en sí, es correcta, pero no aporta nada más que una narración entretenida. Podríamos convertirla en una novela, sin que apreciáramos diferencia en la experiencia, porque la obra desaprovecha los recursos cinematográficos, algo a lo que nos tiene acostumbrado el cine más industrial o incluso aquellas obras destinadas ser visionadas un domingo por la tarde en la televisión. Ya que la sensación final cuando acaba la película, es que la pantalla del cine se le ha quedado grande. No consigue aprovechar el formato para hacer vivir al espectador una experiencia única, distinta a la que podría vivir leyendo en una novela o viendo la televisión.

Alejandro García @NoTodoEsUSA
http://www.cinemaldito.com/un-doctor-en-la-campina-thomas-lilti/
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6
24 de mayo de 2016
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando reseñamos Tarajal: Desmontando la impunidad en la frontera sur ya hablamos de las consecuencias del uso de balas de goma para disolver manifestaciones. Desde 1990 en España han perdido el ojo más de 30 personas y hubo una persona muerta por el impacto de estas balas. Esta vez Marc Crehuet afronta el tema desde la comedia negra, enfrentando en una misma mesa a un manifestante víctima del impacto y al responsable directo: un antidisturbios. Los dos hombres forzados por sus mujeres (amigas desde la infancia, aunque con el tiempo sus caminos se separaron perdiendo todo el contacto) se reúnen para cenar en pareja. Los primeros momentos, donde se intentan encontrar nexos de unión, son algo incómodos. Una situación fría y forzada, en la cual se analizan desde la distancia mutuamente. Pronto la situación comienza a forzarse, lejos de encontrar una conversación en común, un conflicto de ideas continuo termina convirtiendo el encuentro en una bomba de relojería a punto de estallar. Una situación que recuerda de forma inevitable a la obra de Roman Polanski Un dios salvaje donde sentimos cómo el ambiente poco a poco se va recargando hasta que la apariencia y los modales terminan saltando por los aires.

Marc Crehuet tras realizar algunos cortometrajes presenta su opera prima presentada en el Festival de Málaga, una adaptación de El rei borni obra de teatro que realizó en 2013 con los mismos actores. Se desarrolla todo el conflicto entre los personajes representados a la perfección por Alain Hernández, Miki Esparbé, Betsy Túrnez y Ruth Llopis que muestran con algo de humor las luchas interiores de los personajes que conocen en profundidad tras dos años representando sus identidades encima de un escenario. En pocas ocasiones escapamos de las paredes del piso, donde contienen el conflicto. Un clímax opresivo que refleja el caos interior del personaje, después de que los pilares que sostenían su idea del mundo comenzaran a mostrarse como falsos. La segunda mitad de la película recuerda a la obra de los hermanos Coen Barton Fink donde la confusión mental del personaje se exterioriza en la habitación. Un personaje que ha aceptado lo que desde la televisión y en su entorno le han dicho que es la verdad, sin la capacidad crítica de cuestionarse nada. Adiestrado en una cultura de violencia, es incapaz de contenerse como un perro preparado para atacar, sin ser capaz de cuestionar la orden.

Rodada en castellano y en catalán para evitar el doblaje, esta obra disecciona a raíz del conflicto una sociedad: dividida, alienada y con su capacidad crítica anulada. El bombardeo continuo al que nos someten desde que somos pequeños amolda en nuestra cabeza ciertas ideas como inamovibles, como incuestionables. Desde pequeño nos dicen:

«— No puedes hacer eso
— ¿Por qué?
— Porque es ilegal
— ¿Por qué es ilegal?
— Porque sí y punto»

Aceptamos las ideas que nos inculcan porque son normales o porque lo dicen otras personas. Nunca nos cuestionamos estos principios, simplemente los asumimos e intentamos pensar en ellos lo menos posible.

Marc Crehuet intenta romper la barrera de la ficción para hablar directamente con el espectador en un ejercicio de metalenguaje, que en ciertas ocasiones puede resultar algo forzado y muy evidente provocando que la intención de conectar con el espectador pierda algo de efecto. Pero finalmente consigue su objetivo principal que es hacer llegar el conflicto al espectador, hacerlo reflexionar sobre la necesidad de cuestionarnos nuestras ideas más profundas, ya que una conciencia crítica siempre es capaz de ver más que los ojos del alienado.

Alejandro García
@NoTodoEsUSA
http://www.cinemaldito.com/el-rey-tuerto-marc-crehuet/
NoTodoEsUSA
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