En 1973 los Shaw Brothers realizaban "Hermanos de sangre", una de sus mejores obras, film del que Peter Chan realiza este espectacular remake. Protagonizada por tres de las mejores estrellas asiáticas del momento, la película es un espectáculo abrumador. Ganadora de multitud de premios, nos encontramos con un film que reúne lo mejor del cine épico. Sus escenas de batallas son espectaculares, así como su fotografía y música. Con no pocas escenas memorables, "Warlords" es un título que merece ser visto si te gusta ese tipo de cine que invita a disfrutar y dejarse llevar por el poder de sus imágenes, a viajar por una época en la que el honor, la amistad y la lealtad eran valores que no se habían olvidado. Una obra a reivindicar. Una pena que como la mayoría del cine asiático nos haya llegado con dos años de retraso.

Mezcla de terror, cine catastrofista y ciencia ficción, el film dirigido por Alex Proyas, autor de las excelentes "El cuervo", y sobre todo "Dark city" es una película irregular. Tras un estupendo arranque la película muestra sus cartas demasiado pronto, pasando de ser prometedora a previsible. No por ello deja de ser entretenida. El film se las apaña para engancharnos, y a su favor tiene una estupenda atmósfera, escenas de gran impacto, y una interpretación de Cage, bajo mi punto de vista mucho más contenida y menos histriónica de lo que nos tiene acostumbrados. Adolece, eso si, de un metraje algo dilatado. En resumen, nos encontramos con un film que si bien nos es de lo mejor de Proyas, entretiene y a ratos inquieta. Podía haber dado más de si, es cierto, pero también podía haber sido peor. Recomendable.

Jon Avnet es un director que cuenta con una filmografía en la que combina títulos interesantes, ahí está "Tomates verdes fritos" por citar un ejemplo, con soberbios patinazos. El film que nos ocupa estaría en este último grupo. Al igual que en su anterior film "88 minutos", nos encontramos con un thriller previsible, que no depara sorpresa alguna, y que ni que decir tiene no saca el más mínimo partido a esos dos monstruos de la interpretación que son Pacino y De Niro. Nada sorprende, más bien aburre, en una historia que se ve venir de lejos. Esperemos que tengan mejor suerte a la hora de elegir otro proyecto en común y sírvanos de consuelo el poder verlos en esa obra monumental que es "Heat", una lección de lo que es buen cine, y no esto.

Cuando parecía que la figura del vampiro en el cine estaba destinada a productos comerciales destinados a un público mayoritariamente adolescente, léase "Crepúsculo" y secuelas, Tomas Alfredson le devuelve toda la dignidad al personaje. Aunque enmarcada en el género fantástico, la película trata temas tan cotidianos como la soledad, la incomunicación entre padres e hijos, el acoso escolar y la búsqueda del amor. Con una narración pausada, lejos de los frenéticos montajes a los que nos tienen acostumbrados los americanos, lo cual no es en absoluto un lastre sino todo lo contrario, y unas imágenes de gran belleza y fuerza visual se nos cuenta una historia inolvidable. Aquí no hace falta abusar de los efectos especiales para disimular las carencias de un guión. Aquí el "efecto especial" es el conjunto de maravillosas sensaciones que nos transmiten los protagonistas del film. No es necesario ni siquiera mostrarnos colmillos. Oskar y Eli han llegado para contarnos su conmovedora historia, y es un placer que nos hayan "dejado entrar" en ella. Películas como esta nos recuerdan, por lo menos en mi caso, porque amamos el cine.

Presentada como secuela de "The twins effect", la película solo tiene en común con el anterior título algunos de sus protagonistas principales y que en la dirección vuelve a estar Corey Yuen esta vez acompañado de Patrick Leung y no de Dante Lam. Aquí los malos no son vampiros como en el anterior film. En esta ocasión se nos presenta una sociedad en la que las mujeres tienen la hegemonía y los hombres son esclavos, y en la que un grupo de jóvenes intentará cambiar las cosas y hacer que se cumpla una antigua profecía. Nos encontramos ante un film de aventuras y artes marciales, que evidentemente no es "Tigre y dragón" ni tampoco pretende serlo. Aquí se trata solamente de entretener, y se consigue solo a medias. Las coreografías de las escenas de acción están bien resueltas, no pudiendo ser de otra manera si tenemos en cuenta que tras ellas está Corey Yuen, y el publicitado duelo entre este y Jackie Chan no decepciona. Sin embargo no es suficiente para levantar un film que depara pocas sorpresas y que tiene como lastre un humor demasiado infantil. No está a la altura de otras películas que de una u otra manera han tratado ideas similares, como por ejemplo la secuela de "La novia del cabello blanco" de Ronnie Yu.