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España España · burgos
Críticas de Gepeto
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Críticas 67
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
17 de septiembre de 2013
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como Bunuel, Tarkovsky tiene un lenguaje único. A ver quien me dice un tercero. Petición.

No tengo claro que esto sea una película. Lo digo porque la sensación que he tenido no ha sido la de una experiencia audiovisual, ha sido mas bien algo así como leer imágenes. Otra cosa es lo que haya podido entender. Cuidado, en algunos casos esa no es la pregunta adecuada. No creo que Tarkovsky trate de explicar algo. Me da que no van por ahí los tiros. De hecho creo que ni siquiera se propone contar algo.

Para mi esto no es cine. Es prosa. El paisaje es prosa, las paredes son prosa, las personas son prosa. Eso no son imágenes, es otra cosa que se ve leyendo. Y tampoco es un gerogrífico. No significa nada. Nada salvo leer vacío.

Eso de las decisiones, el libre albedrio, la determinación, la aceptación, la mortalidad y tantas cosas más son un vacío total. Están ahí como niebla, borrosas. No cuentan. El aprendizaje de la vida es nulo. El poder otorga la nulidad. Mejor dicho, el hipotético poder implica la nulidad total del mismo, por eso es hipotético. Toda la ¿película? tiende a lo trascendente pero se escapa justo antes de formarse. Leemos un bucle. Puede que Tarkovsky trate de hacer desaparecer lo filmado, y casi lo consigue. Casi consigue hacer la película que desaparece cuando la ves. O sin casi. Con lo cual para disfrutar esta cosa no quede más remedio que no verla. Yo ya no puedo. Antes de verla existía mogollón, la tenía pendiente, tenía forma y objetivo. Ahora ya no puedo hacer nada. Y si intentas verla otro par de veces como yo te va a dar igual.

Pero habemus que decir que en blanco y negro sí existe. La mujer existe. Mientras nosotros vamos de excursión haciendo el capullo la mujer existe. La mujer siempre existe. Eso no lo quiere hacer desaparecer porque sabe que eso sí existe. Bravo Andrei. Ahí, en blanco y negro aparece la carne y el hueso. Lo que somos de verdad. Mejor dicho, l@s que son de verdad.
Gepeto
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9
17 de septiembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi ayer por la noche y todavía ando deprimido. Joder, en el contexto actual con un país más perdido que un pulpo en un garaje, he sentido en esta peli todo el peso del acontecer presente.

Madre mía. Así somos. Lobos primero y buitres después. Cada cual a la suya y los de atrás que se jodan bien. Y lo peor que he sentido es que la esperanza final de la película me temo que se está quedando atrás. "Seguiremos viviendo porque somos el pueblo". Y una leche, el pueblo ya no pinta nada. El pueblo está vendido y encauzado. La economía se ha zampado la moral, que yo recuerde no era suya, pero ahora sí, ahora es bueno lo que es económicamente eficiente, y esa ecuación representa la totalidad del argumento, del juicio, y de la discusión. O sea, una victoria aplastante. ¿ Desde cuando cosas como EDUCACION y SANIDAD miden su nivel de eficacia en términos económicos? ¿Acaso su nivel de eficacia no se mide en términos de CALIDAD? ¿Pero se nos ha ido la pinza?. Resulta que ahora gastar dinero en calidad no es apropiado. Lo cual lleva a pensar que sí lo es en lo contrario, en gastarlo en cabronerías que produzcan más dinero para más cabronerías.

La maestría de John Ford, como siempre, refleja este horror sin estridencias. No necesita hacer cosas raras con las imágenes. Como siempre en su cine, va todo como la seda. Y nos relata un viaje de degradación humana abrumador y deprimente, donde los seres humanos son un medio. Según Kant hay que trata al resto de personas siempre como un fin, no como un medio. Esto sería bueno para todos. Pero esa ley ya no puede funcionar, porque los que manejan el mundo ya no son personas, son entidades financieras y corporativas no sentimentales, y para esas entidades el resto del mundo es un medio.

Donde yo trabajo (de momento) es del todo interesante ir viendo como ha evolucionado el nombre de un Departamento. En poco tiempo, de "Departamento de Personas" pasó a "Departamento de Personal", de ahí a "Capital Humano", de ese a "Recursos Humanos" y ahora le han vuelto a cambiar a "Gestión de... la verdad ya no me acuerdo". A este paso se va acabar llamando algo así como "Optimización de Unidades de Carbono".

Lo mejor y lo peor de la película es que siga siendo tan actual. Y para la siguiente crítica me prometo hablar de cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gepeto
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8
9 de junio de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque creo que realmente ha merecido la pena y mucho, me ha costado ver esta película. Me ha costado mucho la primera media hora, después también pero menos. De manera que el esfuerzo ha valido la pena. Pregunta: ¿El esfuerzo realizado para ver entera una película es algo valioso en sí o es un derroche de energía absurdo? Creo que depende de la película.

Veamos. Hace no mucho vi una película con Brad Pitt en la que el protagonista nace anciano y va decreciendo hasta morir como un bebé. Aguanté toda la película, que dura un montón, ya que había leído unas cuantas buenas críticas. Vale, cuando acabó la película me sentí como un imbécil. Durante todo ese tiempo no atrajo mi atención absolutamente nada, y es una película de que la que no tengo poso alguno. En este caso el esfuerzo no mereció la pena, o en todo caso solo sirvió para eso, para saber que no mereció la pena.

Señalo esa película porque "Japón" es lo que tenía que haber sido esa otra caso de que el director no confundiera sabiduría y profundidad con ocurrencia y vacío. En "Japón" masticamos el tiempo, que aparentemente va en la dirección correcta. El protagonista también vive hacia su bebé, pero aquí el problema no es que ya no se empalme a los nueve años, el problema es que aquí el tema se vuelve infinitamente más confuso y vertiginoso. Aquí al espectador le abre en canal y le enfrenta con sus vísceras, en la otra estamos otra vez en chico conoce chica y con suerte puede que lleguemos al súper-nivel del desencanto. Y aquí acabo el escarnio, es demasiado fácil.

"Japón" habla del tiempo hacia arriba, hacia abajo y de costado. Pone a la vida en el mismo plano que la muerte. Crea una tragedia existencial, la búsqueda del creador antes de desaparecer, que aquí (del todo meritorio y original) sucede de forma inconsciente. Y aún más abajo, ¿Debemos matar al creador?, y más, ¿El creador es una alimaña sin cuento y también mortal?.

"Japón" habla de la belleza. ¿El planeta, el Universo entero, es hermoso o todo es una ilusión absurda y humana? Decía Kant que no vemos las cosas como son sino como somos nosotros. Y las personas ¿son hermosas en sí, o solo de jóvenes, o solo en su descomposición y regreso? La belleza final parece concretarse en la muerte y por tanto no es alcanzable para nosotros. Otra tragedia. ¿Merece la pena la consciencia de estar vivos? Una paradoja ¿La muerte es el creador?

Muchas cosas se abren en esta película y ninguna queda cerrada. Es muy incómoda.
Gepeto
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7
29 de abril de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este bueno de Godard siempre me resulta irritante en cada una de sus películas que he visto, sin embargo siempre deseo ver alguna más. Debe se masoquismo.O ganas de pillar el punto de una vez a su cine.

En esta "Banda aparte" (¿aparte de qué narices, que coño es ese aparte?) me pasa como en todas las demás que he visto. Los personajes me resultan molestamente inasibles, soy incapaz de colocarlos en algún modelo de patrón de comportamiento catalogado, más que faltarme adjetivos para definirlos es que no tengo ninguno. Para mí es como si fueran de otro planeta y después de unos años aquí todavía siguen sin pillar el punto a éste. Y la pregunta es ¿Por qué me fastidia esto? ¿Racismo, paletismo, estrechismo, cuadrilaterismo, pereza...? Ni idea, aunque me redimo porque ya digo que luego quiero más y voy a pensar que eso es bueno. En cualquier caso no es fácil lidiar con el desconcierto, hay que saber relajarse y eso a día de hoy parece un frenazo demasiado brusco.

Onanismos mentales aparte, lo que me admira de verdad de este cine, es como el director se las apaña para transmitir a los actores esa forma de actuar tan inclasificable, que lo haga uno de ellos me resultaría entendible, pero que consiga esa sintonía con todos ellos creo que es meritorio. Sintonía de personajes aesteriotipados, aculturales, ahistóricos.

Y eso, que a ver si pillo alguna más.
Gepeto
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9
16 de febrero de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
De verdad merece la pena echar de vez en cuando un vistazo al cine de Woody Allen solo por las cosillas puntuales que te descubre. En este caso, solo por la composición de Bach ya me ha merecido la pena la película (concierto para clavicordio en Fa Menor, BWV 1056 por si le interesa a alguien), me pregunto como se puede componer algo tan bonito. También me gustó el grupo de punk que sale en una escena, aunque no he visto esa referencia en los títulos de crédito.

La película me ha dejado un poso de despedida que me produce desasosiego, despedida de lo orgánico. Salen estupendas tiendas de discos de vinillo y librerías. Una casa está llena de esos objetos mágicos. Pero esto empieza a ser historia, ahora todo empieza a estar detrás de una pantalla luminosa, los libros, la música, las conversaciones... paradójicamente el mundo de lo táctil nos está privando del tacto, del tacto de lo orgánico, de lo perecedero.

Me pregunto como será el paisaje de las ciudades dentro de poco, sin tiendas de discos ni librerías, y de cuantas cosas más. Serán ciudades uniformes, prácticas, rápidas, sin tiempos intermedios. Una de las cosas más excitantes de viajar a otras ciudades es ir en busca de una tienda de discos de la que te ha hablado algún amigo, o alguna librería especial. Desde luego, mucho más excitante que ir por orden a los diez imprescindibles de la guía turística (que vamos a tener en el teléfono), aunque no voy a negar el valor relativo de esas referencias, pero son un poco rollo rebaño. Lo uniforme se impone a lo bestia. Así lo quieren los que manejan el cotarro (véase bancos y corporaciones), con su sueño del rebaño de ovejas perfectamente encaminado.
Eso mientras seamos su medio claro, cuando el planeta vaya petando, y de medio pasemos a ser obstáculo, mejor ni pensarlo, para entonces a ver quien es el guapo que lo da la vuelta una vez superado el punto de no retorno. Miedito.

Y además la película genial, aquí las referencias culturales están equilibradas, en mi opinión mucho más que en "Manhattan, donde son tan abundantes que me acaban pareciendo impostadas y excesivas. Los personajes tienen todos un mundo propio, al final no sabes cual de todos es el protagonista porque pueden serlo cada uno de ellos. Puede ser por momento triste y alegre, pero no hay una querencia al drama, todo se acaba desahogando por grave que sea. Al fin y al cabo me enseña la película que los seres humanos somos demasiado imperfectos para exigirnos metas demasiado altas, no hay un sentido final, pero como dice el gafitas lo importante es la experiencia, y procurar no andar jodiendo mucho al resto.

Y ese Central Park en otoño, ¿qué me decís?, y esas cabinas de teléfono, y esas calles descojonadas con gruas y andamios, y el barrio de Chelsea con sus casas bajas, esos garitos de música en directo....New York New York.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gepeto
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