Aparte de mal contada y basada en la jeta de una que se parece a la de "Dirty Dancing", todo resulta rancio, como copiado de otras pelis.

Mezcla de "El tiempo entre costuras" y "Puente Viejo", con un guión terrible (¿Vamos a montar el partido comunista no...cari....?).

Un aburrimiento más previsible que las rimas de Melendi.

Por fin una secuela que entronca con la original, después de muchísimos intentos fallidos, aunque sea el la tercera temporada. Este es el camino.

La protagonista, que generaba muchas dudas, encuentra el equilibrio apoyada por un buen guión, profundidad de los personajes, la suficiente emotividad y una linea argumental interesante.

Se intuye la mano de un verdadero "freaky" (dicho con cariño), admirador del producto original, detrás de la producción y desarrollo global de esta, ahora si, muy buena serie.

Si quieres quedarte con buen sabor de boca, no pases del primer capítulo.

El director se maneja bien en la recreación de ambientes, construcción de personajes y situaciones tensas, pero descuida la trama con una historia simplona, con brutales lagunas y errores de documentación, sobre todo respecto al funcionamiento del sistema judicial.
Además, recurre al populismo al introducir personajes reconocibles e incidentes reales.
Todo el planteamiento de la investigación de la infumable poli de asuntos internos es un absurdo y enorme globo "naif" que se desinfla capítulo a capítulo.
Producto muy similar a su anterior titulo " El Reino", e igual de malo.

Propaganda independentista a la que estamos acostumbrados, por desgracia, hace ya años. Todo el mundo roba a Cataluña, sobre todo España, no sus dirigentes que se llevan el 3% de todo lo que se hace, como los Pujol que acumulan 3.000 millones de euros trabajando de funcionarios.

Otra cortina de humo para tapar las vergüenzas de la desastrosa gestión y expolio de sus dirigentes.

Cataluña cada vez más cerca del nazismo

Me debato entre opinar si es un homenaje o una copia de cine de calidad, según el episodio.
Mientras tanto, me dejo conquistar con esos multiples momentos especiales que generan sus interpretes y el guión.
Indudablemente, cada temporada gana en madurez y carácter.
La secuencia de la fuga o la que acaba sonando "Romeo&Juliet" de Dire Straits, miemtras bailan en la cafetería, es puro vicio