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España España · Barcelona
Críticas de Sémele
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Críticas 223
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
31 de agosto de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La extraña pareja que forman estos dos extraordinarios actores (Viggo Mortensen y Mahershala Ali) consigue que esta comedia dramática cobre un gran interés. El director Peter Farrelly se ha inspirado en una historia real para construir una espléndida película, no tanto como obra cumbre del año (no en vano se llevó el Oscar a mejor película), sino como un entretenimiento con un trasfondo que invita a la reflexión.

Tony Vallelonga, más conocido como Tony Lip (Mortensen), consigue trabajo como chófer de un genial pianista, el Doctor Don Shirley (Ali), para que lo acompañe por el sur de los EEUU donde dará diferentes conciertos. El prodigio del piano es un hombre negro, culto y refinado. El chófer, un hombre blanco, más bruto que un arado, como escribiría Philip Kerr. Estamos en 1962. En ese contexto, como dice el mismo Lip, "usted y yo viajando por el sur, habrá problemas, seguro".

Las sonrisas y risas que provocan los contrastes entre uno y otro están aseguradas. En ocasiones, la película parece una sucesión de "gags" un poco facilones, aunque tremedamente efectivos, que provocan hilaridad. Sin embargo, gracias a estos dos extraordinarios actores que están perfectos en sus roles, la cinta empieza a cautivar muy pronto y para cuando se pone sobre la mesa el verdadero trasfondo para la reflexión ya ha atrapado. Es muy interesante cuando se adentra en las incoherencias a las que se enfrentan los protagonistas en un contexto sembrado por el racismo y cómo, en ocasiones, esa dureza extrema llevará consigo un nuevo planteamiento de sus respectivos mundos, sobre todo en Lip, pero también en Shirley. Todo ello, en ocasiones, visto con humor, pero también con cierta seriedad, con un poco de profundidad.

En resumidas cuentas, no es una gran película, no es la obra cumbre del año, ni la mejor cinta de sus protagonistas. Pero por su sencillez, su falta de grandes pretensiones, su humildad, es una comedia dramática que funciona y que cautiva y atrapa. Me dejo una sonrisa en los labios y una sensación agradable al abandonar el cine. La recomiendo.
Sémele
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6
14 de agosto de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Mercenary" es un debut interesante. Se trata de un drama social que cuenta la historia de un joven, Soane, que huye de su despótico padre para tratar de hacer carrera en Francia, como jugador de rugby. Su físico descomunal (el chaval mide un metro ochenta y cinco centímetros y pesa unos 115 quilos) le abrirá las puertas. Sin embargo, su sensibilidad, su bondad y su inocencia se verán a prueba por la dureza del entorno, tanto en Nueva Caledonia como en Francia.

Es una película sencilla, aunque apuesta por un tono profundo y maduro. Uno de sus mayores aciertos es la naturalidad con la que se aborda el drama, donde los acontecimientos (no demasiado originales) van fluyendo poco a poco. Soane aprenderá a desenvolverse en un mundo adulto, con una inocencia que irá evolucionando para poder sobrevivir y para afrontar un final revelador. El maltrato, el abuso, el esfuerzo, los sueños, la injusticia, las drogas, el amor.... son algunos de los temas que deberá afrontar Soane en su periplo.

Un buen guión que emociona y provoca alguna sonrisa, una puesta en escena muy interesante, unos actores notables y una dirección solvente hacen de "Mercenary" un producto interesante para recomendar.
Sémele
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8
15 de marzo de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre me quedará la duda de cómo habría resultado "Triple Frontier" de haber continuado en las manos de la Paramount con Channing Tatum, Tom Hardy y Mahershala Ali como protagonistas. Al parecer, Tatum y Hardy abandonaron el proyecto porque el guión no acababa de convencerles.

Visto lo visto, y desconociendo si el guión fue posteriormente modificado, "Triple Frontier" (o "Triple Frontera") es un thriller de acción resultón y entretenídisimo que da lo que promete, es decir, distracción y diversión en algo más de dos horas. El reparto actual no desmerece al anteriormente citado: los actores son sobradamente solventes, en especial, un sobresaliente Oscar Isaac, acompañado por Ben Affleck, Charlie Hunnam, Pedro Pascal y Garret hedlund. Tampoco falla el director JC Chandor, realizador de la genial "El año más violento", donde trabajó (de nuevo) con Oscar Issac y Jessica Chastain. La ambientación, fotografia, guión, banda sonora... son eficaces y funcionan.

El filme nos introduce en las vidas, un poco del revés, del quinteto protagonista, miembros o exmiembros del ejército, con mucha experiencia en operaciones de campo y poco reconocimiento por parte de sus susperiores, que plantean dar un pelotazo a un narcotraficante que está forrado. Interesantísimo el llevar la acción hasta la triple frontera en sudamérica. Hermosos y diferentes paisajes que dan un plus a las escenas más moviditas. Bueno, claro, las cosas se tuercen, etcétera etcétera...

No es que sea un hacha en profundidad o originalidad, y me pregunto si no serán esos los motivos de la espantada de Channing y Hardy, pero, para ser justos, el guión y la acción les funcionan y tiene momentos brillantes que están muy bien resueltos (la misma casa-fortaleza es para enmarcar). La cinta engancha, pero bien, de principio a fin, y no puedes dejar de observar lo que les sucede a los protagonistas. El planteamiento te atrae, el nudo te atrapa y el desenlace te provoca una sonrisa sarcástica, en plan, en el fondo me olía la tostada. Al final, todos somos humanos, con nuestras debilidades, pero tratamos de ser mejores, después de pifiarla ¿no? Porque también hay algún momento para la reflexión. Hay un pequeño espacio para las risas, porque llega un momento en el que piensas, hostias, y que más va a pasar aquí. Otros te contagia el buen rollo que desprenden juntos el quinteto.

Lo dicho: Si se tiene Netflix, y la posibilidad de verla, se pasa un rato bien ameno y distraído. Cumple con las expectativas. No decae en ningún momento, por la gran cantidad de cosas que van sucediendo. Sé que cantidad no es igual a calidad, pero, en este caso, las sorpresas están muy bien puestas.

A lo mejor soy yo, pero, otra vez, me sorprendo con la tristeza que desprenden los ojos de Ben Affleck, como si acarreara un conflicto sin resolver tras otro. No quiero decir que esté mal, porque esta actitud le viene que ni pintada a su personaje. Solo he echado en falta... no sé, que se saliera algo más del tiesto. Porque es un poco sosete, vaya. Suerte que están los otros cuatro, en especial Oscar Isaac, que aportan bastante más carisma y gracia en sus interpretaciones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sémele
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9
18 de enero de 2019
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pawel Pawlikowski se está convirtiendo en un director a tener muy en cuenta en el panorama cinematográfico actual. "Ida", su anterior film, es una propuesta interesantísima e hipnotizante, capaz de presentar una historia mínima engrandeciéndola poco a poco hasta la emoción.

Con "Cold war" pasa algo muy similar. Como aquélla, un elegante blanco y negro, cuidada ambientación y vestuario, la dan un cierto regusto a clásico y, al mismo tiempo, rezuma actualidad por su innegable intensidad e hipnotismo que resulta magnético.

Es tan rica en matices. Su bella historia de amor evoca una ternura especial al entrar de lleno en lo tradicional: el director de música (interpretado por Tomasz Kot) busca perpetuar las canciones populares aprendiéndolas en su lugar natural y luego transmitiéndolas a través de cantantes y bailarines profesionales; este singular esfuerzo le trae como recompensa la fama y el amor por la bella y temperamental Suzanne (interpretada por Joanna Kulig), una joven cantante a la que descubre. Sin embargo, anclados en el periodo de la Guerra Fría, también llegaran las dificultades y los carácteres opuestos de los dos amantes que los pondrán en aprietos a lo largo de 15 años.

Esta historia de amor consiguió atraparme por su halo de melancolía y imposibilidad. El amor, parece ser la tónica, cuánto más imposible, más bello es, o, al menos, ése parece el mensaje. La imposibilidad empuja a los amantes a tratar de que su historia de amor se reavive y se reanude aunque sea en los lugares más inhóspitos, fruto de la desesperación por estar juntos. Una terquedad que resulta emocionante hasta su conclusión.

Lo digo abiertamente: me da un poco de rabia que se la compare con "La La Land: la ciudad de las estrellas". No pienso que La La... sea una mala película, pero me pareció que fallaba en demasiadas ocasiones, sobre todo, en su historia de amor estirada como un chicle.

"Cold War" no es un musical, tampoco, aunque la música ocupe un lugar privilegiado en ella y desprenda tanta magia y ternura (no en vano los dos protagonistas se conocen gracias a ella). Me atrevería a decir que ésta es 100 veces mejor que "La La Land..". Comparándolas, la historia de amor entre Mia y Sebastian (Emma Stone y Ryan Gosling) es insulsa y carece de la magia, la empatía y la intensidad de la de Viktor y Suzanne, los protagonistas de Cold War.

Muy recomendable.
Sémele
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8
24 de diciembre de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo reconocer que, hacia el final de "Roma", la película más personal de Alfonso Cuarón, se me saltaron las lágrimas. No sabría definir lo que pasa en ella, pero la emoción del final acabó por explosionar delante de mis ojos. Podría decir que "Roma" es como una carrera de fondo a la que asistimos como seres pasivos a los entresijos domésticos de una familia burguesa mexicana, a través de los inocentes y, a veces, melancólicos, ojos de Cleo, niñera y sirvienta, una muchacha que apenas ha dejado atrás la adolescencia.

Técnicamente es una película magistral... No hay ni un solo fallo. La fotografía en blanco y negro tiene una belleza cautivante, la ambientación y el vestuario es de una sencillez abrumadora, los efectos sonoros están colocados con una precisión milimétrica... Todo, absolutamente todo desprende una gran belleza y, al mismo tiempo, una naturalidad aplastante y está perfectamente ensamblado para dejar al espectador maravillado. Luego viene lo artístico...

Tal vez esto no venga mucho a cuento, pero debo reconocer que, debido a lo que había oído previamente, me había creado expectativas. Bastantes, de hecho. De ganar el León de Oro del Festival de Venecia (de la mano de Guillermo Del Toro, compatriota de Cuarón) a posicionarse como una de las firmes candidatas a los Oscar, pasando con ciertos comentarios en los que se tildaba la cinta como la mejor del director, teniendo en su haber un peliculón como "Hijos de los Hombres", me hacia albergar muchas esperanzas, puesto que todo lo que ha hecho Cuarón, muy variado, me ha gustado mucho.

Desde mi humilde punto de vista, y siendo una admiradora de su trabajo (incluso me cautivó su poderosa irrupción en la saga Harry Potter), no creo que "Roma" sea su mejor film, sino su película más personal, que es algo distinto. Desde su vertiente más artística, "Roma" nos brinda una historia mínima, apenas anecdótica, que se llena con la cotidianeidad de unas personas, ya no personajes, como si nos permitieran conocer un pedacito de sus vidas sencillas y rutinarias. Lo que vamos a ver, dejando a un lado lo prodigioso de su puesta en escena, son pequeños (o grandes) dramas diarios, en los que empatizar va a ser clave para que el film nos cautive plenamente.

Seguramente la emoción que me embargó al final vino precedida de todo lo que le sucede a la protagonista, que, aunque nunca sale de lo cotidiano, acaba por tocarte el corazón. Lo cierto es que me sorprendió que pudiera quedarme esos primeros 90 minutos (la película dura unos 135 minutos), viendo lo poco que sucede en pantalla; no es que fuera una cuestión de fe ni nada por el estilo, hay cositas que te hacen sonreír y te pican la curiosidad. En suma, si me quedé fue porque sentí que me aguardaba algo grande, como así fue.

Lo cierto es que lo normal y rutinario acaba por imponerse, resultando algo previsible pero no menos demoledor, y el drama femenino acaba por impactar como un meteorito y no sé porqué, por contrapartida, los hombres me parecieron demasiado esquemáticos, de lo poco que puedo reprochar a la cinta. En eso raras veces falla, por ejemplo, Almodóvar que suele crear personajes masculinos muy creíbles en sus dramas femeninos. Ni idea de si fue algo pretendido por Cuarón que fueran así, tal vez sí, anecdóticos y bastante planos, un visto y no visto, y que se fastidien las dos mujeres. Qué sé yo. A mi modo de ver, pintándolos así, le restan credibilidad al conjunto...

Y luego llegan los últimos 45 minutos, tras una extraordinaria escena callejera (no diré más), que pone los pelos de punta, unido a lo que le sucede a la protagonista, que acaba por empañarte la mirada y, por fin, llega lo que llevaba aguardando una vez iniciado el visionado. Desde lo cotidiano, Cleo ha conseguido tocarme el corazón. La explosión de emoción, desde la sencillez más cautivante, acaba por unir fondo y forma y me di cuenta de que ahí estaba la gran singularidad de "Roma": un pedacito de vida, no una simple película, con toda su magia y su dolorosa verosimilitud, reflejado en la mirada triste y melancólica de Cleo, feliz por ser amada y, al mismo tiempo, con capacidad para amar después de todo, y todo ello envuelto en un envoltorio en blanco y negro para regalo.

Una obra notable, inolvidable.
Sémele
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