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Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Críticas de El Golo Cine
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Críticas 833
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
2 de junio de 2024
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Dirigida por Ryusuke Hamaguchi. Un proyecto para instalar un camping en un bosque resulta perjudicial para los habitantes de ese espacio.

Por Nicolás Bianchi

Hamaguchi se ha instalado como un director de renombre internacional después de haber ganado el Oscar a mejor película extranjera con Drive my car (2021), basada en un texto de Haruki Murakami. En particular, Evil does not exist es el primer film posterior a este éxito. Se trata de una historia escrita por él y Eiko Ishibashi exclusivamente para cine, sin el respaldo o la carga que puede imponer una novela o cuento literario.

La película retrata un problema que sucede en Japón pero en una clave global, fácil de entender por cualquier espectador de otro país. Se trata, una vez más, de un conflicto generado a partir del avance de la economía y el capitalismo. El protagonista Takumi (Hitoshi Omika) vive junto a su hija Hana (Ryo Nishikawa) en una cabaña en medio de una zona boscosa. Takumi va a recoger el agua que necesita a un arroyo, corta su propia leña y lleva a cabo un estilo de vida tranquilo que depende de la naturaleza que lo rodea.

Evil does not exist cuenta esto a través de extensas secuencias silenciosas que muestran lo que podría ser la rutina de estos personajes. Además, esta forma de narrar transmite la idea de que, en el bosque, todo requiere de cierto tiempo. En los personajes no hay apuro sino constancia. El hecho que interrumpe esta suerte de equilibrio cotidiano es un proyecto de una empresa para instalar un predio de glamping (camping + glamour).

Entonces, se produce un enfrentamiento entre dos grupos. Los habitantes de esta comarca están representados por Takumi y otros personajes. A su vez, hay dos representantes de la empresa que realiza el proyecto que, en una reunión con los vecinos, van a explicar y a aclarar dudas. En vez de que eso suceda, se ven abrumados por las inquisiciones de los habitantes del bosque. A través de algunas pinceladas la película muestra que lo que quiere avanzar sobre el bosque es un capitalismo dinámico pero precario. Ganancias fáciles sin importar a qué costo. Contaminación eterna a cambio de dinero rápido.

Esto último puede verse tanto en el desconcierto de los empleados de la empresa como en una escena posterior, entre ellos y el jefe de este emprendimiento. La película reitera el mecanismo de presentar secuencias extensas y por momentos anticlimáticas. Esto sirve para ofrecer una mirada más profunda sobre lo que se está contando. De esta manera, se trata de un problema que supera a todos los personajes que se ven en pantalla.

Evil does not exist es un nuevo producto de Japón para el mundo realizado por Hamaguchi. Se trata de un film sólido, bien realizado e interesante. Con respecto a esto último, es actual pero plantea una suerte de dilema más amplio. Y también guarda sorpresas. En definitiva, los bosques son espacios misteriosos donde suceden eventos extraños.

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8
2 de junio de 2024
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Más de 20 años después de su estreno, esta película, ya convertida en un clásico, está disponible en Mubi. Dirigida por Chan-wook Park, aporta una nueva mirada sobre lo que puede ser una venganza.

Por Nicolás Bianchi

Parte de la premisa de Old boy es llevar el relato de venganza a un extremo impactante y hasta difícil de tolerar. Pero además de esto, todo en la película tiene una vuelta de tuerca más. La desventura del protagonista Dae-su (Choi Min-sik) comienza una noche en la que es secuestrado. En principio, la película cuenta la vida de un tipo normal que tiene un trabajo de oficina y, de vez en cuando, se emborracha por las noches.

En una de esas noches el personaje es secuestrado. Cuando despierta, Dae-su está en una suerte de prisión de un ambiente, cómodamente amoblada y con un televisor. Lo que no sabe el personaje es cuánto va a durar su cautiverio. Tampoco sabe por qué está encerrado allí. Primero pasan días, y después semanas, meses y años. Hasta que finalmente el prisionero es liberado. En este momento, la película inserta un componente surreal que va a permanecer activo durante buena parte de la trama.

Dae-su es sedado con gas y luego introducido en una especie de caja o valija de gran tamaño. Cuando despierta, sale de este envase y se da cuenta que está en un parque, en lo que parece un área suburbana. Para este momento no van más de 10 o 15 minutos de película. Lo improbable que es lo que ha vivido el personaje, en cautiverio durante más de una década, establece un tono. Las películas de venganza suelen tener un estilo exagerado, pero Old boy va un poco más allá.

Se trata de un relato intencionadamente desmedido, desproporcionado. Lo que se inicia a partir de la liberación de Dae-su es un camino, en principio, inverso. Este personaje no quiere rehacer su vida, que parece definitivamente estropeada, sino que busca vengarse de quién lo secuestró. Para ello, primero tiene que averiguar quién lo ha hecho. Entonces, lentamente y a partir de unos pocos indicios, el personaje va transitando su camino de azulejos amarillos.

Mientras tanto, establece una relación con la muy joven Mi-do (Kang-hye Jong), camarera de un bar donde Dae-su tiene su primera comida en libertad. La escena es memorable y resulta icónica. El personaje pide lo más vivo que tengan. Entonces, le sirven un pequeño pulpo que todavía no ha muerto. Dae-su deglute al animal mientras sus tentáculos todavía se mueven y abrazan su rostro.

Al conocer cómo termina la historia se podría decir que esta secuencia funciona como una síntesis. Muestra la desesperación y la ira del personaje. Ahora bien, en su vocación de hacer daño como contra prestación de lo que a él le ha sucedido hay también una intención de dañar. Esto puede ser perjudicial, por decirlo de alguna manera, de un modo descontrolado. Cuando todo cierra, Old boy ya no es tanto una película de venganza sino más bien un relato al estilo de Últimos días de la víctima (1982), donde en verdad el cazador siempre ha sido la presa.

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4
30 de mayo de 2024
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Primera película de Kobi Libii. Muchas ideas, no todas valiosas, se desparraman en una película que nunca encuentra un tono ni logra tensión.

Por Nicolás Bianchi

Cuando un film, como en este caso, falla, una alternativa es pensar cuál fue el objetivo que, por distintos motivos, no se alcanzó. En esta película hay componentes de fantasía y de comedia romántica, pero sobre todo una mirada que pretende ser provocadora y crítica sobre el lugar que ocupan los negros en la sociedad estadounidense. Pero nada de lo supuestamente profundo funciona. Apenas alcanza con el componente melodramático para que este relato, arrastrándose, llegue hasta su final.

El protagonista Aren (Justice Smith) es un artista frustrado que no consigue vender una obra que se ha mostrado en una exhibición. En este evento, que ocupa la primera secuencia del film, un coleccionista blanco lo confunde con un mozo. De ese modo un poco torpe la película introduce la cuestión racial. Más tarde esa misma noche, Roger (David Alan Grier) lo saca de un apuro en la calle y lo invita a participar de un grupo selecto de personas negras.

Los integrantes de esta sociedad tienen poderes y pueden, por ejemplo, teletransportarse inmediatamente de un lugar a otro. Ahora bien, el primer problema grande de la película se presenta cuando le explican a Aren cuál es el fin de este grupo de negros especiales. Cada uno de estos magos o hechiceros tiene por misión fortalecer la autoestima de un blanco y ayudarlo en distintas cuestiones de la vida. Supuestamente, el magical negro es el personaje secundario que en la ficción funciona como apoyo de un protagonista blanco.

Todo esto, como es fácil imaginar, debería ser irónico, pero el novel director Libii nunca encuentra el tono ni la gracia para que esto funcione. Entonces, Aren, como flamante miembro de esta sociedad es asignado con la misión de oficiar de soporte para Jason (Drew Tarver), un joven diseñador gráfico que trabaja en una red social muy popular, como podría ser Facebook o Instagram.

Aren es tomado en un puesto apenas inferior al de Jason porque esta sociedad tiene el poder de manipular todo a su gusto. Ahora bien, este equipo de trabajo se completa con Lizzie (An-Li Bogan) y Aren se enamora rápidamente. Pero Jason también se siente atraído por ella y Aren, supuestamente, debe trabajar para ayudarlo en todo. A partir de este punto, el componente fantástico se disipa y comienza a desarrollarse una comedia romántica de un hombre que desea a una mujer pero está impedido por su trabajo, por llamarlo de alguna manera.

En definitiva, The American Society of Magical Negroes fracasa en distintos niveles. Todo su contenido editorial, por llamarlo de alguna manera, es sumamente vulgar e inefectivo. Las secuencias tipo comedia romántica no son desastrosas, pero tampoco muy atractivas. Además, los personajes nunca terminan de construirse bien. Aren está como flotando en el mundo y no hay nada que tenga que resolver. Toda la cuestión artística nunca se retoma. Incluso llega un momento en que la sociedad de hechiceros, que supuestamente es el corazón de la película, también es dejada de lado. A pesar de intentar muchos tiros, la película siempre erra al blanco.

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6
19 de mayo de 2024
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Esta producción mexicana en inglés fue realizada en 1952 y estrenada en 1954. Dirigida por Luis Buñuel. Sigue fielmente a la novela de Daniel Defoe.

Por Nicolás Bianchi

Sobre este film Buñuel comentó que no le interesaba presentar una tesis sobre amos y esclavos o sobre la civilización, sino contar una historia sobre la soledad más absoluta, que es la que sufre el protagonista interpretado por Dan O´Herlihy. Robinson Crusoe es la primera película en color del director español y la única en inglés. Recibió varios premios, como el Ariel de Oro, el más importante de México, y O´Herlihy fue nominado por su trabajo a los Oscar.

El film está resuelto con solvencia y sigue el espíritu aventurero de la novela publicada en 1719. La voz en off del protagonista es usada de manera económica. Y se nota que el director está interesado en la soledad del personaje porque esto ocupa la mayor parte del film. A diferencia de la novela, la introducción en la que el personaje escapa y naufraga es omitida. O sea, todo comienza cuando Robinson está solo en la isla.

Además, la aparición de Viernes (Jaime Fernández), la tribu de caníbales y los otros europeos se dan recién en el último tercio del film. De esta manera, buena parte de la película está dedicada a contar la odisea material y mental que atraviesa el protagonista. Con respecto a la supervivencia, Robinson progresa y es un ejemplo de esfuerzo y perseverancia. Planta alimentos, construye una vivienda, logra vivir de una manera un poco más confortable.

Lo único que el personaje no puede remediar es la soledad. Al mismo tiempo, lo único que puede hacer es resistir. En alguna medida, su calvario empieza a terminar cuando aparece Viernes. Si bien Buñuel ha dicho que no le interesa lo que el film refleja sobre las relaciones sociales en el colonialismo, la novela indefectiblemente gira alrededor de eso.

Con respecto a esto, Defoe construye o presenta una suerte de ideología aún vigente. Los otros son presentados como caníbales incivilizados. Además, Viernes es tratado como un siervo y Robinson incluso llega a ponerle grilletes para aleccionarlo. Finalmente, cuando lo instruye moral y religiosamente, el salvaje es un poco menos salvaje. De todas maneras, nunca es tratado como un igual.

Pero todo esto es un problema de Defoe, el colonialismo y la historia de la humanidad. En este caso, no tanto del cine. Al contar esta historia, Buñuel debe dar cuenta de la relación entre ambos personajes. Y por decisión propia o de la producción, esta versión no se despega de la novela ni la reinterpreta. Simplemente, hace foco sobre la soledad y el posible efecto que tiene sobre el hombre. Hasta que más personajes aparecen y la aventura continúa.

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8
19 de mayo de 2024
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Película rumana de Radu Jude. En un tono prácticamente documental sigue a una asistente de producción durante un par de días de trabajo arduo.

Por Nicolás Bianchi

Este film, que en su idioma original se llama Nu astepta prea mult de la sfârsitul lumii y en castellano No esperes demasiado del fin del mundo, es un experimento extraño que funciona muy bien. Además, tiene múltiples capas. La primera es la historia de la protagonista Angela (Ilinca Manolache), una asistente de producción sobre explotada que tiene que hacer mil cosas en jornadas interminables de trabajo.

Al mismo tiempo, la película dialoga con otro film rumano, Angela merge mai departe (1982), protagonizado por una mujer que es taxista. Esto permite ver a Bucarest y a Rumania todavía dentro del bloque socialista. En ambas historias hay una mujer que pasa mucho tiempo al volante y, además, las dos se llaman Angela. De hecho, Do not… parece hecha bajo la premisa de ¿cómo sería la vida de aquella taxista hoy en día? En algún momento, la Angela del presente comenta que también trabaja de Uber.

Un tercer elemento destacable de la película es su erudición, o su avidez literaria y poética. De forma anárquica y caprichosa distintos personajes citan textos, cuentan historias sobre escritores o recitan algunas líneas de poesía. También hay poemas insertos en los títulos y en otros lugares de este film bizarro, gracioso y atrapante. En este mismo sentido, la cliente principal de la productora para la que trabaja Angela es chozna del escritor alemán Goethe.

Se trata de Doris Goethe (Nina Hoss), jefa de marketing de una empresa que está filmando un aviso para fomentar la seguridad en el trabajo. Como asesora de producción, Angela debe buscar casos de trabajadores accidentados para que den su testimonio, en una suerte de casting de desgraciados. A su vez, la protagonista podría ser, en cualquier momento, una víctima más porque está a punto de quedarse dormida al volante, ya que trabaja más de 15 horas por día.

Con respecto a esto, Do not… también proporciona un comentario filoso sobre la actualidad. Angela es sobreexplotada. En las calles, donde el caos de tráfico reina todo el tiempo, recibe agresiones misóginas constantemente. Además, ella misma interpreta para su cuenta de TikTok a un personaje varón súper macho que relata anécdotas sobre sus proezas sexuales y trata de putas a todas las mujeres. Con solo un filtro que le agrega barba y le borra la cabellera rubia Angela puede interpretar un personaje que para varios seguidores resulta muy gracioso. Todos estos elementos le dan a la película un anclaje muy concreto con estos años posteriores a la pandemia.

Hay aún más capas de significados en este film. Angela escucha música todo el día mientras conduce de un lugar a otro. Muchas de esas canciones refuerzan la obsesión por el dinero y venden sexo desenfrenado, para aportar un elemento más a este pequeño mundo en el que se mueve el personaje. Por último, Do not… tiene cierto aire global. Con mucho desparpajo logra contar una historia que sucede en Rumania, pero que, con distintos matices, podría darse prácticamente en cualquier ciudad occidental de gran tamaño. Y además de todo esto, que ya es mucho, la película nunca deja de ser sumamente graciosa.

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