Mi abuelo estuvo ingresado durante unos 15 días cuando murió. A mi abuela, cuando iba a verle al hospital, la subíamos a la habitación en silla de ruedas para ahorrarle la caminata porque no estaba muy fina de las piernas (tenía ya 90 años). El día que murió mi abuelo ella no estaba en el hospital, sino en casa; así que fuimos a buscarla y la llevamos al hospital. Ese día no quiso la silla de ruedas, no quería que mi abuelo la "viera" entrar en la habitación así. De ese gesto, ese 'camino', hubiera hecho yo una película.

Deprimente, por todo. Por el tema 'secreto', que ya es duro de por sí, por los pocos momentos dulces de la película, por el oficial de la condicional, por la cara de la protagonista, por la causa del tema 'secreto', que me lo fui imaginando a media película y, al final, acerté, por la música, por la fotografía gris, por todo...

Cuando vi la pelea del cementerio, pensé que aquello no pegaba con la película; que era muy tosco, muy burdo; hasta que me acordé de los créditos, sección agradecimientos y lo comprendí todo; entonces las tartas, los pájaros, el reloj, la almohada tapando los pechos, los sueños surrealistas... cobran un significado diferente.

De momento, lo que me queda claro es que las comisarías Hong Kong son peligrosas para la salud, que insultar a un dependiente es lo más natural de mundo, que 'Bienestar social' puede ser social pero de bienestar, nada y que los niños cantores gastan una mala baba impresionante (no me lo esperaba). La cosa iba para un 6 si se hubiera acabado ahi, porque a pesar de algunas incongruencias (hospitales vacíos, antorchas humanas en gasolineras y no pasa nada, puertas que se revientan sin que salte ni una astilla) y lo cansino que llegan a ser persiguiéndose, la historia engancha y los fx de los disparos estan bastante bien hechos; además que las peleas se ven muy reales, me parece que algún golpe se ha debido escapar; pero la última escena ha sido un ¿WTF? total. Sobraba.

Después de más de una hora en que se espera algo, pero nunca llega, o llega con engaño en forma de falso susto viene el meollo de la película; y aqui ya no se sabe si es real, es sueño, es imaginado, es inducido por agentes alucinógenos... Aparece el 'hombre del saco'; por cierto, ¿quien es?, un pianista (que no es el de Polanski) y un hijo un poco torpe (solo faltó preguntarle al padre si dolía)