Thriller psicológico sobre una psicópata madre de alquiler que está obsesionada sentimentalmente con el futuro padre y que toma peligrosa animadversión hacia la futura madre.

Esta obra, realizada con algunos chispazos de tensión, no logra la potencia dramática requerida, y se sitúa en el ámbito de las producciones televisivas de suspense, con su ya consabido desfile de lugares e incidentes comunes.

La interpretación de Rachel Blanchard se insinúa ligeramente perfilada y con gotitas de inquietud, pero el resto de actores y de actrices rozan la mediocridad, dando vida a personajes sin ningún avance en sus conductas. Además, el ritmo narrativo se desarrolla bastante plano, y la trama, poco creíble y sustentada en un guion muy elemental, se balancea, con insuficientes pausas para la intriga, entre la simpleza y la previsibilidad.

Un telefilm, en definitiva, sin carácter ni sorpresas, aunque nos distraerá, durante hora y media, cualquier lluvioso fin de semana baldío.

Con una puntuación de 4 quedaría bien calificada.

Con este telefilm psicológico y de suspense sobre las sospechas que afloran en el seno de una familia adinerada con la presencia de una nueva y extraña asistenta, se nos ofrece una trama confusa, inverosímil, en la que el encadenamiento argumental pasa entrecortado y lo que percibimos es una serie de secuencias sin ningún sustento coherente y desprovistas de cualquier intriga o intensidad.

La película, siguiendo el modelo del formato televisivo, aparece cargada con los espacios y anécdotas comunes a los de otros productos de similar género, con un guion esquemático, unos personajes acartonados y unas interpretaciones nada esmeradas.

Una cinta, pues, sin fondo cinematográfico, carente de técnica y vacía de estilo, y que si nos sentamos ante la pantalla, ni siquiera nos llegará a entretener.

Con una trama inverosímil sobre la desaparición de dos jóvenes, los motivos y finalidades del hecho, y la investigación policial en un ambiente universitario, se nos ofrece este telefilm de suspense en el que el hilo argumental, con un ritmo narrativo plano, se corta en el comienzo, y todo lo que apreciamos es una serie de secuencias reiterativas, desprovistas de fondo, de intriga o de emoción.

La película, siguiendo el modelo de las realizaciones de formato televisivo al que pertenece, viene cargada con los lugares e incidentes comunes a los de otros productos del mismo género, y con unos personajes sin la más mínima credibilidad, que solo son figuras sin psicología --las interpretaciones tampoco ayudan-- y carentes de cualquier evolución.

Una obra, en definitiva, de soberana simpleza, sin textura cinematográfica, privada de técnica y hueca de estilo, y que ni siquiera, en una de esas tardes perdidas, nos llegará a entretener.

Thriller psicológico y de suspense sobre una psicópata vengativa que, por motivos que iremos conociendo a lo largo del metraje, tratará de robar la feliz vida matrimonial y maternal de su nueva jefa de trabajo.

Esta obra nos presenta una trama manida, sin sorpresas, donde los personajes --sobran varios-- son solo caricaturas sin evolución, con unas actitudes totalmente incoherentes y unos diálogos que rozan el absurdo y hasta una no pretendida comicidad.

Y acogiéndose con vigor al molde televisivo, la película atesora todos los ámbitos y todas las anécdotas argumentales comunes a los de otros productos del mismo género, con un guion, además, hueco y nada trabajado y un ritmo narrativo tedioso en su integridad, lo que nos conduce hacia una trama vacía de misterio, de incertidumbre o de inquietud.

Un telefilm, en conclusión, simplista, esquemático y sin estilo, y que a duras penas nos llegará, durante hora y media, a entretener.

Thriller de suspense sobre un joven que por íntimos motivos --los iremos suponiendo-- quiere vengarse de la nueva directora de su instituto. Y para ello no dudará en utilizar cualquier medio que tenga a su alcance.

Este película llega realizada con poca garra, y la sorpresa o la inquietud nunca logran abrirse paso a través de las imágenes o de los diálogos, banales y hasta absurdos.

La cinta, siguiendo el modelo de las composiciones televisivas, se presenta cargada con los espacios y los acontecimientos fílmicos comunes a los de otros trabajos de similar tono y género, con una puesta en escena muy mediocre, un guion desajustado y un ritmo narrativo monótono en su totalidad.

Los personajes –algunos de ellos innecesarios– son figuras carentes de evolución, tanto en su psicología como en sus motivos. Así como las interpretaciones, insustanciales y nada creíbles.

Por otro lado, el hilo argumental queda paralizado muy pronto, y todo se convierte es una serie de secuencias desprovistas de fondo, de intriga o de tensión.

Estamos, pues, ante un telefilm bajo en técnica y en estilo, con el que solo pasaremos un rato de superficial entretenimiento y que en un simple instante habremos de olvidar.