Tras ver American Beauty me llevé a la cama un gran trozo de chocolate ¿Por qué?, porque de ver con mis ojos semejante final, tenía ganas de endulzarme la boca, de delirar y liberar sentimientos. Mi único escape o salida, era un simple dulce que me intentó evadir de los más miserables sentimientos que existen en este planeta, hablo de: el odio, la represión, la soledad, tristeza e intranquilidad. Experimentarlos todos a la misma vez es como estar envuelto en un círculo sin fin. el que todos ignoran para sentirse mejor. Sin embargo, no se deben pasar por alto, pues esos sentimientos perduran y viven con nosotros día a día.

Esta es una de las películas que te deja hipnotizado 3 segundos, ese tiempo se congela para recapacitar y pensar que por pequeños pasos que se den, si no son los adecuados, la vida puede morder. Sé que no sabemos nunca en lo que nos va a deparar la vida, pero también sé que todo lo que una haga tiene que ser con ganas. Disfrutar de nuestra sombra, reírnos de aquel payaso que no tiene ni pizca de gracia, aplaudir al guitarrista que vagabundea por las calles; sentirnos nosotros mismos por nuestros propios actos... porque cada acto propio ya es un mérito.

En conclusión, es una magnífica película con un guión implacable. Tiene un magnífico argumento y unos personajes muy logrados, está colmada de valores. Por todo esto y muchas cosas más que se me pasarán por alto, la recomiendo.