Película pequeña que conserva su interés gracias a una trama que avanza en todo momento y sobretodo a la soberbia interpretación de Laughton.
Con más presupuesto y una dirección con más impronta hubiese sido un gran clásico.
Sin duda Geoffrey Rush construyo su pirata con un ojo puesto en Laughton.

Ser cinéfilo no es ningún oficio, pero como hobby también genera sufrimientos. Ver esta peli es una de ellas.
Menos mal que su profesional productor decidió que las dos películas que componían el díptico desapareciesen y se conviritieran en esta tópica película pretendidamente indie pero que es más standard que un telefilm de sobremesas. Sólo sobresale parcialmente la belleza de la Chastein y la inteligencia de Viola Davis, pero es un crimen malograr a Ia Hupper y a William Hurt.
Ni siquiera el marketing de comunicar el sacrificio de la autoria original por la comercial ha servido para levantar el interés por estas desapariciones.
¿y por qué la reminiscencia a un nombre tan músical?)

Inicio con esta reseña mi intención de hacerlo con todas las películas que vea o revise en 2015. Todo un reto.
Los pingüinos de Madagascar, spin-of de Madagascar, precuela y secuela al mismo tiempo de su propia serie no funciona desde ningún punto de vista. Tan solo la escena de Venecia destella originalidad. Diálogos parciales y algún pequeño gag. Es una pena, porque los personajes eran desternillantes en la primera y segunda película original.

Hay películas que crecen con nosotros, otras que desgraciadamente pierden el atractivo que produjeron en su día y hay otras, excepcionalmente, que con el paso del tiempo y dadas las circunstancias personales de cada uno o bien la de sus protagonistas se revisan de una manera completamente nueva. Patch Adams es de éstas últimas. Nunca pensé que la película que en su fecha me pareció sensiblera, predecible y en algunos aspectos blasfema moralmente, pudiera volver a interesarme volver a verla. Tras la muerte de Robin Williams la recordé y la busqué por todas partes. Deseaba verla, para colmo ni siquiera recordaba que también aparecía Philip Seymour Hoffman.
Me ha resultado entranable recordarme con 15 años menos viendo esta peli con cierta indiferencia y más prejuicios. Hoy me ha resultado tremendamente entretenida y hay una frase que me ha puesto los pelos de punta.

Dice Robin Williams en su alegato final: " La muerte no es el enemigo, si vamos a luchar contra la enfermedad hagamoslo contra una de las peores que exiten: la indiferencia" (y Philip Seymour Hoffman asiente)

Definitivamente esta película es completamente diferente a la que se estrenó en 1998. Gracias Robin Williams, gracias Philip Seymour Hoffman, gracias al cine por inmortalizar a estos hombres.

Inusual es que una película del año 1941 sea una nueva adaptación de una novela ya llevada al cine tan solo 9 años antes, y más cuando se trata de una excelente versión llebada por un verdadero experto en melodramas. Las dos películasmantienen el mismo título original, pero en españa se titularon Su vida íntima y La usurpadora. Aunque inferior, ésta mantiene en todo momento el interés y ofrece una brillante interpretación de Margaret Sullavan, mucho más atracitva que Irene Dunne. Seguramente esta versión se debió a la necesidad de producir películas para por aquel entonces muy taquillero Chales Boyer.
Melodrama en estado puro.