Trama insustancial, mal explicada y poco creíble. El doblaje de alguno de los personajes tampoco ayuda mucho. Pero sólo por las conversaciones que tiene Val Kilmer con el niño en el parque y con su colega por teléfono merece la pena. Entre los camellos, los gays y Colón la verdad que me he reído bastante.

Película para televisión con tres caras conocidas que supera la media de este tipo de films. Un George C. Scott que supera en intelecto a mi profe de mate del colegio (y eso mira que es chungo), un hasta la fecha semidesconocido Val Kilmer y una guapa Rebecca De Mornay. Bastante logrado el ambiente, el vestuario y los decorados de París en el siglo XIX, y bastante llevadera la trama. El máximo problema recae en el "asesino", ya que por desgracia, digamos que muy bien caracterizado no les quedó.

Ni Jean Claude, ni Steven Seagal, ni na, llámalo Statham. El Jason me cae bien, me gustó "Transporter", "Crank", "Snatch" y Lock & Stock" (aunque estas dos últimas sean algo diferentes), (y eso que no he visto aún "Los mercenarios"), pero el hombre tiene un problemón muy serio, el día que en Hollywood le den por cortar el grifo a las pelis rollo "videoclip de acción" lo va a tener crudo, crudo; vamos que no le veo yo protagonizando un remake de "Casablanca".

Sí, una nueva, original y deslumbrante visión del vampirismo. Resulta que ser vampiro es la hostia puta en vinagre. Palabras de la prota literales: "Nací para ser vampiro". Lo que no sé es cuando se dio cuenta, si de pequeñita o ya en el instituto cuando conoce al amor de su vida, el cual le va dejando unas pistas megagigantes de lo que es, y ella con una empanada de libro aún ni se había dado cuenta y además desconocía la existencia de estos fabulosos seres.

Bueno pues eso, una bendición. Alimentarte de sangre (ya sea humana o o de un pobre corzo), ver morir uno a uno a tus seres queridos mientras tú sigues fresco como una lechuga, etc, pasan a un segundo plano insignificante. Aquí lo bonito es que para empezar por ser vampiro ya vas a tener un don antinatural que nadie más posee, y claro eso mola. Después la peli nos enseña esos pequeños detalles de la vida que habitualmente no notamos pero que hacen que nuestra existencia tenga sentido; una flor abriendo sus pétalos a la luz del sol, una araña tejiendo su preciosa tela o una ardillita intentando abrir una nuez. Ejemplos claros de lo que te pierdes si no eres vampiro, pura vida, pura existencia.

Por lo tanto, si eres humano, jódete.

Ser adolescente, tragarte toda la bazofia que Hollywood proyecta anualmente, y ver su parodia poco después, de verdad, no tiene precio. Es difícil valorar una peli que en realidad es malísima, pero ciertamente es indescriptible visionarla siendo un chaval, con tus amigos, y por supuesto habiendo visto todos los films a los que parodia (incluido "Sospechosos habituales"), algo que es necesario 100% en este tipo de películas, sino no tiene sentido alguno verlas. Esa época en la que no tienes ni obligaciones ni preocupaciones hace que disfrutes a lo bestia algo que hoy en día verías de chiripa. Y aparte está Kurt Fuller, un dios para mí y para alguien más... fijo.