A veces las películas simples te hacen pensar; es como cuando estás en la ducha y de repente te acometen pensamientos profundos, sin venir a cuento. Esta peli plantea un tema que, en mayor o menor medida, preocupa a la gente en un momento u otro de su vida.

La cosa va de un temporizador que la gente se implanta en la muñeca al cumplir los 14 años; dicho relojito está en blanco hasta que tu alma gemela, que obviamente no sabes quién es, se pone su relojito. Entonces empieza la cuenta atrás de cuánto tiempo pasará hasta el día en que vas a conocer esa persona. Lo bueno es que el éxito es total: cuando dos personas afines se encuentran en la hora 00:00:00, el relojito hace PIP PIP PIP y esas dos personas saben que son la una para la otra, aunque al principio no sientan nada especial. Pero el relojito nunca se equivoca.

Lo malo es que hay gente que tiene el relojito en blanco porque su alma gemela, que a saber dónde está, no se lo ha implantado; o puede ser que haya gente que tenga su alma gemela por ahí pero en el relojito ponga que faltan como 15 años para que el encuentro se produzca, lo cual, no me digan que no, es cuanto menos deprimente; todas las relaciones en ese lapso de espera no serán definitivas y fracasarán.

Otro detalle es que ponerse el relojito cuesta dinero. O sea que yo asumo que la gente pobre tendrá que seguir buscando a su alma gemela sin ayuda del relojito, porque oigan, este mundo capitalista es así. Pero eso, como queda feo, no lo mencionan en la peli.

Tampoco mencionan cómo funciona exactamente el sistema, es decir, en qué se basa esa certeza de que hay una sola alma gemela para cada uno y cómo es posible que se sepa el día exacto en que uno la va a conocer. Tienes que creértelo y punto. La gente de la peli se lo cree, así que no te queda otra.

Pero yo me puse a pensar en un mundo con gente que llevara implantados temporizadores del amor en la muñeca y llegué a estas conclusiones:

-en un mundo donde la gente se casa con su alma gemela, no hay divorcios: adiós a los abogados especializados en eso.

-en un mundo donde uno empieza las relaciones SABIENDO que van a salir bien, no hay emoción ni miedo, ni cosquillas en el estómago ante una cita. No hay fracaso, no hay llantos de madrugada o llamadas lastimeras a tu madre balbuceando "pe-pero yo creía que era el hombre de mi vidaaaaa". No hay nada de eso.

-en un mundo donde la gente SABE que existen las almas gemelas, los consejos de las abuelas (esos de "cuando tenga que ser será, cuando sea el adecuado tu corazón te lo dirá, etc") no tienen cabida.

-Finalmente, si la actriz Elisabeth Taylor hubiera llevado un invento de esos en la muñeca, no se habría casado y divorciado 8 veces; tampoco habría programas del corazón (eso quizá sería bueno) ni cotilleos; en definitiva, sería un mundo más organizado, pero muchísimo más aburrido.

Aun así, recomiendo la película por ser simpática y tocar un tema original.

No hay mucho que escribir sobre esto. Es entretenida, exceptuando los momentos en que los personajes se comportan de modo absolutamente estúpido. De hecho, hay varias veces en que no sabes quién te cae mejor: si los locos infectados o la gente que intenta huir de ellos.

No es exactamente una película de zombies; los infectados se convierten en asesinos babeantes y hemorrágicos a causa de un virus creado por los militares, y sí, tienen mala pinta, no diré que no, pero no son estrictamente zombies, puesto que no la palman y luego reviven como monstruos, sino que simplemente enferman. Lo digo para que conste.

A pesar de que la peli es entretenida y tiene sus toques de tensión, cuenta con varios momentos en que la cosa no cuela, y es ahí donde te percatas de que los Crazies tienes más sentido común y son más coherentes que los no-Crazies (a los que yo llamo Idiots). También hay momentos en que, simplemente, lo que sucede es ridículo.

Para quien quiera saberlo, sangre la hay a montones, aunque en este caso no la suficiente como para olvidar que la peli, sin ser mala del todo, podría haber sido mejor.

Esta película sería genial si no fuera por algunos detalles, como por ejemplo, que es muy larga y que no tiene, ni de lejos, el mismo nivel de suspense que la primera. Eso sí, tiene más armas y más fuego, es decir, más acción. Pero no te pega sustos ni te sobrecoge, en parte porque ya sabemos de qué va la cosa, conocemos el aspecto de los aliens, sabemos cómo se reproducen, etc. Ya no entrecerramos los ojos, porque sabemos que los bichos son asquerosos y estamos curtidos.

También sería genial si hubieran puesto a otra niña en lugar de la que eligieron. Porque se pasa la película gritando con la misma cara, y cuando no grita simplemente tiene los ojos muy abiertos o repite "Ripley, Ripley". Reconozco que la niña, así como su aportación sentimental de instinto maternal a la película, me crispó.

Sin embargo, y aunque parece que la estoy poniendo a parir, la película me ha gustado. Tiene un toque asfixiante muy de James Cameron, que cuando se pone, lo logra. Me recordó a la sensación que me produjeron Terminator I y II, cuando ves que un ser persigue a su presa inexorablemente, arrinconándola. Por momentos es agotador y te dan ganas de tomarte una valeriana, porque eso ya no es suspense, es la pura agonía de saber si atrapan a un pobre desgraciado o si el pobre desgraciado en sí escapa por los pelos. Creo que se abusa de eso.

Tampoco cuela que Ripley aprenda tan rápido a usar las armas, aunque sin duda alguna la mujer tiene un talento, puesto que ya es su segundo viaje al maldito planeta. Creo que el personaje de Ripley lo salva todo y hace que uno pase por alto los errores. Cuando ella se pone al frente, sientes que las cosas pueden salir bien, por idiota que suene la frase. Los demás quedan como inútiles papanatas a su lado, excepto quizá algunos marines que me caen bien (destaco a Michael Biehn, que en Terminator es Kyle, y a la aguerrida Jenette Goldstein, que los tiene bien puestos, por decirlo de algún modo).

Total, que pienso ver la tercera, aunque me temo que la cosa va a ir bajando de nivel. Aunque nunca se sabe.

Número 1: el título en español da lugar a que de entrada uno piense que esta serie es una chorrada. Pero no lo es.

Número 2: Pese a lo poco que promete la sinopsis, la serie tiene una trama que no sólo es entretenida, sino que además no es estúpida, ni es facilona ni es estereotipada. De hecho, a veces te ríes por no llorar.

Número 3: es realista dentro de lo insensato del planteamiento. Lo que plantean, lo plantean de modo que uno se lo cree.

Número 4: los actores están muy bien escogidos. La mejor es Jane Adams, que da vida a Tanya, la proxeneta de Ray. Una poetisa fracasada de 42 años que ve la vida de un modo que, simplemente, no encaja con el resto del mundo.

Número 5: hay una evolución. Los personajes no se estancan; pasan cosas en la trama, pero sobre todo pasan cosas dentro de ellos mismos.

Número 6: por fin una serie se atreve a poner una pareja guapa que ha tenido unos hijos feos. Los mellizos adolescentes frutos del ex-matrimonio de nuestro prostituto y de una desdichada y estirada Anne Heche, son definitivamente poco atractivos y eso se agradece. Pero lo que más se agradece es que actúen tan bien.

Número 7: Lenora, la proxeneta infiltrada, da el contrapunto cruel, despiadado, pragmático; Lenora te hace ver que esta serie es una serie sobre prostitución. Lenora es un personaje necesario, tanto para los protagonistas como para nosotros.

No se me ocurre un número 8. Sólo les digo que si se esperan una serie de chistes fáciles sobre penes enormes y situaciones difíciles pero en el fondo entrañables, se equivocan de serie. Esto no es un drama, pero tampoco es una comedia con fondo apacible. Tiene un toque amargo que a veces te deja mal cuerpo del bueno (ya me entienden).

Una de mis frases favoritas (en boca de Tanya):

"Ray, te lo juro por la falta de amor de mi madre!!"

Y otra, también de Tanya: "¿Ray, has estado alguna vez en un trío? Porque yo sí, y normalmente acababa siendo la que les llevaba el agua a los otros dos"

Película basada en hechos reales. Quien no conozca dichos hechos, mejor que vea primero la peli y luego se informe, puesto que el film es bastante fiel a lo que sucedió, lo que supone saber el final. Yo la vi sin saber nada de nada y la historia me pegó una sacudida que flipé.

Es una película muy cruda. Lo mejor que puedo decir de ella es que me sumergió de tal modo en su argumento que cuando aparecieron los créditos me costó un buen rato volver a la realidad. Mi vida me pareció insignificantemente banal comparada con lo que acababa de ver. Me sentí diminuta y estúpidamente preocupada por las pequeñeces cotidianas. Me sentí una desagradecida por no apreciar más que soy quien quiero ser. Fui al baño a lavarme los dientes y al mirarme al espejo no pude dejar de imaginar cómo debe ser sentirse ajeno al propio cuerpo, ser un esclavo de la anatomía, de las hormonas; ser un alma atrapada. Por primera vez en mi vida tomé conciencia sobre un tema del que uno cree saber, pero del que en realidad no sabe nada.

No tengo palabras para alabar la actuación de Hilary Swank. La vi como un chico desde el primer momento. Sabía que era ella, he visto muchas veces su rostro en otras películas, pero aquí era indudablemente un chico que, a mí, como mujer, me resultaba atractivo, guapo, sexy. No sé cómo pudo hacerlo tan bien, pero lo hizo.

Puede que a ratos se haga un poco monótona, un poco opresiva; pero es que la ambientación ya da pie a ello, porque el pueblo es horrible. Es la Norteamérica que no se ve en las grandes producciones, fea, desgastada, aburrida, sin ilusiones. Gente atrapada en vidas que odian, gente no es que viva, es que simplemente sobrevive.

Cuando la hayan visto no olviden consultar la historia real en la que se basa. La historia de Brandon Teena.