Londres bajo fuego

Al conocer que se iba a estrenar la secuela de la conocida 'Objetivo: la Casa Blanca', yo me esperaba una segunda parte que no superaría las espectativas generadas, pero a mi forma de ver, este no es el caso.

Enfrentándose a este enorme reto, Babak Najafi debuta correctamente dándole más profundidad a una saga de mucha acción y que en mi opinión, atrapa a la gente por la unánime sensación de que las situaciones que se reflejan en ella pueden suceder actualmente.

Después de defenderse de un ataque terrorista contra la propia casa blanca, el presidente de los Estados Unidos esta vez se enfrenta a un ataque mucho más global, que se asemeja a los atentados llevados a cabo en Europa en los últimos años.

La película transcurre en Londres, la ciudad más videovigilada de la Tierra. Obviamente, han aprovechado esto para realizar una buena fotografía con imágenes de los mayores emblemas de la capital británica.

Para mí, el gran atractivo de la producción es el trío de actores que la encabezan: Morgan Freeman, Aaron Eckhart y Gerard Butler, de menor a mayor importancia. Otro de los puntos fuertes es el gran ritmo que posee, al igual que los buenos efectos especiales que muestra.

Tras la muerte del Primer Ministro británico, los grandes cargos de los países más importantes del mundo se congregan en el funeral de éste. Mientras tanto un traficante de armas árabe con ánimo de revencha, cambiará los planes con la organización de varios atentados y el despliegue de un gran número de tropas.

Es cierto que en la primera película, toda la importancia la cobra Gerard Butler, característica que en esta secuela se reparte un poco más.

Aaron Eckhart interpreta a Benjamin, presidente de los Estados Unidos, al que se le nota forzado en los momentos de más acción. Un presidente de a pie preocupado por la gente que le rodea.

Gerard Butler encarna al guardaespaldas de Benjamin, Mike Banning, típico hombre norteamericano indestructible, casado con su trabajo y como no, más inteligente que nadie. Realiza un trabajo notable.

Por su parte Morgan Freeman da vida al vicepresidente de USA. A pesar de las pocas intervenciones que se le otorgan, es de agradecer la presencia de alguien de este nivel.

Una buena producción, con un gran reparto y que te mantiene en vilo durante todo el tiempo, mucha acción y un carácter ensalzado del patriotismo americano con un toque épico en su final. Por último felicitar al director, que en mí opinión supera el reto ligeramente sin conseguir un film trepidante.

Primero, decir que me chirría un montón que semejante operación para cepillarse a los líderes del G8 (Excepto Putin, que no sale porque arreglaría el follón a patadas voladoras en un plis plas) pueda ser montada incluso con AÑOS de antelación. Porque no es un sitio en el que se encuentren todos juntos, es que son unos ataques coordinados al segundo en todo Londres, que para mí a pesar de lo dicho, son lo mejor de la película, dan MUY mal rollo y mucha sensación de burrada cuando ocurre, como de estar ante un abismo (Vamos lo que sintió todo el mundo el 11S).
A pesar de la hiriente falta de realismo (Sólo un puntito por encima de "Arma letal" diría yo) la película es terriblemente entretenida y divertida de ver. Sí ya sabes lo que va a pasar antes de que pase, porque es el presidente de EEUU y todo eso pero no deja de estar bien para ver muchas más expectativas que pasar un rato entretenido.
Un pasable película de acción.

Tipica película donde partricipa como personaje el Presidente de Estados Unidos, eso si, con alguna vuelta de tuerca, no mucho, pero con algo que se nota diferente.
Por lo demás, es la película que esperas desde que comienza, es totalmente predecible y sabes lo que va a pasar porque está todo escrito, me refiero a que el argumento se ve venir desde el comienzo de la película.
Al menos hace pasar un buen rato.

En formato similar a la anterior donde terroristas atacaban la Casa Blanca, solo que acá los grandes lideres mundiales se reúnen en Londres y serán atacados por fuerzas terroristas nuevamente. Sigue la acción casi constante,las persecuciones y las explosiones lo que hace que solo se vea aunque para poder hacer esto no se debe pensar ni un segundo ya que toda la película son un conjunto de cosas irreales e imposibles de suceder. Actúa Gerard Butler lejos del Leonidas de 300 y de secundario un cansado Morgan Freeman.

Ligeramente inferior a su predecesora, ligeramente más increíble, fantástica y chapucera, ofrece lo que promete: explosiones y carismáticos yanquis salvando el mundo de malos rencorosos malísimos y súper poderosos.

Ofrece adrenalina sin inteligencia y llena de clichés hasta la bandera, basando en su espectacularidad todo su potencial cinéfilo.

Pasar el rato y reflexionar que la violencia es el dios del mundo actual, es lo único que se puede pedir al film: si no matas, estás muerto, y si no eres americano, tendrás el papel más funesto al final.

Así que no pidan peras al olmo porque esto no tiene más ciencia ni filosofía.