Sin refugio

Antes que nada, aclarar que el género del western, cada vez más venido a menos, tristemente eso sí, es uno de mis favoritos y veo todo o casi todo lo que cae en mis manos.

Martin Koolhoven me proporciona material interesante para tener la excusa perfecta y ver otra película. Sin embargo, lo hace de una forma confusa que por momentos hace que el espectador se pierda durante la proyección y eso que lo divide en capítulos. A medida que va avanzando, lo vas pillando, pero no es fácil, os lo aseguro.

La magia de esta historia está en el dúo protagonista Dakota Fanning que representa la infancia, la dulzura, la niñez, el encanto, la inocencia y luego por otro lado Guy Pearce, que representa justo todo lo contrario. El abuso, la deshonra, la violencia, la pederastia y el asesinato. Con una obsesión por encima de todo y de todos...su hija.

El argumento nos presenta a una mujer con una hija pequeña, casada con un hombre que quedó viudo hace años y ha rehecho su vida. Todo cambia cuando aparece un nuevo reverendo en su pueblo, que no sólo no traerá nada bueno a los habitantes, sino que ella lo rechaza desde el primer momento. Más adelante entenderemos los motivos. Pero cada paso que da ese reverendo tiene un fin común y no será nada positivo para Liz (Dakota Fanning).

Por medio de los distintos episodios y con un poco de destreza, o más bien, mucha intuición, iremos armando el puzzle que nos ha preparado el director y poco a poco lo comprenderemos todo. Aunque la historia no se cuente cronológicamente.

Lo que vemos de western aquí es de pura calidad, del oscuro, del sucio, del violento, todo esto es una bestialidad.

Como western cumple aunque la historia sea bastante confusa en muchos momentos. Pero nos hará pasar un gran rato de entretenimiento. Recomendable para los no exigentes con el género.

Dos horas y 28 minutos dura y no se hace larga, por mí como si la hubiesen hecho más larga, podría incluso haberse estirado. Con una narración estilo Lars Von Trier/Tarantino (no lineal y por capítulos) se nos narra la historia de Liz desde niña, una mujer luchadora que buscó una vida mejor tras una niñez realmente dura. Un western realmente bueno, violento y que retrata el trato a la mujer en el salvaje oeste del siglo XIX. Por último cabe decir que el título completo en España hace spoiler y debería ser tal como el original, Brimstone a secas.

Cuatro capítulos con títulos bíblicos que nos llevan hacia atrás y hacia adelante en el tiempo sirven para contarnos una escalofriante historia que gira alrededor del sufrimiento, la venganza y ante todo de la religión y el sexo enfermizo.

A pesar de que la película está ambientada formidablemente como un western, su género principal es el thriller psicológico, ya que nos pondrá de los nervios en varios momentos, mérito en gran medida de la inquietante actuación de un camaleónico y terrorífico Guy Pearce en uno de los mejores papeles de su carrera.

El problema es que son dos horas y media de persecuciones y huidas sin descanso con largas escenas reflexivas y una protagonista muda que hacen difícil que nuestra atención sea tan constante como nos gustaría.

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La base de la actuación, de la protagonista, es el no poder hablar, por la falta de un trozo de lengua, lo cual no se corresponde con la realidad médica, en éste tipo de sucesos.
Por otro lado, es demasiado larga y en momentos pesada, además de contar con muchas lagunas argumentales y fallos técnicos.
Como positivo, destacar lo poco común del argumento para ser un western , la belleza de Dakota fanning y la oscuridad que Guy pearce aporta al personaje del predicador.