Agosto

Fantástica película que nos presenta a una familia de Oklahoma con unos fantamas del pasado muy oscuros. Una familia que vive en una zona donde el calor es insoportable, y hace que el día a día sea muy difícil de soportar para los individuos.
Una historia soberbia donde un hecho reune nuevamente a la familia, y en esa reunión empiezan a salir todos los secretos que se han ido guardando durante años, y que les han ido comiendo por dentro. Una reunión que pondrá las cartas sobre la mesa, y hará que los familiares no vuelvan a comportarse igual entre ellos.
Interpretaciones soberbias y un elenco de lujo. Es muy difícil destacar a uno sobre otro, ya que todos están impecables en sus trabajos. Es un privilegio encontrar a tantos buenos actores participando juntos en un mismo proyecto, y ver como se apoyan unos en otros para demostrar su talento.
Los actores ayudan a que la película impacte mucho más en la retina de uno. Conversaciones llenas de alfileres que se clavan unos personajes a otros, para así demostrar que están hartos de esa vida que les ha tocado vivir y sobre todo de esa familia que tienen. ¿Es obligatorio querer a tu madre simplemente porque es tu madre? ¿Tienes que llevarte bien con tus hermanos solo porque llevan la misma sangre? ¿Y tu pareja, hasta que punto uno puede perdonar por el propio beneficio del que sufre?
En fin, "Agosto" nos presenta a una familia que no se puede soportar, y que se asfixia cada vez que están juntos. Una familia que está rota desde hace muchos años, pero que tiene unos pequeños hilos que la mantiene unida. Unos hilos muy frágiles que ante cualquier brisa se pueden romper, y hacer que todo lo que exista desparezca en un instante. La pregunta es; ¿es una pena o un alivio el dejar de lado a tu propia familia cuando ninguno está agusto?

Hace mucho tiempo, demasiado, una ex guapa mujer, demasiado vieja, exclamaba "Para qué sirve la vejez" estaba sola con una copa en la mano, me impresionó su soledad y su sentencia, con el paso de los años, lo que de verdad me impresiona, es la cercanía de la vejez, me acojona. . Merryl Streep me ilumina, te da una pista, la vejez sirve para arrojar tu desesperación al que se ponga por delante, si es tu familia, toda tu familia, mucho mejor. . Merryl una de las grandes, te impresiona, puede tener el histrionismo que le de la gana, porque ha subido todos los escalones de la interpretación. Julia, con esa extraña belleza casi varonil, se come la pantalla,pidiendo a gritos un Óscar, Un respeto para Chris Cooper, ya tenía un Óscar merecidamente. Pelicula que tiene unas secuencias, las de la cena familiar, para enmarcar. La dirección es irregular, nada firme, Merryl y Julia, hacen lo que les da gana, afortunadamente. Tristeza, desesperación, tragedia, crueldad, terrible como la vida misma. Con un guión que se salió en su versión teatral, una pareja de monstruas, y un elenco de secundarios más que notable, para mí es una película sobresaliente .

En la senda de "Quien teme a Virginia Woolf", por ejemplo, esta película es una muestra de que, como decía Sartre, "el infierno son los otros".
Preciso retrato de la institución familiar, de sus entresijos. O, si se quiere mejor, la demostración de que la decadencia o la ruína de esta institución en Occidente sea quizá una de las pruebas más claras de que el propio Occidente está muerto o condenado: un amor extinguido que se ha vuelto en odio, en resentimiento, en decepción, pequeñas miserias en las que cada uno echa la culpa de sus fracasos al otro, con razón o sin ella. Una especie de jaula abarrotada en que todos luchan contra todos: marido contra esposa, hijos contra padres, hermanos entre sí, en que secretos inconfesables acaban aflorando para hacer daño a otros, en que las salidas (las drogas, los fármacos, el alcohol...) una especie de suicidio aplazado...
En fin, la intensidad de la película merece la pena, a pesar de su evidente formato de adaptación teatral.
Una vez que se acepta esto, se navega asombrado con la mirada yendo de Meryl Streep a una sorprendente Julia Roberts, a unos fabulosos Shepard o Moore...
Podría quizá ser más contenida, arriesgar un poco más o aventurarse en lo cómico para quitarle peso a tanto drama, pero merece la pena, claro que sí.

Agosto puede ser una buena película depende el ojo que la vea. Muestra a una familia un tanto peculiar con unos problemas particulares pero que a la vez implican factores que toda familia posee: Envidia, celos, enojo, tristeza, felicidad, hermandad y rivalidad.
El nudo es un tanto estúpido. A lo largo de la película, un hecho hace que toda la familia se reúna y allí empiezan los problemas. Pero no particularmente por el problema en el que se encuentra el grupo, sino que a medida que la película va avanzando, más inconvenientes se van dando y eso hace que avance. Cabe agregar que cada problema que se presenta es un tanto exagerado, son tantas las dificultades que pasa la familia que en vez de darte tristeza, comienza a darte un poco de rabia. La trama, por lo tanto, no es clara, el escándalo familiar es lo que lleva la película delante.
Un gran elenco un tanto desperdiciado. El hecho de que haya tantos personajes, no permite que haya un desarrollo de cada persona. Un ejemplo muy claro es el de Ewan McGregor. Un personaje que pudo ser tan importante como el yerno de la protagonista podría haberse usado con mayor esfuerzo y trabajo. McGregor se asemejaba a un personaje secundario de los que dicen dos o tres líneas y después no tienen importancia en toda la película, cosa que no debería pasar para un actor de renombre con tal personaje. Pero por el otro lado, está Meryl Streep. No hay nada que se pueda agregar de ella que nadie sepa, es una gran actriz. Aquí ha mostrado que el papel de drogadicta no le es un problema. Parecía que no estaba actuando, sino siendo ella misma. Sin duda alguna, muy merecedora nominación al Oscar.
Sin más que agregar, el filme no es extraordinario pero tampoco es malo. Se puede digerir, pero solo una vez. A menos que quieras volver a presenciar como una inteligente dama rompe la barrera de perfección para una actuación como lo hizo Streep, quién, podría decirse, puso la película en sus hombros y la mejoró con su performance.

Desde los versos de T.S Eliot con los que se inicia la película todo se encamina hacia un final. Un encuentro y un final. Encuentro y despedida del padre que se quita del medio suicidándose, un padre alcohólico, “Tu padre llevó un alcoholismo de 50 años con ejemplaridad hasta el último momento”, comenta Violet a una de sus hijas en un momento de la película.
Desde la muerte del padre todo se acelera en esta familia: las tres hijas acuden, Barbara (Barb) la mayor, la más parecida a su madre en la dureza de carácter, que viene con su marido del que está separada y su hija de 14 años, fuente de conflicto entre los padres en relación a su educación, foco en el que ponen sus conflictos como muchos padres a la hora de solventar las relaciones con sus hijos adolescentes, en los que uno culpa al otro del despegue y distancia de los hijos. Dura pero incapaz de que su madre la vea separada porque eso supondría el fracaso social, la mediana que acude con su prometido que se van a casar en breve, la histérica y superficial de la familia, que no para de hablar desde un egocentrismo infantilizado e Ibys, la que más tiempo pasaba con sus padres, de la que no se conoce parejas, pero que calladamente tiene una relación con su primo Charles, que no llega al funeral pero si a la celebración familiar. Y una hermana de Viol, su única hermana, madre de Charles, con el que mantiene una relación de hostigamiento y desvalorización continua, una castración que habla de un rechazo antiguo y que casi al final de la película podremos saber su por qué.
El padre Beverly, alcohólico, la madre, Viol, adicta a los analgésicos y ansiolíticos, una pareja extraña, en una relación extraña. Ambos procedentes de familias con escasos medios económicos, que han luchado para que sus hijas tuvieran estudios universitarios, que se quieren a su manera, en una aceptación de sus adiciones, y que en un pasado seguramente estuvieron enamorados, y él poeta, fue galardonado por sus versos que abandona hace ya muchos años. Y es precisamente el dinero lo que al final les separa en la nota de despedida de él cuando ya perfilaba al escaparse de casa su idea suicida.
La reunión familiar es antológica: la agresividad de la madre hacia cada una de sus hijas va en aumento, y no se para hasta que Barbara se lanza contra ella, contra su adición a las pastillas, quizás pensando que son las responsables de su agresividad hacia ellas. La madre va a iniciar un intento de abandonar las pastillas, uno más, esta vez sentenciado por su hija mayor que destruye todas.
Y si en todas las relaciones hay secretos, en las familias a veces estos condicionan relaciones presentes de pasados turbios. Y a veces dramáticos. Ybys está enamorada de su primo Charles, un amor clandestino por ser familiares, pero lleno de platonismo e ilusión. Quizás el único amor “puro” que presenta la película. Ybis, la dramática como la llama una de su hermanas, se entera en una conversación con su madre y hermana Barb que Charles no es su primo sino su hermano de sangre, hijo de una relación de su tía con su padre. Y Violet lo ha sabido durante 30 años, y el padre sabía que ella lo sabía pero callaba. Ybis y Charles se iba a vivir juntos a NY, ya sabía que no podían tener hijos, porque a ella le quitaron la matriz por un cáncer de cervix que no comunicó a ninguna de sus hermanas, tampoco a la madre. Y aquí se condensa una de los temas esenciales de la película: ¿Hasta que punto las relaciones consanguíneas condicionan las relaciones de afecto entre los miembros de una familia?.
Es una película que describe el Universo femenino: la relación entre una madre y sus hijas, donde las figuras masculinas están en un plano orbital, pero no por ello menos importante, como el suicidio del padre, planeado y organizado, contrata a una chica del servicio para que cuide a su mujer cuando él ya no esté. Y las consecuencias del suicidio, provocando una reunión familiar que conduce a poner sobre la mesa tantos conflictos antiguos que afectan a las dos generaciones de padres e hijos.
Película femenina porque el peso de las relaciones recaen entre las mujeres y son ellas las que despliegan sus preocupaciones de mujeres, en los momentos de chascarrillos entre ellas. Y de drama en sus relaciones.
Al final todo se desvanece, la madre se queda sola, en compañía de la chica del servicio.
Película con mucho desasosiego por la crudeza que trata todas las relaciones y aquello que no se nombra pero que ocurre en las familias: poder, control, infidelidad, abusos, silencios y muchos secretos familiares que denota una falta de comunicación muy importante entre los miembros de las familias.