Un camino hacia mí

Pretende contar esta película –por llamarle de algún modo- la historia de un adolescente de catorce años de nombre Duncan (Liam James) que en su verano de vacaciones tratará de encontrar su autoestima perdida identificándose con un paria de un parque acuático y encontrar su propia identidad enfrentándose a su padrastro (Steve Carell), que lleva una vida poco ejemplar, y para reencontrarse con su madre (Toni Collette).

Quiero quejarme de que he ido engañado a esta película. Aún sigo impactado por la circunstancia de las buenas críticas que leí en esta Web de críticos profesionales como Peter Debruge de Variety, Sam Adams de Time Out, Eric Kohn de Indiewire, Claudia Puig de USA Today, Jordi Costa de el Diario El País y sobre todo Peter Travers de Rolling Stone (que le da un ¡¡¡¡diez!!!!). Todos parecen haber realizado comentarios o críticas inexplicablemente amables por no decir buenas a un film sin dirección, sin guión, con interpretaciones mediocres, con música y fotografía insonrribles y sobre todo sobre todo, de una enorme vulgaridad yakee, de una insoportable mediocridad, de una moral detestable, que tal vez ni sirva para colocar en una cadena de telebasura, en fin, un TIMO para los seis euros que cada espectador hemos pagado por ver este bodrio: ¡Y me quedo corto! Estoy literalmente enfadado. Si me quieren hacer caso: ¡no vayan a verla bajo ningún concepto!!