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Häxan

7,6
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Documental. Terror Mezclando el documental y la ficción dramática, la película descubre la relación de los hombres de la Edad Media (su actitud y la proliferación de brujos y brujas) con algunas situaciones modernas de los años veinte. Un repaso al mundo del ocultismo, la magia negra y la brujería, a través de varios siglos, para dibujar un panorama que puede resultar tan fascinante como estremecedor. Película parcialmente basada en un manual alemán para ... [+]
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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
31 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inicio un tour por el horror silente de principios de siglo XX, siendo "Häxan (La brujería a través de los tiempos)" mi primera meta volante.
El cineasta danés Benjamin Christensen crea aquí un genial libro de texto en movimiento, a modo de tratado sobre brujería, hechicería y sus consecuencias, inspirado en el «Malleus Maleficarum», abarcando un punto de vista histórico, social, religioso y psicológico del asunto. Todo ello a modo de firme precedente del mockumentary cuando nadie sabía siquiera lo que era eso. Aunque en lo más hondo de "Häxan (La brujería a través de los tiempos)" siempre habita un doble fondo de cínica, enraizada y aún vigente crítica a la represión de cualquier tipo e índole en general, siempre fruto del miedo y la ignorancia, y a la perpetrada por la Iglesia católica y la Inquisición en particular a lo largo y ancho de la historia.
En resumen, todos somos María la tejedora.
Isaac Paskual
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10 de julio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre el documental y la ficción Häxan (1922), conocida en el mundo de habla hispana como La brujería a través de los tiempos, realizó uno de los primeros intentos cinematográficos por retratar una serie de personajes de terror.

Por Nicolás Bianchi

Entre los siglos XV y XVII en Europa se instalaron una serie de procesos judiciales englobados bajo el nombre de ‘caza de brujas’ que derivaron en la ejecución de entre 40 y 50 mil personas, más allá de otro tipo de eventos como los linchamientos populares que bien podrían engrosar ese número. Como sustento jurídico y teórico, distintos juristas y teólogos elaboraron documentos en los describieron meticulosamente el comportamiento y los males producidos por brujas, demonios, licántropos y otras criaturas.

El director, guionista y actor (nada menos que en el papel del Diablo) Benjamín Christensen evidentemente realizó una extensa investigación histórica sobre el fenómeno de la brujería y su persecución. La película, que tiene mucho de documental y de experimental, comienza con un capítulo en el que se reponen imágenes de archivos de todo el mundo sobre las distintas concepciones de las brujas que se hicieron a través de la historia por civilizaciones en distintas latitudes.

El objetivo es llegar a la Edad Media en Europa, donde Christensen situará los relatos ficcionalizados que componen el resto del film. En cuanto al impacto de las imágenes Häxan va de menos a más. El primero de los seis capítulos luego de la introducción cuenta la historia de una bruja, representada como una anciana desdentada que vive en un sótano donde prepara distintos brebajes con sapos, víboras, restos humanos y demás ingredientes macabros. Una dama le pide una poción de amor para enamorar a un fraile, lo que se cuenta en escenas que bordean la comedia. El rollizo hombre toma el preparado y sufre un súbito arrebato de deseo por la muchacha.

Los capítulos van ganando en oscuridad. Se presenta al Diablo en una escena shockeante, que por medio del maquillaje y el trabajo de iluminación logra representar la perversión que infunde en sus víctimas. Luego hay una descripción detalladísima de cómo el imaginario inquisidor concebía las relaciones entre demonios y brujas. Se utilizan efectos especiales realizados mediante montaje y rebobinado, y se dispone una escena sumamente perturbadora para la época en la que las doncellas encantadas le besan el trasero a Satanás.

Paulatinamente una idea cobra fuerza en los relatos. Los inquisidores son tan monstruosos como los males que dicen perseguir. Christensen muestra al detalle las torturas para con los prisioneros y cómo los agentes de la represión instalan un dispositivo de delaciones por el cual apresan a cientos de mujeres. A cada una la someten hasta que da diez nombres. La brujería no es un delito individual sino que se comete en grupo, a partir de las reuniones llamadas aquelarres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
El Golo Cine
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26 de octubre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Häxan” (1922) de Benjamin Christensen con Elisabeth Christensen, Astrid Holm, Karen Winther, Maren Pedersen, Ella La Cour, Emmy Schönfeld, Kate Fabian, Oscar Stribolt, entre otros.
Película sueca/danesa de terror y documental dramatizado que muestra la evolución de La Brujería, desde sus raíces paganas hasta su confusión con la histeria en Europa del Este.
El filme es conocido por ser “el primer falso documental de la historia”, está basado en parte en el estudio del director del “Malleus Maleficarum” (1487) escrito por los monjes inquisidores dominicos, Heinrich Kramer y Jacob Sprenger; que era una guía alemana para inquisidores del siglo XV, generalmente traducido como “El Martillo de Las Brujas”, el tratado más conocido sobre brujería que apoya el exterminio de brujas y para este propósito desarrolla una teoría teológica y legal detallada, siendo descrito como “el compendio de literatura en demonología del siglo XV”
Así, el “Malleus Maleficarum” eleva la hechicería a la categoría de herejía, y recomienda que los tribunales seculares la procesen como tal; al tiempo que sugiere la tortura para obtener confesiones de manera efectiva y la pena de muerte siendo quemados vivos en la hoguera como el único remedio seguro contra los males de La Brujería.
El libro tuvo una fuerte influencia en la cultura durante varios siglos; y fue utilizado por Las Cortes Reales durante toda La Edad Media y El Renacimiento, contribuyendo a la persecución cada vez más brutal de La Brujería durante los siglos XVI y XVII.
En otras palabras, sin la necesidad de pruebas reales, la acusación de brujería se convirtió en método para eliminar enemigos personales, personas odiadas o enemigos políticos que pudieran suponer un peligro al poder dominante.
El resultado de todo esto es una de las primeras películas en utilizar las recreaciones como herramienta visual y narrativa.
Obviamente “Häxan” se convirtió en la película más conocida de Christensen, y se compone de 4 partes divididas en 7 capítulos donde van narrando desde el origen de la historia, la creencia en el demonio, desde la antigua Persia hasta los planteamientos y reflexiones más racionales del año 1922 en el último capítulo; siendo un relato de interés, trufado de hallazgos, y con gran genio poético; y a la vez es un estudio de cómo la superstición y la mala comprensión de las enfermedades y/o enfermedades mentales podría conducir a la histeria de la caza de brujas.
Pero lo cierto es que si indagamos encontraremos una profunda reflexión atemporal sobre la represión, en concreto hacía las mujeres y las “voces contrarias”
No es casual que el film, cuyo título se traduce como “Brujas”, se prohibió por ser tremendamente explícito al tratar uno de los temas tabú más polémicos de la época, pero también la superstición ligada al catolicismo como una especie de crítica y a los actos más terribles que trajo La Santa Inquisición.
Como documental, muestra vasta información La Brujería de La Edad Media, en la zona de Centroeuropa, que al mismo tiempo incluye secuencias dramatizadas que exageran la temática para volverla morbosamente satírica y ficcional, haciendo también uso de información concisa y verídica, sumamente bien documentada y expuesta en calidad investigativa.
Así, la representación gráfica de la tortura, la desnudez y la perversión sexual debió ser extremadamente impactantes en su momento, y aún pueden ser ofensivos para muchas personas; en el fondo, hoy se interpretan como una burla descarada a las creencias religiosas; y por ello la película fue prohibida en EEUU y fuertemente censurada en otros países, sobre todo por mostrar sacrilegios realizados por monjas y monjes.
Técnicamente muy adelantada, hay algunas secuencias de animación “stop-motion” que son muy buenas, momentos muy surrealistas, con efectos especiales y maquillaje para crear una sensación de realismo y al mismo tiempo de alucinación y pesadilla; que utiliza la desnudez, la sangre y el valor puro del impacto visualmente impresionante y realmente aterrador en un nivel que sigue siendo increíble para una película muda; sin embargo, a pesar de haber sido saqueado por Juntas de Censura en todas partes, “Häxan” fue un éxito internacional, tanto que fue la película muda escandinava más cara jamás realizada, con un costo de casi 2 millones de coronas suecas.

SIGO EN LA ZONA DE SPOILERS POR FALTA DE ESPACIO
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro Zamora Cubillo
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23 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista 100 años después no deja de sorprender e impactar. La audacia creativa de Benjamin Cristensen es infinita.

Basada en un texto interesantísimo, el "Malleus Malleficarum" (=martillo de las brujas), que es, nada menos que un tratado escrito por dos monjes alemanes inquisidores dominicos, de tremenda trascendencia, por desgracia. Con este manual de persecución de brujas, los inquisidores causaron millones de muertes.

Cristensen realiza una exhaustiva investigación sobre el proceso a las brujas. Combina narración con pasajes filmados de manera brillantísima. Incluso se detiene para hablar con el espectador a través de los intertítulos. Aparte de su profundidad, tiene una enorme carga emotiva y ejerce de forma brillante un alegato contra la sinrazón de estos procesos: " en unos pocos siglos, más de 8 millones de mujeres, hombres y niños fueron quemados por brujería".

En el aspecto negativo, y esto es opinión personal, hay momentos, en la parte central, capítulos 2-3, que adolece algo de falta de ritmo y puede hacerse algo monótona dada su monotemática, pero luego se recupera en el capítulo 4 con María La Tejedora y el penoso proceso de tortura, y en los siguientes capítulos, incluía una vuelta a la actualidad.

El vestuario y la dirección artística son sobresalientes, cuidadas con mimo, así como los efectos visuales, como las brujas volando en sus escobas.
Destaco la famosa escena de las brujas besándole el trasero al Diablo, una genialidad, supongo que escandalosa para su tiempo. De hecho fue prohibida en Estados Unidos y en otros países por considerar que era demasiado gráfica en su representación de la tortura, la desnudez y las perversiones sexuales.

No es "Nosferatu", del mismo año 1922, pero si tenemos que calificar obras maestras del cine mudo, ésta sin duda es una de ellas.
Gabriel Ufa
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20 de septiembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tan perturbador resulta este documental de 1922 que pasó a la posteridad como una película de terror imprescindible del cine mudo.

La obra se inspira, entre otros, en el «Malleus Maleficarum», la guía que usaba la Inquisición para encontrar, juzgar y sentenciar a las supuestas brujas durante ese delirio enfermizo y vergonzoso que supuso la época de la caza de brujas, en las cuales se asesinó a saber cuantas mujeres, hombres y niños, pero sobre todo las primeras.

Pero no solo de esa época trata el asunto, aunque puede que sea en la que más tiempo pasa. Se recorre la evolución de las creencias, temores, leyendas o relatos de la humanidad sobre el cielo y el infierno, sobre los demonios y sus adoradores, desde el origen de los tiempos hasta la actualidad.

Se nos presentan imágenes y documentos reales, descritos en detalle, confesiones de supuestas brujas, historias populares… para luego recrear esos siniestros acontecimientos, sin tapujos, dando lugar a toda una sucesión de escenas surrealistas, terroríficas, eróticas, esperpénticas, absurdas… no puedes más que caer presa del embrujo de las imágenes.

Nos adentramos en el día a día de una humilde bruja, con sus pócimas y conjuros. Observamos las apariciones tentativas del diablo, siempre grotesco. Viejas y feas se juntan con jóvenes y guapas en el aquelarre lujurioso. Nos paseamos por la salvaje Edad Media y la no menos sangrienta Edad Moderna, haciendo un alto en el camino para contemplar los artefactos de tortura utilizados en las confesiones, escalofriantes. Cualquiera confesaría lo que sea al verse en esos artilugios del dolor. Avanzamos a la Edad Contemporánea, proponiendo ahora un análisis racional del asunto, a la par que examinamos como esas supersticiones siguen presentes. A su vez vemos la evolución del pensamiento a lo largo de toda la historia. Un poco parece que hemos mejorado, aunque, ¿de verdad lo hemos hecho? Tal vez solo hemos cubierto el sadismo con una capa de falso civismo. Bueno, al menos ya no quemamos gente en la hoguera.

El propio Benjamin Christensen es el encargado de interpretar al Diablo. Su dirección es soberbia. Las recreaciones parecen cuadros escenificando pesadillas. Caracterizaciones sobrecogedoras.

Los minutos se pasan volando, resulta fascinante, hipnótica. Una poesía macabra que indaga en la historia de la brujería con ojo analítico y neutral. Si inquieta ahora, imagina a principios del siglo XX.
Biopunk
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