Leviathan. El demonio del abismo

Empezaré con una pequeña anécdota que te dejará bien claro por dónde van los tiros: La célebre nave de “Alien" iba a llamarse en un principio “Leviathan”, pero en el último momento el productor, David Giler, sugirió que quedaría más sonoro “Nostromo”.

Bueno, pues, dicho esto, he acabado: no necesitas saber más.

Y es que es exactamente eso: un remake mal disimulado de “Alien” con algún que otro añadido “para dar color” de “La cosa”. ¿Alguna diferencia sustancial? Pues, hombre, ésta se ambienta en una base minera abisal, a tres mil metros de profundidad y... Poco más. Por lo demás, va tomando de una u otra lo que le interesa con la mayor desvergüenza.

Para que te hagas una idea, haré pequeño recuento de similitudes. Si no te importa, pásate al spoiler:
----

Y sin embargo, y a pesar de todo lo dicho, que no invita al optimismo, hay que decir que en su primera hora la película es más que digna y funciona. Curiosamente, y pesar de que es más que previsible lo que pasará la siguiente escena -o quizás precisamente por ello- la película consigue resultar inquietante y aceptablemente terrorífica, proporcionando un buen grado se suspense y un montón de momentos “¡No, idiota, no hagas eso!” de esos que todo amante del genero aprecia. El problema, es su media hora final, cuando terminan los preliminares y se desencadenan los acontecimientos. Llegado a este punto cualquier comparación con “Alien” o incluso “La Cosa” se vuelve insultante. Y es que la total falta de medios y la escasísima imaginación de los responsables de arte y efectos especiales consiguen que lo que finalmente aparece ante nuestro ojos, el esperado “monstruo”, más que miedo, nos dé risa: una de las criaturas más ridículas y tópicas que ha dado el género en mucho tiempo. Y si a eso le unimos un final pueril, ramplón e inverosímil, apaga y vámonos.

Desaprovechada.

Dios, que cosa tan mala. No se si de haberla visto en su año de estreno, más joven y menos exigente, me hubiera parecido mejor, pero hoy día el paso del tiempo ha despachurrado esta película con total impiedad. Pero no es solo los años transcurridos, es que poco hay que rescatar. Intenta chupar del bote de Alien y Abyss con todo el descaro del mundo (esos suelos enrejados, las cadenas colgantes, tuberías vistas por las paredes, el final...) Solo algo del decorado se salva, porque lo demás es cutre hasta el sonrojo. Los actores no pueden ser más nefastos (¿qué clase de parálisis facial aqueja a Peter Weller?); las situaciones, de puro ridículas, mueven a la risa; el bicho, supongo que víctima de la falta de presupuesto, apenas se deja entrever; algunos diálogos producen vergüenza ajena. Por momentos se torna en una comedia involuntaria, y solo por esto le doy un 2.

Una copia pirata de Alien, como bien dicen en la descripción de la pagina, pero con efectos mucho menos logrados, de verdad el monstruo es una cosa muy mal hecha, y no es por falta de presupuesto, porque se ve que era una super producción, sino por falta de creatividad.
Tiene momentos de humor involuntario, por ejemplo la manipuladora CEO de la compañía, parece una mezcla entre villana de Disney y ejecutiva de una porno.
Igual dentro de todo hasta tiene cierto encanto y por momentos se disfruta.

Un reparto más que competente, un director experto en cine de entretenimiento, una banda sonora a cargo del siempre estupendo Jerry Goldsmith, unos efectos especiales a cargo del equipo de trabajo del gran Stan Winston y un planteamiento que, sin ser original, bebe de clásicos del terror como "Alien", "La cosa", o de la ciencia ficción como "Abyss", con pinceladas de viscosidad y animatronics tan encantadores como ochenteros.

Con los ingredientes anteriormente citados... ¿puede salir algo mal? Pues durante la primera hora de metraje, absolutamente nada. La película transmite el encanto particular de esta clase de producciones que, si bien resultan previsibles, te mantienen con interés. Por desgracia, todo esto se hunde en los últimos veinticinco minutos en cuanto un personaje toma una decisión importante, dando un giro a su comportamiento y provocando una serie de sucesos que te llevan hacia la espiral final de violencia y tensión, pero de una manera absolutamente fallida. Algunos personajes reaccionan muy mal a determinadas situaciones, las escenas de acción son torpes y el desenlace es bastante ridículo.

Es una verdadera lástima que el tramo con el que cerrar la película pueda estropear una obra que, evidentemente, no pasaría nunca a los anales de la historia del cine de terror, pero que nos ofrecía una muy digna serie B de las que ya prácticamente no nos encontramos en ninguna parte. Al final, tenemos la sensación de que pudo ser más de lo que definitivamente tenemos. Sólo su primera hora permite que el resultado final le haga aprobar, pero el disgusto es evidente ante la torpeza mostrada en la conclusión.

Una verdadera lástima.

Una interesante adaptación del modelo básico de Terror Cósmico de Dan O'banon, que dió origen al molde clásico en el que un grupo de científicos, militares u obreros, casi siempre de minas ubicadas en exoplanetas, muy lejos de la tierra, deben lidiar con una entidad oculta y casi siempre primigenia y mucho mas fuerte e inteligente que la misma raza humana.
Solo cambia el escenario. Esta vez, es a aproximadamente 480,000 metros bajo el agua, en las profundidades del Atlántico y casi siempre se dá origen al foco del peligro, gracias a la estupidez de uno de sus ocupantes.
Imagino que para la época, sentaría las bases para ciertas escenas de "Prometheus" y "Alien Covenant".
Como quien dice: "Todo queda en familia"