La lavandería

Un accidente con múltiples víctimas fatales da inicio a esta narración que busca explicar y ejemplificar a través de diversas situaciones dramáticas el mundo de las sociedades fantasmas que operan principalmente en Centroamérica, que permiten el blanqueo de dinero sucio, y que adquirieron popularidad con la filtración que dio origen al escándalo Panamá Papers.
En tono de comedia satírica (al estilo de films como The big short y El vicepresidente), Soderbergh explica su funcionamiento de manera didáctica y critica este sistema económico financiero exportado desde las mismísimas entrañas de los EEUU y que a través de leyes con agujeros enormes, títulos, papeles y abogados, consigue vulnerar los derechos de los que menos tienen, para permitir la opulencia, el despilfarro y la impunidad de los que sólo piensan en su propio beneficio a costa del resto.

Aunque las anteriores edades del hombre no se quedan cortas, el siglo XXI nos ha nutrido de estafas a nivel mundial y hurtos inmensos. Y el cine, como no podía ser de otra forma, no es ajeno. Así pues hemos tenido a lo largo de estas décadas largos basados en hechos lamentablemente reales como "Margin Call" (2011), "El lobo de Wall Street" (2013), "La gran apuesta" (2015), "Gold" (2016), "Aguas oscuras" (2019), "Barry Seal" (2017), "La gran estafa americana" (2013) y demás productos sobre prevaricaciones, estafas piramidales, sociedades pantalla y demás tinglados. Estas adaptaciones a la ficción se han llevado a cabo con mayor o menor tino. Y uno de los problemas de "Dinero sucio" es que llega tarde a la fiesta, no diré que llega mal pero sí de forma mediocre.

Y es que lo expuesto en la cinta (un fraude masivo (en este caso el llamado caso de "los papeles de Panamá") que es encarnado por los dos principales mangantes del asunto (Ramón Fonseca y Jürgen Mossack) y por una supuesta (el rol es original para el film) víctima vehemente (Ellen Martin)) ya lo hemos visto... y lo hemos visto con mayor astucia y perspicacia en el desarrollo argumental. No me malinterpreten, la forma que tienen los personajes de romper con la cuarta pared supone un desahogo para el espectador y hace fluir la trama con un dinámico desenfado. Lo cierto es que el guion nos presenta un abanico de personajes curiosos y pintorescos (a pesar de que no evolucionen más allá de ese esbozo inicial) que captan la atención de forma momentánea, y la trama se sucede con un progreso aceptable y distraído en casi todo momento (hay puntos en los que su rutina en el libreto distancia sin remedio al espectador medio). Pero "Dinero sucio" nunca pasa de un tratamiento superficial y dejado del asunto que tiene entre manos. Con lo cual (y a pesar de imponer una fórmula expositiva ya usada en otras cintas de humor criminal basado en hechos reales como "Uno de los nuestros" (1990), "La gran apuesta" o "El lobo de Wall Street", que es ese diálogo descarado y cómplice con el espectador) sale perdiendo tanto comparada con otras películas del mismo corte (pues aquí no veremos un estudio interesante e intrincado de la urdimbre estafadora como en "La gran apuesta", ni tampoco tendremos un sentido del humor avispado y arrojado como en "El lobo de Wall Street") como observada como película única sobre esta temática. "Dinero sucio" se contenta con hacernos pasar un rato llevadero durante su visionado en líneas generales, pero es fácilmente olvidable y no produce en la audiencia las ganas de revisar el film (a no ser que se sea muy muy seguidor de este subgénero en concreto de timos a gran escala. O se sea seguidor de alguno de sus intérpretes... aunque se han enfrentado a mejores libretos).

Tres cuartos de lo mismo se podría decir de su puesta en escena que es completamente usual. Soderbergh maneja en esta ocasión la cámara con apatía, y esto es algo que se podría esperar de directores como Mark Rosman o Chris Noonan, pero de Soderbergh se espera una elección de planos más singular e inmersiva. Pero "Dinero Sucio" no es "Traffic" (2000) por desgracia... ni "Ocean's Eleven" (2001) tampoco, ni tampoco "Detrás del candelabro" (2013). Por fortuna la fotografía colorista compensa esos mecánicos encuadres, tenemos en "Dinero sucio" una gustosa saturación del color y unos contrastes imaginativos y vitales (el vestuario también acompaña. Y el maquillaje es uno de los puntos fuertes del conjunto, más en spoilers). El reparto por su parte hace lo que puede, Meryl Streep hace mucho y casi rescata ella sola a la cinta del naufragio por el que la lleva Scott Z. Burns (un guionista capaz de tal cosa... y capaz de escribir una obra maestra como "El ultimátum de Bourne" (2007)) mientras que Gary Oldman y Antonio Banderas se pasean por el metraje un tanto abúlicos (en el caso de Oldman parece hasta forzado), el resto son convidados de piedra que no puede hacer milagros ante el exiguo material que les dan (sí, hablo fundamentalmente de David Schwimmer, Sharon Stone y Jeffrey Wright, cuyas apariciones podrían considerarse directamente cameos).

En fin, que estamos ante una película que bien merece su calificativo de telefilm de Netflix (pero no del grupo de "Los dos papas" (2019) o "Historia de un matrimonio" (2019), del grupo de "La vieja guardia" (2020) o "Enola Holmes" (2020)), que logra captar la atención de la audiencia en su primeros momentos por lo que nos cuentan... pero que acaba haciendo que pidamos la hora por cómo nos lo cuentan (con una fórmula trillada y ningún otro aliciente en cuanto a hondonadas argumentales). No es lo peor de Steven Soderbergh (no es "Full Frontal" (2002)) pero se queda a la altura de "Contagio" (2011) o "Indomable" (2012).

Lo peor: Cuando la trama escoge poner el piloto automático en el manido desarrollo de estos acontecimientos (haciendo que se acerque más a olvidables productos como "21 Black Jack" (2008) o "White Boy Rick" (2018) que a delicias del cine criminal con humor como "Jackie Brown" (1997) o "Fargo" (1996)).
Lo mejor: Meryl Streep...

Bienintencionada película pero que fracasa estrepitosamente a la hora de explicar lo que quiere explicar.

Resulta deslavazada, la trama (?) no se sostiene porque básicamente no existe, las intervenciones de Oldman y Banderas son irritantes, sus supuestos gags no funcionan y, pese a su metraje contenido, se hace larga.

Esperaba mucho más de una película sobre los "papeles de Panamá".

NO te dejes engañar por el notable elenco. Pretende ser una película espectacular, en cuanto a escenarios, gritos, estructura... Y no es más que un palo, aburridísima. Ah, los doblajes al castellano son vergonzosos, con una variedad de acentos absurda e inaguantable que no viene a cuento. Reto desde aquí al director del engendro a que consiga reunir 50 personas en todo el mundo que puedan soportar esa cacofonía durante una hora.
Banderas, capítulo aparte. Diría que se dobla a sí mismo, pero ni el mismo sabe qué acento pretende imitar: ¿cubano de padre pakistaní, puede ser?

El poster de esta película no llama mucho la atención salvo 3 nombres, Meryl Streep, Gary Oldman y Antonio Banderas, nombres que me impulsaron a ver esta cinta de Netflix, lleno de ilusión ver a 5 Oscars reflejados en la pantalla, sin embargo, la motivación se fue diluyendo en inseguridad de lo que estaba viendo.

La película se narra a modo de falso documental en 5 capítulos, con monólogos satíricos de Antonio Banderas y Gary Oldman (el mejor en la cinta), narrando su método de fechoría para burlar los huecos jurídicos mediante compañías offshore para enriquecerse, en lo que hoy conocemos como Panama Pappers. Afortunadamente, a partir del capítulo 3, la historia se vuelve más dinámica o de alguna manera más divertida ya que los primeros dos se torna aburrido y te toman por tonto.

La Lavandería pretende explicarte diluidamente el escándalo de Panamá Pappers, no obstante, no funciona como denuncia, ni tampoco como sátira, llega muy tarde, cuando el escándalo ya paso el agache. Se malgasta el talento de estos veteranos de la actuación y el director, que si sabe dirigir, pero nos presenta algunas escenas que son muy lamentables (Ej: Un multimillonario que regala unos audífonos de oro a su amante, usa un celular de gama baja).

En resumen, Laundromat te puede resultar una película divertida o estúpida con talento desperdiciado que te puede entretener durante 1 hora y media y explicarte (si no has vivido en una cueva durante los últimos años) de qué va los Panama Pappers con humor negro.

Le pongo un puntaje de 5 (aunque me parece más un 6), porque el talento humano de estas personas da para más.

Opinión de Off Topic Channel
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