Padre e hija (C)

Una pequeña muestra de como unos simples gráficos, una sencilla idea y un sutil toque de imaginación, pueden hacer. Mirar esta delicia hace que el tiempo se pare por momentos, que olvides el convulso mundo que existe ahí fuera y que durante 8 minutos disfrutes de un regalo para los sentidos, de un respiro a todo lo exterior.
Cortometrajes como este hace que piense en que la esperanza todavía existe, o por lo menos en la imaginación de un soñador director.

Este sencillo y a la vez profundo corto nos incita a mirar en lo más profundo de nuestros corazones y ver lo que en realidad tiene un valor inestimable, el amor entre padres e hijos. Quien lo posee tiene un tesoro de incalculable valor. Visualmente es como un borrón, sentimentalmente deja huella y es digno de verse.

Es un corto, de unos 9 minutos. Sólo música. Es muy bello de ver, aunque es muy trágico. Tampoco me ha apasionado tanto como la crítica lo pone. Es bonito y el final tiene un final muy esperado (quizás esperaba algo diferente, pero no sorprende).

De nuevo Michael Dudok de Wit, con trazos sencillos y vivos, con una música cabal y un guión perfecto nos cuenta una historia de amor y de esperanza emocionante.
En los 8 minutos y pico que dura esta película no se puede dibujar mejor una historia más universal e intemporal.
Un anhelo que lleva al personaje a un final desgarrador pero realista como la vida misma.
Apuesto, que estamos ante alguien con un lenguaje cinematográfico que está haciendo HISTORIA.

Poco más de 8 minutos le bastan al cineasta y dibujante Michael Dudok De Wit, a través de unos sencillos dibujos hechos en tinta y acuarela, y luego digitalizados, sin diálogos, para mostrar una maravillosa historia de amor, plena de fantasía, de una hija a su padre ausente, que perdura mucho más allá del tiempo, de la vida.