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Día de fiesta

Comedia El pueblo de Saint Sévère se dispone a celebrar una gran fiesta. Las calles se adornan con guirnaldas y banderas; la terraza del café está preparada para el gran baile popular. Los feriantes traen en sus carromatos los caballitos de madera, las tómbolas, el cine ambulante, las cucañas... Mientras reparte el correo, François, el cartero, deseoso de ayudar a los feriantes, monta con mucho heroísmo la cucaña, pero sólo consigue provocar ... [+]
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Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
20 de noviembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿POR QUÉ TRES VERSIONES DE UNA MISMA OBRA?

En 1947 Jacques Tati comienza el rodaje de su primer largometraje, Jour de Fête. Se filmó con 2 cámaras simultáneamente, una con película color y otra con celuloide blanco y negro como respaldo. La idea original era que el filme sería en color. Al culminar la filmación cuando se revela la película se obtiene un buen negativo color pero, por problemas técnicos, fue absolutamente imposible imprimir positivos del mismo. Afortunadamente se había registrado, al mismo tiempo, una copia en blanco y negro con propósito de seguridad; es precisamente este material monocromo lo que permitió que Tati hiciera el montaje y estrenara en 1949 su primera versión. La inconformidad y el perfeccionismo del director, hizo que 15 años después en 1964 rodara algunas escenas adicionales, coloreara manualmente algunas pequeñas partes parciales, hiciera un nuevo montaje y reestrenara la obra en su segunda versión. Luego de su muerte (acaecida en 1982) en 1995 su hija Sophie Tatischeff con apoyo de la empresa Kodak logra recuperar la versión original en color, le aplica el mismo montaje creado por Tati y estrena la tercera versión. En la actualidad las versiones más vistas y apreciadas son la copia en blanco y negro estrenada en 1949 y la copia en color original restaurada en 1995.



PERIPECIAS DE UN RODAJE

Jour de Fête comienza a ser rodada en 1947, dos años después de finalizada la II Guerra Mundial. Francia, luego de la ocupación nazi, estaba devastada como la mayoría de los países europeos.

Hasta esa fecha el cine francés nunca había rodado ninguna obra en color y Día de Fiesta estaba destinada a ser la primera película color francesa. Ya hacía más de una década que EE.UU y Gran Bretaña hacían un uso cada vez más frecuente del Technicolor. Pero la ruina económica del país y el hecho de que el laboratorio más cercano estaba en Londres y sus costos eran enormes, hizo que se experimentara con un nuevo sistema químico desarrollado por la empresa Pathé denominado Thomsoncolor. El intento fue absolutamente fallido porque, si bien se obtuvieron negativos de buena calidad, fue imposible hacer copias positivas del mismo.

Hasta bien entrada la década de los 50 toda la producción fílmica francesa fue en blanco y negro. Esta Jour de Fête que estaba destinada a ser la primera producción francesa en colores debió ser estrenada en 1949 en su versión blanco y negro.

Pero además y como fue costumbre en toda su carrera, los problemas financieros casi hacen naufragar el proyecto luego de filmado, no habían fondos para la posproducción, ni distribuidores dispuestos a exhibir la cinta y la mitad de los habitantes del pueblo Sainte Severe sur Indre donde se rodó quisieron demandarlo porque nunca pudo pagarles. Alguna vez he comentado que Playtime lo llevó a la más absoluta ruina personal, en Traffic luego de haber rodado el 75% del metraje el director de fotografía, el camarógrafo y los escenógrafos se mandaron a mudar en Bélgica y la película pudo ser completada gracias a los buenos oficios de la TV sueca.

Quince años después de estrenada en 1964 Tati volvió a Sainte Severe sur Indre y rodó algunas escenas adicionales en las que un pintor viajero se dedica a hacer bocetos en color de algunas de las locaciones usadas en 1947, modificó completamente el montaje original agregándole este extraño personaje y, además, “colorizó” algunas partes (Spielberg en La Lista de Schlinder, rodada en blanco y negro, hizo algo parecido cuando una niña que atraviesa los edificios en ruinas aparece con un vestido rojo). También modificó la pista sonora que se usaba en la época (óptica) y la convirtió en magnética y en estereofonía de dos canales.

En 1987 cinco años después de su muerte, su hija Sophie encontró en el sótano de la casa familiar una caja con los negativos color originales. Y recién en 1995 pudo solucionarse la cuestión técnica (Eastman Kodak mediante) y volvió a estrenarse en una tercera versión.



UNA MIRADA NOSTÁLGICA Y LEVEMENTE CRÍTICA

El argumento de Jour de Fête gira en torno a un cartero rural, muy despistado, obsesivo con su trabajo, solidario para ayudar al prójimo y que también puede tomarse un tiempo para beber una copa con los parroquianos del pueblo. Su bonhomía y su torpeza son motivo de burla y causa de desastres varios. Todo está ubicado en los días previos en que se preparan festividades del carnaval que será, precisamente, un día de fiesta.

Las dificultades económicas de la Francia de la posguerra fueron amortiguadas con la ayuda del plan Marshall, con el que Estados Unidos inyectó miles de millones de dólares a varias naciones europeas. Claro que eso no fue gratis, la propaganda yanqui aquí está plasmada con una película documental que muestra los avances que el correo norteamericano ha tenido, su modernización y la excelencia de sus carteros, que llegan a ser verdaderos acróbatas.

François, que así se llama nuestro cartero, pretende adaptar su trabajo al “estilo americano” y es estimulado casi hasta el acoso por sus vecinos que al mismo tiempo le toman el pelo. Velada pero insistente crítica a los norteamericanos.

Tati junto a su guionista Henri Marquet tienen una particular idea de que haya un relator de la historia, pero no una voz en off, encarnado en un personaje muy particular: una encorvada anciana que va caminando por el pueblo, sosteniendo un cayado, acompañada por su cabra y que describe a la aldea y sus pobladores.

Humor visual puro y con diálogos que en su mayoría no son tales (esta es la única película en la que el personaje interpretado por Tati habla mucho) porque es como un murmullo incomprensible que, además, es resaltado por un especial destaque de los ruidos ambientales. El oficio de mimo que supo desarrollar en su juventud es desplegado aquí con elegancia, efectividad y sacando gran partido de su gran altura (se dice que medía 2 metros).

(sigue en Spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Atilio
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6 de enero de 2022
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Sólo han pasado 4 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, y Tati nos viene con esta película que lo que pretende es divertir, que la gente se ría y pase un rato agradable. Y lo cumplió, ya que fue todo un éxito.

Esta película iba a ser rodada en color, bueno, se hizo, pero por suerte se hicieron dos versiones, la segunda en blanco y negro y menos mal, ya que la nueva técnica que hicieron con esta película para que fuese en color, no salió bien, y contratar el technicolor, era muy caro por aquel entonces y sólo había un estudio en Europa que estaba en Inglaterra. Con lo que Tati, muy a su pesar, la estrenó en blanco y negro, ya que quería que cuando la feria entrase en el pueblo resaltara los colores. Había vestido en colores oscuros a la población y colores vivos a la feria. E incluso había pintado algunas puertas y ventanas de colores grises.

Pero... en la década de los 60 incorporaron algunas escenas nuevas, como la del pintor y para darle algo más de color e incorporaron algunas escenas en color. Pero no fue hasta la década de los 90 que su hija mandó restaurar la película con la nueva banda sonara que se grabó en la segunda versión, y la coloreó.

Con lo que existen 3 versiones de esta película, la original de 1949, la segunda versión con nuevas escenas y algo de color de 1964 y la coloreada en su totalidad y restaurada de 1995. Yo vi la primera.

Y me ha gustado, sí que es verdad que mucho humor no ha sobrevivido el paso del tiempo ya que es bastante "tonto", pero hay un par de escenas que me ha hecho reír como si de una comedia actual se tratara, la más importante, es la del bizco.

Todo un reto hacer esta película en tiempos de post guerra.

También es muy curioso ver el pueblo a día de hoy, se llama Sainte-Sévère-sur-Indre y gracias al Google Maps se puede reconocer gran parte de la película y prácticamente, el pueblo, no ha cambiado nada desde la película.

Otra curiosidad, es que iba a ser la primera película en color francesa... pero, como he comentado, no puedo ser.
edugrn
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12 de marzo de 2007
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si vas a ver Día de Fiesta lo primero que tienes que tener en cuenta es que está realizada en 1.947, a partir de este dato todo ha de tener otro resultado al, supuestamente, esperado. Se trata de una cinta que se realiza con dos cámaras, una en blanco y negro y otra en color, el film en color falló y se estreno en b/n, pero en 1.994 se restauró, con nuevas técnicas, la cinta en color y fue estrenada.
Yo he visto esta nueva restauración. El color es distinto pero conserva un cierto encanto.
Tati interpreta a un cartero de pueblo en un día de fiesta. Es bonachón y un poco fanfarrón, no tiene mucha personalidad. Se emborracha, juega en las ferias, destroza su bicicleta… y quiere evocar a los carteros de Estados Unidos, un film proyectado en la plaza del pueblo en fiestas enseña los nuevos métodos de los carteros. Luego comienza un maratón de Tati en su bicicleta, con bicicleta, la bicicleta sola… carcajada tras carcajada.
Una obra maestra sencilla para su época, una interpretación espontánea, ridícula y extravagante que hace que Tati sea un referente en la comedia francesa de su época.
Antonio López
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28 de octubre de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es el primer largometraje de Jacques Tati (1907-1982) en solitario como director. Los productores franceses fueron reticentes con esta película, a pesar de que ya se había estrenado con éxito en Londres en marzo de 1949. Finalmente la cinta se convierte en un gran éxito de público en Francia. Sin embargo, la crítica no fue muy entusiasta al principio. A pesar de todo, la obra recibe el Grand Prix del cine francés en 1950.

En esta película se narra la gran fiesta del pueblo de Saint Sévère en Francia. Todas las calles están preparadas para el acontecimiento adornadas con banderas y guirnaldas. Todo preparado para el baile en la terraza del café de la localidad, un baile al que asistirán todos los parroquianos y señoras.

François, el cartero, quiere ayudar a los feriantes a montar la cucaña, lo cual que solo provoca un desaguisado tras otro; y todo, mientras reparte el correo. A todo esto, François asiste en la carpa de cine a un documental donde observa con atención y pasmo, las nuevas maneras de repartir el correo en los EE.UU., donde utilizan helicópteros y se lanzan en paracaídas los carteros para ser lo más diligentes y efectivos posibles. Entonces, François decide ponerse al día en las nuevas técnicas.

Encantadora y entrañable obra. Tati, que se inició en el cine mudo, es heredero de una cohorte de personajes cumbre de este cine como Charles Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd, con lo cual, aun siendo su cine sonoro, recupera empero en sus producciones la tradición mímica y las piruetas y expresiones corporales del cine silente.

La dirección de Jacques Tati en esta película es realmente soberbia, con una dinámica narrativa de primer orden, en la que los gags visuales se suceden a ritmo de vértigo, y en un tono hilarante a más no poder. Tati le imprime al film una fuerza cómica tremenda. Magnífico el guión de Jacques Tati junto a Henri Marquet, Jacques Mercaton y Jacques Sauvageot, que no da lugar al respiro. Preciosa música de Jean Yatove y una excelente fotografía en blanco y negro de Jacques Sauvageot.

El reparto es ante todo y sobre todo la espigada y ágil figura de Tati que está genial, es un digno sucesor de los Chaplin, etc., pero con su propio estilo. Tati perfecciona hasta el mínimo detalle este cartero que es sin duda uno de sus personajes estrella.

La película tiene escenas múltiples de gran comicidad, como cuando la feria ambulante entra al pueblo y un plano muestra los caballitos de tío vivo; o cuando el insecto volador invisible incordia al cartero François y a un campesino perezoso; o el tablero que se agrieta y que, al producir el mismo sonido que emitió el poste que casi chafa a François, le lleva a éste a entrar de nuevo en la cantina, con bici y todo, etc.

Yo sé y lo he comprobado, que Tati no es para todo el mundo. Pero yo soy un enamorado de de este gran director y actor francés.

Esta película, como otras, es sencillamente maravillosa. Además, Tati aprovecha para satirizar y reírse del progreso y la modernidad.

Si puedes, si te pica la curiosidad al leer estas líneas, aunque seas joven y creas que lo antiguo no vale o es obsoleto o no tiene efectos especiales o etc., yo te recomiendo que veas esta obra donde la magia inunda la pantalla.
Kikivall
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