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El desencanto

Documental Leopoldo Panero, poeta, murió en Astorga, donde había nacido, en el año 1962. Catorce años más tarde, las personas que más íntimamente estuvieron ligadas a él, Felicidad Blanc, su viuda, y sus tres hijos, recuerdan aquel caluroso día de agosto. El recuerdo queda sometido a algo más que aquella fecha. Surgen otras vivencias. Y a través de la palabra y del recorrido por habitaciones, objetos, calles y lugares perdidos, se desvela la ... [+]
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
23 de febrero de 2016
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Personajes sin tapujos se presentan frente a la pantalla. Desnudos, sin tapujos, muestran su alma sin vergüenza alguna, siempre con sinceridad, de una familia venida a menos con una madre arrogante y superflua, un hijo acelerado y drogadicto, un segundo hijo egocéntrico, maquiavélico e insoportable, y un tercero y último humilde, sincero bajo la influencia del alcohol por las venas. Personajes cómicos de una sociedad española en decadencia.

El Desencanto, tiene su desencanto, y aparte de los personajes, el documento no interesa para nada, no es atractivo, no merece la pena su visionado, ante un tema como es la vida de un poeta de renombre, aunque desconocido para mí, un poeta recordado por sus allegados pero insuficiente para el inmenso mundo que llamamos tierra. No me gustó, no me agradó y mucho menos lo disfruté, por lo tanto, no lo recomiendo.
Ranxomare
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6 de febrero de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magistral documental de Jaime Chávarri, que muestra sin medias tintas la vida de los Panero tras la muerte del llamado poeta del franquismo. La viuda y los hijos muestran en sus conversaciones la personificación más absoluta del fracaso; las reflexiones de los hermanos Panero cuando se refieren a sus padres son directas, hirientes, inmisericordes y carentes de tapujos. Quieren ajustar cuentas con un pasado que les pertenece, pero en el que jamás encontraron la felicidad. Y ese tiempo marca su existencia para siempre. Los Panero se consideran unos perdedores, son la consecuencia fatal de una época oscura de cuatro décadas de dictadura y de pertenecer a una familia muy bien asentada en el régimen, que no les permitió disfrutar de esa libertad de acción y pensamiento que ahora llegaba, pero que para ellos lo hacía ya demasiado tarde. Se refugian en la poesía y en el alcohol para intentar olvidar sus sueños frustrados y asumen que el final de la estirpe de los Panero es irremediable.
colt45james
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28 de mayo de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la filmografía de Jaime Chávarri (Madrid, 1943) destaca, entre otras, este peculiar documental, aunque según declaraciones del propio Chávarri, surgió a partir de la idea que tenía de rodar un cortometraje en un psiquiátrico (las instituciones de la época no se lo permitieron). De la mano del productor Elías Querejeta, con el que había trabajado como director artístico en El espíritu de la Colmena (Víctor Erice, 1973) y en Ana y los lobos (Carlos Saura, 1972) y arrastrado por el entusiasmo de su amigo “Michi” Panero, termina embarcándose en el rodaje de un largometraje que retrata a los miembros de la familia Panero seducido sobre todo por la madre, Felicidad Blanc (1913-1990), escritora y viuda del poeta falangista Leopoldo Panero (1909-1962) miembro de la generación del 36.
La película está construida prácticamente sin guión y fotografiada en blanco y negro por Teo Escamilla, habitual director de foto de Carlos Saura, y desarrollada en base a las conversaciones mantenidas por Felicidad Blanc y sus tres hijos: Juan Luis Panero (1942-2013), José Moisés “Michi” Panero (1951-2004) y el recientemente fallecido Leopoldo María Panero (1948-2014). Tanto Juan Luis como Leopoldo María desarrollaron notables carreras como poetas al igual que su padre, “Michi” Panero está más asociado a la movida madrileña y estuvo casado con Paula Molina, hija del cantante de copla Antonio Molina, aunque no llegó a desarrollar una gran carrera como escritor.
Rodada en la casa familiar que tenían en Astorga (León), ciudad donde Antoni Gaudí construyó su modernista palacio episcopal, y también en Madrid, este documental sufrió en su día los efectos de la censura. Según su director, fue la última película en sufrir las consecuencias de los censores, ya que tenía una secuencia donde Leopoldo María habla de sus experiencias sexuales en prisión debido a su militancia antifranquista.
En definitiva, durante los 97 minutos que dura la cinta, la viuda y sus tres hijos narran sus vivencias, entrecruzan sus recuerdos y ponen en evidencia el desencanto producido por un régimen político que se aproxima a su final definitivo y donde nada es lo que parece.
Lo más destacado de este notable documental es, ante todo, el retrato que ofrece de Leopoldo María, poeta maldito y miembro de los nueve Novísimos que pasó mucho tiempo ingresado en psiquiátricos; de hecho en el momento de su fallecimiento estaba ingresado en el psiquiátrico de Las Palmas de Gran Canaria. Esa ambigüedad entre la genialidad poética y la locura queda constatada en muchas de sus afirmaciones.

En 1994, Ricardo Franco entrevistaría a los 3 hermanos por separado tras la muerte de su madre. La nueva película documental lleva por título Después de tantos años.
LuisB
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18 de diciembre de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A diferencia de otros documentales que se realizaron tras la muerte de Franco, “El desencanto” no se sirve de la Historia, ni tampoco la crónica de sucesos, su materia prima es mucho más modesta, algo así como una pequeña saga familiar, los Panero, contada a media voz, pero, a la vez, su resonancia es de una impresionante amplitud, se presenta como una sibilina metáfora no sólo de toda una época de nuestra historia, que justo terminaba entonces, sino también de una cuestión mucho más universal, la institución familiar. Tanto el padre poeta como sus tres hijos eran alcohólicos y éstos últimos eran escritores, intelectualmente brillantes pero con problemas mentales, todos ellos aparecen como espectros del pasado.

La película, más allá de un docudrama, su riqueza formal y temática, resulta aún hoy inagotable, lo que refleja en mi opinión, es la decadencia de la célula familiar, indagando la verdad sobre la gran mentira de la familia española, patriarcal, católica y franquista. Chávarri dedica un esfuerzo analítico despiadado y amargo mediante los propios comentarios y recuerdos que manifiestan los miembros de la saga. No cabe duda que la obra tiene más de representación y actuación que de realidad. “El desencanto” cuestiona la figura del padre – protagonista ausente de la película, al que nunca vemos ni una foto – en la familia española. El film se abre y cierra con la figura de la estatua del poeta Leopoldo Panero erigida en Astorga, aún sin descubrir, 12 años después de su muerte y las reflexiones de sus deudos es el nudo dramático de la historia.

Por un lado, el aspecto meramente testimonial, la viuda Felicidad Blanc y los tres hijos del poeta lírico y oficial del régimen, confesando sus más turbadoras intimidades ante la imperturbable cámara de Chávarri: los sueños rotos de la burguesía provinciana encarnada en la madre, una mujer de muchas aristas, y el “desencanto” de la generación más joven representada por Leopoldo María, Juan Luis y Michi, desperdiciada entre una infructuosa lucha política y la consiguiente angustia existencial. Por otro, es un gran melodrama con reminiscencias del cine de Visconti que se ocultan baja una tenebrosa fotografía en blanco y negro de Teo Escamilla, la patética decadencia de una familia fundada en los sueños de grandeza de la posguerra y convertida, al fin y a la postre, en una triste sombra de lo que pudo ser.

El constante roce entre esos dos enfoques de la materia prima documental, que incluye filmaciones de la casa familiar, poemas en “off”, la realidad recogida por la cámara y las evocaciones metafóricas que sugieren las imágenes, todo ello unido a la música de Franz Schubert produce un extraño resultado. Convierte lo que en principio son personajes y hechos reales en una especie de relato alucinado, cuya baza no es tanto lo que nos cuentan de sí mismos como lo que el espectador puede leer entre líneas. La realidad pues, se convierte en ficción, y los Panero en protagonistas de una extraña, desoladora tragedia escrita y puesta en escena por ellos mismos.
Antonio Morales
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10 de enero de 2009
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que verla. La calidad de audio es malísima, hay una versión con una calidad bastante mejor que la edición en dvd... Esta película fue producida por Quejereta como una de los primeros documentales de "salsa rosa", lejos de esto Chavarri (el director) consigue una obra que explora la genialidad y locura de los hermanos panero. Como poco inquietante.
elfuturoyaeshistoria
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