El puebloSerie

Nueva creación de los hermanos Caballero, que esta vez apuestan por un lugar alejado de la ciudad.
Esta vez predomina el contraste pueblo-ciudad, que para mí les sale a la perfección.
Cuenta con un buen elenco, que actúa bien y que esa personalidad única de cada personaje funciona y da toques graciosos a la serie.
Por lo demás, hay situaciones normales en la serie, lo que permite que nos podamos identificar con todos los personajes.
Vistas las temporadas 1 y 2 nos queda la duda de si continuará. Ojalá que sí.

"El Pueblo" es una serie la cual tiene un enfoque fresco y divertido, que combina el humor inteligente con personajes entrañables y situaciones cómicas.
Su fuerte son:
1. Humor inteligente.
2. Elenco talentoso.
3. Equilibrio entre comedia y drama.
4. Reflexión sobre la vida rural.
5. Una crítica social continúa.
Sus puntos flojos:
En mi opinión, no los he visto. Aunque he de resaltar que cómo han dicho sus creadores (éstos están inmersos en más de un proyecto, La que se avecina, Machos Alfa,…), han decido poner fin a la serie en su temporada 4, y el último capítulo, peca de querer cerrar la historia demasiado deprisa.

En conclusión, una serie sobresaliente.

Una producción tan hermosa como genial, interpretaciones dignas de Goyas, San Sebastián, Óscars, todos los personajes retratan lo más noble, admirable, querible del ser humano, obvio que hay un personaje antagónico dónde el casting ha hecho gala de la mayor experticia, dándole el peso de tal catacaldos a Areces quien temporada tras temporada no cesa en su espiral de reinvención hacia el desastre.

La premisa de La que se avecina se traslada a la España vaciada con actores repetidos inclusive. Aquí funciona mejor la idea del vecindario en conflicto, a pesar de que no parecía dar para mucho la idea, dado el reducido tamaño de la aldea y la aburrida monotonía que se le presuponía al lugar.

Si La que se avecina es puro esperpento y exageración, aquí todo encaja en su justa medida sin necesidad de aspavientos. Una idea sencilla en un entorno reducido dan para muchas risas gracias al guion y, por supuesto, a los actores. Todos están correctos pero destacan dos que lo clavan: los que interpretan a El Ovejas y a Doña Emilia. Por favor, que le den ya un premio a esta inspiradora actriz de vocación tardía.

Como punto negativo, el hecho de que siempre intentan estirar las series, y a esta le sobran algunos episodios.

La primera temporada de El Pueblo la podríamos calificar de pasable, una serie para pasar el rato. Algunos momentos graciosos, algunos personajes interesantes (otros fácilmente prescindibles) tramas sencillas pero con un mínimo de coherencia.
A partir de la segunda temporada se agudizó el proceso de caricaturizar a los personajes nativos del pueblo, representándolos a base de estereotipos ya muy vistos, y los urbanitas definitivamente despegaron (literalmente), hasta situarse en un plano muy superior respecto a los vecinos rurales a los que trataban con una condescendencia y un paternalismo insultantes. No sé el motivo de esto ya que haciendo memoria de los urbanitas, la gran mayoría no tenían ni donde caerse muertos y acudieron a dicho pueblo casi buscando limosna. Aquí la serie comenzó a ir a peor y es cuando uno empieza a tener la sensación de estar perdiendo el tiempo. Con la primera temporada ya es más que suficiente teniendo en cuenta la calidad del elenco y la verosimilitud de las tramas.
En la tercera temporada es evidente que el Ministerio de Igualdad se ha hecho cargo del guión de la misma. Aquí la serie ha dejado de ser serie para pasar a ser una especie de coleccion de charlas sobre estos temas tan de moda últimamente, el género, el patriarcado y demás. El feminismo ya había asomado la patita en la segunda temporada. Y enlazando dichas charlas hay alguna que otra trama para mantener un poco la ficción de serie.
Es la temporada que más corta se le hace a uno, debido a las ocasiones en que es mejor rebobinar hacia adelante las partes que dan verguenza ajena, cada vez más numerosas a estas alturas, y sobretodo la intervención de ciertos personajes, como la señorita del pelo corto rizado y sus sesiones de catecismo sobre los géneros, o los discursos sobre el feminismo de una de las mujeres rurales, que parece ser que ha visto la luz en estos temas y ya no puede dejar de dar la tabarra al resto de vecinos sobre estos asuntos.