Quiero matar a mi jefe 2

‘Innecesaria’ es el adjetivo más socorrido por la casta de críticos profesionales para describir una segunda parte. No digo que no tengan razón en ocasiones, pero diría que su uso sistemático obedece a un intento por desacreditarlas de raíz bajo la premisa de que sólo se hacen secuelas de películas comerciales - el Cine Auténtico es cien por cien original y no permite continuaciones, sería una traición del autor a sí mismo-.
Más que innecesaria, “Cómo acabar sin tu jefe 2” era inevitable. Si algo funciona, lo normal es estirarlo y lo que hay que valorar no es si es digno o indigno de la Historia del Cine sino si es digno o indigno para el espectador. Y la película lo es. Empeora, como es normal, porque pierde el factor sorpresa, porque ha generado unas expectativas difíciles de cumplir y porque era complicado reunir el elenco de secundarios que imprimió tanto carácter a la primera parte. Es cierto que todos aparecen, pero mucho más diluidos, probablemente por problemas de agenda y por la complicación de integrarlos en una trama condicionada por tener que continuar donde se quedó la precuela. Aún así, lo escaso de sus apariciones es motivo más que suficiente para justificar su visionado.

Hay nuevos famosetes para compensar, sí, pero se quedan cortos a la hora de rellenar los minutos mágicos que Spacey o Farrell (Aniston y Foxx sí mantienen su nivel de participación). En todo caso la película sigue funcionando. Con algo menos de fluidez, pero te terminas riendo durante gran parte del metraje. A veces más, a veces menos, a veces con una sonrisa y a veces con una carajada. A veces con ganas y a veces con algo de vergüenza ajena. ¿Innecesaria? Para nada, el buen humor nunca sobra. Algunos críticos profesionales sí que son innecesarios.

La segunda entrega de Horrible Bosses creo que sigue teniendo básicamente el mismo problema que la primera: le falta mala baba, le falta más carácter y humor negro.

El problema está en que esta segunda parte pierda aun más en este aspecto y los protagonistas se vuelven aun más irritantes. En algunos momentos esto no es un problema, por ejemplo es parte del estilo de Charlie Day, sin embargo creo que Sudeikis queda muy desaprovechado. Aun así, el trio, junto con la ayuda de Pine consiguen crear un tandem lo suficientemente sólido en algunos momentos de la película.

Puede que lo más interesante sean las intervenciones puntuales de Jamie Foxx, Jennifer Aniston y el gran Kevin Spicey.

En cuanto a lo demás, Horrible Bosses 2 cumple como debe cumplir y se convierte en una cinta para pasar un buen rato pero que será olvidada rápidamente.

Hace tres años llegaba una comedia muy original llamada Cómo acabar con tu jefe, una simpática cinta que no contaba con un gran guión, aunque el tema que trataba era original, pero sí con una gran cantidad de secundarios que se comían la película en cada escena como son Kevin Spacey, Colin Farrel, Jennifer Aniston o Jaime Fox. La película fue un taquillazo y no tardó en darse luz verde a la secuela, que nos llegaba a principios de este 2015. ¿Encontraremos un producto a la altura de la primera parte?

El film nota síntomas de hacerse a correprisas, no hubo casi margen entre la primera y segunda parte y eso se ve en un guión más alocado y menos coherente que el de la primera. Los chistes funcionan menos (aunque hay alguno que está muy bien) pero en líneas generales todo está hecho con más desgana.

En el apartado actoral, el trío protagonista vuelve a tener la química de la primera parte. Jason Bateman, Jason Sudekis y Charlie Day (este último quizá un poco desesperante) congenian los tres a la perfección y eso se agradece. Las nuevas incorporaciones al film son Chris Pine, que nos sorprende gratamente mostrando su vena cómica, y Christoph Waltz, encasillado de nuevo en el papel de villano. No podían faltar los cameos de Jaime Fox (genial), Jennifer Aniston (más buenorra que nunca) y Kevin Spacey (con sólo dos, pero grandiosas, escenas).

Esta secuela no llega a al altura de la primera, pero entretiene y te hace pasar un buen rato de hora y media. No le vamos a pedir tampoco más a una secuela de Hollywood. Eso sí, debido a su fracaso en los EEUU, posiblemente, esta sea la última de la saga. Menos mal.

Todo lo que se reflejó en la primera entrega, viene en la segunda corregido y aumentado. Es decir, una comedia tonta, absurda, surrealista en ocasiones, forzada e histriónica. Con el consabido paseo de los famosetes a modo de cameo para darle caché y cierta sensación de "sketch" televisivo.
No se cortan a la hora de forzar situaciones al máximo y basar el humor en la verborrea gritona de los tres cómicos protagonistas, cada uno a su estilo, con diálogos que se pisan unos a otros sin dejar tiempo a disfrutar de los momentos inspirados que tiene cada uno. Una película mala, sí, pero al menos honesta en su sentido de "todo vale" y de "haced lo que queráis delante de la cámara", que le da cierta frescura y a veces, hasta tiene gracia.
Después uno ve las tomas falsas de los créditos finales y se certifica que se lo han pasado bomba haciendo este subproducto, `por lo cual, imagino que les merecerá la pena embarcarse en él.

Tengo una debilidad: Charlie Day. Desde que lo descubrí en Colgados en Filadelfia, me parto con él. Esta película no es la excepción, aunque no esté al nivel de la primera parte. Buenos gags y chistes subidos de tono con mención especial a las referencias escatológicas de Jennifer Aniston.
Buena referencia de estructura de comedia.