El último asalto

La espectacular y sobrecogedora actuación de Samuel L. Jackson en El último asalto, podía haber sido, cuanto menos, nominada al Oscar, porque su interpretación es muy buena y le da al film ese punto nostálgico y engrandecedor que se usa en el cine para mitificar el boxeo y a sus púgiles. Josh Hartnett también resulta creíble en su papel de periodista pero, está claro, que el sentimiento de lástima que se tiene por esta historia es gracias a Samuel L. Jackson.

Película basada en la relación entre un boxeador que ha vivido tiempos mejores y un periodista cuya herencia le queda grande, en estado de desesperación que le lleva a cometer un grave error...
Lo más destacable es, como no, la actuación de Jackson, la cual mantiene (aguanta) la cinta, da la sensación de que en otra vida fue tanto boxeador como sin techo; en la que interpreta a un desequilibrado cuya causa se irá descubriendo poco a poco, aunque en mi opinión su enfermedad no está bien reflejada y es una pena, porque tenían una buena historia entre manos...
De resto sensiblería familiar poco contagiosa y una serie de frases hechas, algunas acertadas, pero, para mi gusto, sin alcanzar el objetivo de reflejar la profesión de boxeador y de escritor, ni tampoco de reflejar los valores familiares...
Nada, un rato de entretenimiento y algún comentario "graciosillo"...

Desconfiaba que me fuera a gustar el argumento de la película, pero bueno una vez vista si que me gusto, ni de lejos lo que million dolar baby pero bueno tampoco pidamos peras al olmo.
Una interesante historia con una excelente interpretación del señor Samuel L.Jackson y aceptable sin más de Josh Hartnett..
Se le puede achacar que le falte una pincelada de emoción, puesto que te vas oliendo el desenlace. Y que no haya habido algo más de acción.
En fin, la película como al 70%

Interesante película, con buen fondo y no menos dignas intenciones, pero carente de "punch" (nunca mejor dicho). Precisamente lo que muchos valoran -su emocionalidad- es lo que no he sido capaz de encontrar quizá porque todo resulta forzado en esta filosófica historia sobre la verdad, la vida, la existencia, la paternidad y no se cuantas cosas más que se sirve del pretexto colateral del mundo del boxeo para autojustificarse.

Y no es mala, pero tampoco buena porque no consigue lo que se propone casi desde el primer minuto. Jackson está excelente, pero Hartnett no se tiene en pie y quizá por aquí sea por donde todo se derrumba. Los demás personajes, e incluso el argumento mismo, se convierten en satélites que orbitan alrededor de este duo actoral desigual y que se desangra, precisamente, por su desigualdad. Derrota por incomparecencia.

Así, en su denodada lucha por tratar de conducirnos al llanto a partir del truco -bastante antiguo por otro lado- de enfrentar al viejo experto y fracasado con el joven inexperto y confuso, Rod Lurie solo consigue ponernos muy serios y pensativos... Pues termina faltando garra, la emotividad se diluye en mitad de tanta trascendencia reflexiva como se pone en juego, y por eso no hay quien llore como es debido.

Y eso que servidor es de lágrima facilona.

Desconocía esta película por completo hasta que vi en cartel a Harnett y L.Jackson y me decidí a verla por la temática de boxeo sobretodo. Al verla se me vinieron a la cabeza películas con alguna que otra similitud como lo es El solista donde vemos a Downey Jr ayudando a Foxx y El ladrón de palabras donde vemos a Bradley Cooper suplantando ideas de otro escritor. Son películas posteriores e igualmente interesantes pero en El último asalto vemos algo más. EL querer ser alguien y mentir para ir más allá de tus límites, para sorprender a tu familia sobretodo a tu hijo, para lograr la gloria que quieres pero que eso se termina acabando. A modo de historia real y de carácter crítico se nos muestra a un redactor de un periódico que alcanza más fama aún de la que tenía su padre contando la historia de la resurrección de una leyenda del boxeo que no todo es oro lo que reluce y como se muestra para mostrarnos la desolación de ambos personajes muy bien interpretados y carismáticos con una química ejemplar bien mostrada en pantalla. Una película entretenida y aunque parezca un tanto edulcorada, es una historia interesante y que llega al corazón, arriesga y se sale de los esquemas porque vemos una trama donde la gloria se desvanece, donde la vergüenza y la caída es clave y en cierto modo es una historia amarga por lo que cuenta, todo rodeado de mentiras y desconocimiento. Pero también es un atractivo relato sobre la amistad y persecución de sueños. La desconocía y sin embargo me ha sorprendido. No es una película de boxeo al uso aunque sea de gran importancia se acaba recalcando la persona y no el personaje. Me sorprendió que apareciese el auténtico Jake La Motta, el señor Toro Salvaje que está relacionado en la trama. Inevitable no acordarse de Robert De Niro. Una película sorprendente como poco. Buena.