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El nuevo Nuevo Testamento

Fantástico. Comedia ¿Qué pasaría si Dios existiese y viviese en Bruselas? Dios en la Tierra es un cobarde, tiene patéticos códigos morales y su conducta con su familia es odiosa. Su hija Ea, que se aburre mortalmente en la anodina Bruselas, decide rebelarse contra su padre, entra en su ordenador y desvela a todo el mundo el día d su fallecimiento, con lo que hace que de repente todas las personas reflexionen sobre qué hacer con los días, meses, o años que ... [+]
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Críticas 55
Críticas ordenadas por utilidad
17 de octubre de 2015
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si el título de esta película hubiera sido lo que, más o menos, reza la frase promocional en su cartel francés: “Dios existe y vive en Bélgica”, hubiera dado una idea más clara de lo que va la película y hubiese sido más acertado que el que lleva, “El nuevo nuevo testamento”, el cual da la impresión que haya sido sacado de filmografías de Manuel Summers o Mel Brooks en sus horas más bajas, pudiendo sugerir al espectador que se trata de un producto carente de imaginación, cuando imaginación y sobre todo despliegue visual desde luego no le falta. Aunque el tema no sea nada nuevo ni original, se ha utilizado una concepción de guión e ideas, como la de la lavadora, propias de Spike Jonze, bien conjuntada con una imaginaría visual que oscila entre Jean- Pierre Jeunet, sobre todo en su colorido, y Terry Gilliam, en el diseño de algunos de los decorados, como la habitación llena de ficheros, sacada de “Brazil”.
Quizás lo más descuidado en su guión sean algunos de sus personajes, como el de la mujer de Dios, una desaprovechada y muy encasillada en este tipo de papeles Yolande Moreau, o sobre todo el mismo Dios, Benoît Poelvoorde, muy pasado de rosca desde un principio y con poca progresión dramática, junto a algunos chistes de segunda que puedan resultar ofensivos o reiterativos, incluso algunos de sus “gags” están torpemente subrayados por una musiquita payasesca que sobra. También, lo que suele ocurrir en estas narraciones de historias cruzadas, hay subtramas que están más desdibujadas unas que otras, como la de Catherine Deneuve frente a la de François Damiens y Laura Verliden, por ejemplo, una de las más conseguidas por cierto. Y destacar, cómo no, la labor de Pili Groyne en el papel de Ea, hilo conductor de la historia y que sabe, a pesar de su juventud, soportar bien su responsabilidad.
Antes aludíamos a la torpe utilización de la música en contadas ocasiones porque rechina con el resto del destacable trabajo, pero quiero decir que posee una banda sonora variopinta, con más sentido del que en principio pudiera parecer, muy conseguida y plagada de autores reconocidos, sean contemporáneos o clásicos. Sus ambientes, sus efectos especiales… todo está cuidado, como debiera exigirse en toda producción de presupuesto holgado.
Jaco Van Dormael logra un film interesante, con cuestiones universales muy profundas, aunque estén tocadas no con mucha profundidad, y en una clave cómica a veces algo facilona, fórmula que el cine lleva haciendo hace más tiempo del que en principio pudiera parecer. Pero sigo preguntándome si a Van Dormael le volverá su inspiración inicial, con esa con la que nos sorprendió con su notable “Totó, el héroe” y que parece que con el transcurso del tiempo se ha ido disipando, quizás porque anda más ocupado en los aspectos técnicos y vistosos resultados más que en transmitir desde lo que es el mero hecho de contar, sin tantos alardes técnicos, y poniendo más romanticismo, o corazón, que dicho sea de paso, se supone es la base en la que sustenta su cine. Por último señalar que al final de los créditos hay un "gag" que posiblemente,en futuras emisiones televisivas, se perderán los espectadores. Ningún canal en abierto respeta los créditos, pero ya incluso los créditos iniciales, que el otro día emitieron "Cortina rasgada" omitiendo su presentación, chapuza que no había visto nunca, pero bueno, ese ya es otro tema.
Maggie Smee
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26 de febrero de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La religión siempre ha formado parte inherente de nuestras vidas.
Una serie de normas y dogmas bajo los que supuestamente orientar nuestra existencia, ser más nobles y aprender siempre a poner la otra mejilla. Incluso una manera de negarnos a nosotros mismos, para servir a una colectividad divina que nunca alcanzamos a ver en esta vida.
Algo tan arraigado en nuestro crecimiento como especie, la creencia en un ser superior, que la aceptamos sin pega, en parte porque necesitamos creer en algo, en parte por miedo a una institución que tiene un dedo puesto en cualquier lado.

Jaco Van Dormael, aceptando esto, retrata a un Dios desastrado y cruel, que se divierte estipulando reglas absurdas bajo las cuales sufrimos cada día. Catástrofes naturales y accidentes son los principales entretenimientos de este Dios ficticio, que sin embargo no podemos evitar asociar a una realidad que se revela injusta la mayoría de las veces.
Lo que se está mostrando podría ser ficción, podría ser verdad: nadie sabe si Dios vive en Bruselas, en un apartamento al cual se accede por el túnel de una lavadora, pero sí sabemos que en muchas, determinadas situaciones, elevamos una plegaria a un Dios que nos dijeron estaría ahí... y nunca lo está.
El Génesis es contado como la clase de experimento que uno realizaría una tarde de domingo aburrida, y no como la experiencia que hará posible los diversos milagros que forman la Tierra: somos un accidente que fue creado sin un propósito determinado.

Es quizá por eso por lo que sufrimos el abandono, el rechazo y la pena, porque nadie dijo que íbamos a existir para cumplir esas funciones. No solo eso, sino que encima ni siquiera sabemos en qué momento dejaremos de existir, por lo que mejor "existir bien".
Es decir, cumplir lo que se supone que te dicen que debes hacer, ser noble, poner la otra mejilla, no alzar tu voz por encima de otras. Cumplir esa homogeneidad repartida bajo la cual te aseguran un reino de Dios en tu fallecimiento, eso es lo que se debe hacer.
Pero es entonces cuando Jaco Van Dormael traza la línea, y dice: hasta aquí.

Dios también tuvo una hija, eso no lo sabe mucha gente. De hecho, su hijo bajó a la Tierra a por nosotros queriendo escapar del legado del padre, haciendo milagros para que viéramos que no todo tiene que ser malo, o tiene que ser sufrido.
Ea, su hija, continúa ese legado familiar, y tras darnos la llave de nuestra libertad extraída de las más oscuras carpetas digitales de su padre, se mezcla con los mortales para tratar de comprendernos. Para registrar cada sentimiento, cada emoción o simple testimonio, que formarán parte de un Nuevo Testamento, esta vez uno de nuestro siglo.
La hija de Dios, acompañada por su escriba que no sabe escribir, busca a seis apóstoles, para que con los doce originales puedan formar un equipo de rugby. La clase de detalle, alegremente profano, inocentemente expuesto, tras el cual empezamos a adivinar que esta no es una historia sobre Dios, es una historia sobre las personas.

Personas que, se nos revelan bajo la mirada atenta de Ea, dolidas, rotas y anhelantes de deseo. Gente que escapa a la normalidad, y aún así se fuerza a encajar en la normalidad a martillazos.
Cada testimonio suyo es un escalofrío en nuestra espalda, porque no se puede negar la verdad magnífica, imperfecta, que rezuma de cada uno de ellos: la bella manca nos habla del deseo que suscita a su paso, donde todos la ven como un trozo de carne, pero a ella solo le gustaría tener, por ridículo que suene, un último baile con su mano amputada. El ridículo se transforma en belleza, de la manera más insospechada, y nos damos cuenta de que muchas veces solo aspiramos a eso, a convertir nuestros defectos en gloriosas muestras de nuestra imaginación.
Así sucede con el oficinista que por una vez se para en el banco a escuchar el mundo, con el obseso sexual que solo celebra la perfección del cuerpo femenino, con la rica adinerada que nunca ha sentido el verdadero contacto del amado, con el asesino sumergido en una vida mediocre, con el niño que quería experimentar cómo es ser una niña, desafiando cualquier canon establecido.

Todos tuvieron que esperar a que les dieran fecha de caducidad para atreverse a ser como siempre quisieron ser. Todos se dieron cuenta de que no merecía la pena no ser quiénes siempre quisieron ser.
Y, en un último giro final, nosotros nos damos cuenta de que podemos ser quiénes queramos, sin tener que esperar a que ningún Dios, ausente o cruel, nos dé permiso para serlo.
Charles
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21 de agosto de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Brand New Testament (El nuevo nuevo testamento) de Jaco Van Dormael: Aunque fui a verla con cierto interés y porque me gustó la sinopsis, además que era una de las preseleccionadas para competir por el Oscar a Película Extranjera, no me imaginaba que me iba a gustar tanto. Ha sido una grata sorpresa. Primera película que veo del director, y me ha encantado. Es una comedia muy ingeniosa, creativa, satírica y con un fascinante humor negro, que te lleva desde la carcajada por situaciones surrealistas y cómicas, hasta enfrentarte a la siguiente escena a un tema serio y triste. Su guión me parece brillante, en síntesis es una visión particular de un Dios que vive en Bruselas, Bélgica, y no es nada a lo que imaginamos. Su hija toma venganza para reunir discípulos propios y escribir un nuevo nuevo testamento, jeje. Nos enfrenta a temas muy serios, filosóficos y reflexivos, cómo ¿Qué haríamos al tener consciencia de la fecha exacta de nuestra propia muerte? Es una de las premisas que mueve los hilos de la historia. El resultado es fascinante. Estupenda, emotiva, divertida, buena dirección, fotografía. .. y tienen varias escenas memorables con alta carga poética.

http://frasesdecineparaelrecuerdo.blogspot.com.co/2016/08/frases-pelicula-the-brand-new-testament-jaco-van-dormael.html
http://asbvirtualinfo.blogspot.com.co/
Alejandro
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16 de octubre de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No somos pocos los amantes del cine que quedamos maravillados con Las vidas posibles de Mr. Nobody, una cinta belga (rodada en inglés, con reparto internacional y 37 millones de presupuesto, todo sea dicho) que manejaba a la perfección un cóctel de drama y ciencia ficción cuya impecable puesta en escena propiciaba una catarata de mensajes sobre la vida y la muerte realmente conmovedores. Jaco Van Dormael fue el responsable de aquel trabajo, un tipo al que ya se le conocía previamente en el circuito internacional gracias a cintas como Toto, el héroe o El octavo día, pero que con la obra protagonizada por Jared Leto dio un salto de fama y calidad

Partiendo de ciertas bases ya vistas en Las vidas posibles de Mr. Nobody pero siguiendo caminos similares, Van Dormael dirige y escribe El nuevo nuevo testamento (Le tout nouveau testament), una película que imagina un Dios terrenal, con barriga cervecera, muy malas pulgas y residente en Bruselas. Gracias a un ordenador, es capaz de controlar a su gusto todo lo que sucede en el mundo, desde las catástrofes a las alegrías pasando por esas pequeñas cosas que siempre se han llamado Ley de Murphy (“la tostada siempre caerá por el lado de la mermelada” y sucedáneos). Pero lo que no puede controlar Dios es a su propia familia. La esposa hace lo que puede por soportarle, pero su espabilada hija Ea se harta del todopoderoso y decide enviar a cada ser humano su fecha de defunción, algo que colapsará la rutina de todo el planeta y la del propio Dios, partiendo la pequeña a continuación en busca de varios apóstoles que le ayudan a reformular otro nuevo testamento.

La trama posee un evidente toque cachondo y, por fortuna, Van Dormael prefiere desarrollarla como tal durante los primeros minutos. Hasta que Ea se rebela contra su padre, el cineasta belga no duda en ofrecer, incluso desde un punto de vista forma, una concatenación de situaciones cómicas que gozan de una gracia particular. Este humor con apariencia absurda pero relleno de inteligencia le viene que ni pintado a Benoît Poelvoorde, actor ya veterano en la comedia francófona y que aquí demuestra estar a la altura en un papel que, por otra parte, tampoco requería un esfuerzo heroico.

Todo cambia con ese giro argumental con el que comienza la verdadera razón de ser de la película. El registro cómico no desaparece en su totalidad, pero sí deja paso evidente a algo más visceral. Van Dormael propone en El nuevo nuevo testamento una disección sobre cómo los seres humanos somos capaces de tirar nuestro tiempo por la borda, desperdiciando ocasiones para hacer lo que nos gusta y estar con la gente que queremos, mintiéndonos a nosotros mismos, como si pudiéramos gozar de una segunda vida para obrar de una manera distinta a la que no nos hemos atrevido en la primera. Una teoría que ya puso en práctica en Las vidas posibles de Mr. Nobody, si bien en esta ocasión el director opta por despersonalizarla de un solo individuo y rehúye de todo lo que hacía compleja a aquella; una opción que, en consecuencia, la desprende de la profundidad de su mensaje y cercena la inmensa emotividad que desprendía.

Van Dormael está a punto de perderse en el laberinto de personajes y situaciones que él mismo crea. Por fortuna, su facilidad para lograr que empaticemos con los entrañables personajes que desfilan por sus películas hace que El nuevo nuevo testamento resista el envite y, aunque no llegue a las cotas de calidad presentes en su obra magna, ofrezca una grata y atractiva disección sobre uno de los principales defectos inherentes a casi todo ser humano. Jamás el visionado de una película que combine unas intenciones tan excelentes con un producto que en su conjunto se hace ameno podrá calificarse de innecesario, una circunstancia que perfectamente se puede aplicar a esta cinta por más que existan diversos altibajos a lo largo de la misma.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Kasanovic
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28 de enero de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Original metáfora que nos va a hacer cuestionarnos con una sonrisa en la cara y alguna que otra carcajada, la existencia de un Dios divino en detrimento de un Dios mas urbano y terrenal, pues ¿qué pasaría si todo lo que nos ocurre ha sido programado por Dios? y de repente, ¿se ve obligado a lidiar urbanamente con todo lo creado?, pues esto y mucho mas es lo que te puedes encontrar en esta película, a traves de unas bonitas y tiernas escenas que bailan al son de una clásica BSO y que pese a que a la película, le cueste mantener el ritmo alcanzado durante sus primeros 45 min; esta, resulta ser de lo mas curiosa y en dicha originalidad radica el que nos encontremos ante una película diferente.
Para finalizar les dejare una pregunta porque el Dios cristiano se escribe con mayúscula y el resto de dioses con minúscula? acaso el resto de dioses no tienen derecho a ser nombres propios o es que esta regla fue creada por el mismísimo "Dios".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ElTíoSerto
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