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Más allá de Río Grande

Western Después de matar al hombre que había asesinado a su padre, Martin Brady huye de Estados Unidos y se establece en México, donde trabaja como pistolero al servicio del político Cipriano Castro. Su patrón le encomienda la misión de cruzar el Río Grande hasta Puerto (Tejas) para comprar armas, pero se fractura una pierna, al caerse del caballo, lo que le impide regresar con la mercancía. Durante su convalecencia se le presenta la ... [+]
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
27 de agosto de 2011
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se trata del mejor western que se haya hecho en la historia del cine americano, seguro que no se trata del mejor western que se rodó en esa década y es evidente que no es el mejor de su protagonista, pero sí se trata de una película entretenida en la que el duro de Mitchum se pasa de un bando a otro demostrando que en la guerra, como en el amor,todo vale y que el mejor bando es en el que uno está.
Se puede recomendar para los amantes incondicionales del western, dado que tampoco es que tenga mucha acción ni nada que se le parezca, es una película más de personajes.
Ford Farleine
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28 de mayo de 2023
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Martin Brady, tras vengar a su padre huye de Estados Unidos para establecerse en México, donde trabaja como pistolero al servicio Cipriano Castro, un gobernador mexicano. Se le encarga cruzar el Río Grande hasta Tejas para comprar rifles y munición, pero se rompe una pierna en una caída del caballo. En su convalecencia ve la opción de iniciar una vida nueva en su país.

Robert Parrish dirige con corrección una cinta con un guion endeble de Robert Ardrey (novela de Tom Lea). Resulta de ello un western no muy brillante donde el actor Robert Mitchum lleva el peso del filme. Junto a él la guapa Julie Londony actores como Gary Merrill o Pedro Armendáriz, todos bien.

Música (Alex North) y fotografía en color (Floyd Crosby y Alex Phillips) estupendas, que envuelven esta cinta de manera superlativa.

Hay indios, duelos, disparos, y, en fin, lo típico de este tipo de obras, pero sin sobresalir especialmente ninguna.

Es de destacar las diferencias de mentalidad de mexicanos y norteamericanos, como siempre, más bien tirando a mal a los de México; buenos escenarios para representar la frontera México-Texas. Cierta sensación de desolación y aridez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kikivall
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6 de enero de 2024
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Robert Parrish leyó la novela The wonderful country y preguntó a su autor, Tom Lea, si podría dirigirla. Lea aceptó, asumiendo que solo cobraría por una breve aparición, en un plano, como barbero. Robert Ardray se encargaría de realizar la adaptación, con sustanciales variaciones. Parrish propuso el papel protagonista a Henry Fonda y luego a Gregory Peck, que lo rechazaron. Quien acabó interpretándolo fue Robert Mitchum, quien había mostrado tanto interés en que así fuera que se decidió a llevarla a cabo con su productora, D.R.M Productions. Brady (Robert Mitchum), el protagonista de Más allá de Rio Grande (The wonderful country, 1959), es un hombre que fluctúa entre dos orillas, no sólo entre las físicas de México y Estados Unidos, sino entre las de las sombras de su pasado y un presente incierto, entre sentirse estadounidense y su rechazo a los hombres blancos. Su identidad es la de un extraño renegado, la del que en sus entrañas late el lamento por un desarraigo. Hay quien le grita que no pertenece a ningún lado. Sus señas, de las que no se desembaraza, son un sombrero mejicano y su caballo de pura raza andaluza, de nombre Lágrimas. En la secuencia inicial Brady cruza la orilla del río hacia Estados Unidos, como pistolero a sueldo de caciques mejicanos, transportando mercancía, léase monedas camufladas, para cambiarla por armas. Es una identidad alquilada. En la secuencia final la vuelve a cruzar, tras haber lidiado a ambas orillas, sin su sombrero y sin su caballo (e incluso sin armas): Como si fuera un espacio en blanco.

En la primera secuencia resalta uno de los secuaces que le recibe, de torva mirada, con una cicatriz que surca su rostro. Con este personaje, en sus fugaces encuentros siempre hay un siniestro intercambio de miradas, y es con quien se enfrenta en la secuencia final, como si fuera el símbolo de su propio desencuentro, de su descreimiento que es extravío por la perdida de raíces (detalle: no vemos sus ojos cuando encuadra su cadáver). En un hombre que tiene un pie en cada orilla resulta irónico que en su llegada inicial al pueblo caiga de su caballo y se rompa una pierna, lo que implicará dos meses de recuperación. De repente, se encuentra en la tesitura de establecer relaciones. A este respecto hay que señalar la presencia de un personaje, inmigrante, Ludwig (Max Sleten), cuya candidez será decisiva para que vaya aligerándose de su coraza defensiva, como no deja de tener gracia que cuando el doctor Stovall (Charles McGraw) le compre ropa nueva, él se afirme manteniendo su sombrero mejicano. Incluso se sentirá atraído por una mujer, Ellen (Julie London), esposa del oficial al mando de las tropas, Colton (Gary Merrill), con quien existe una notoria distancia. A Ellen, de modo directo, que colinda con la rudeza, expone, para remarcar que no quiere complicarse con ella la vida, que ambos, como se han expresado a través de sus miradas, son conscientes de que se atraen, maneras que suscitan la perplejidad e indignación de ella. Brady no sabe de filtros ni de vaselinas. Más aún, la reacción de Ellen es más airada porque sufre las maledicencias por su pasado, por sus relaciones extramatrimoniales en otras ciudades, que reconoce ciertas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cinedesolaris
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16 de febrero de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni el argumento ni el guion convencen, sin llegar a ser insultantes. Sólo se justifican por la figura del impasible Robert Mitchum. La protagonista femenina, la inexpresiva Julie London, no da la talla. Su personaje es frío y sin alma. Lo que sí merece la pena en la película son las pocas escenas de acción y la bella fotografía de los escenarios exteriores. Únicamente por esto vale la pena verla.
JOSEMIDIAM
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21 de febrero de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Básico, sencillo, directo, interesante, intrigante, dinámico, previsible, misterioso, previsible, profundo, intenso, emocionante, emotivo, irregular, sorprendente y profundo western clásico de serie B, con Robert Mitchum, como protagonista absoluto en el papel de un forajido perseguido por la ley que se ocupa de sobrevivir en la frontera con diversos negocios de tráfico de mercancías, como armamento y diamantes.
La película no es gran cosa, pero los responsables de la misma consiguen sacar el máximo partido de su premisa, para desarrollar una trama intensa y emocionante, en la que hay espacio para la amistad, el amor, rivalidades, honor y la supervivencia.
No hay espacio para el aburrimiento y en diversos momentos, cuesta saber cómo se resolverá toda la trama de intereses, engaños y pactos fronterizos.
Más allá de Río Grande, queda como un acertado e interesante Western clásico con el que sufrir y disfrutar hasta su apasionante desenlace.
Jon
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