Los hermanos Bloom

Otro aburrido, estúpido y estiloso (supongo) castañazo sin chicha ni limonada ensalzado por critica y publico, con sus guiños cool para cultos “avant garde” (ya saben, “la odisea” esto, Homero, Joyce y Melville lo otro, Dostoyesky lo de mas allá y su Penélope que interpreta Rachel Weisz, entre mil y una referencias), vendido por Rian Johnson (Brick 2005) y palmeros como una brillante y moderna mezcla de “El golpe” y “La odisea” ( ¿ ), pretenciosamente modernillo y banal, pero eso sí, Centroeuropa bellamente fotografiado.
Si por lo menos hubieran destrozado el Lamborghini con el que vemos chocar a Penélope contra un muro de cartón piedra, en vez del pobre Lada y el viejo BMW (u Opel, no estoy seguro) que explotan al final, lo mismo la había calificado con todo un “2”.

Al principio sólo decidí ver la película por Adrien Brody. Es un actor que me gusta mucho, y sobre todo en comedias le encuentro muy gracioso por la cara de "¿qué está pasando?" que pone. Pero ahora que he terminado de verla, estoy muy satisfecho de haberla visto.

Es una película que te hace pasar un buen rato. La historia puede estar un poco vista, pero el final no (y eso que te pasas media hora de la película suponiendo cuál es el final) así que tiene un punto de vista original. Además, creo que Rachel y Adrien hacen una pareja genial. El personaje de ella eres super excéntrico pero te lo pasabas bomba.

Eso sí, yo creo que como Rinko ninguno. Ver las escenas de las barbies no tiene precio.

La recomiendo muy y mucho. Sobre todo, mítico viernes que no sales y te apetece pasar un rato en casa, o un domingo de resaca para divertirte un rato.

Soporífera película repleta de rarezas, en pocas palabras, no hay donde cogerla. El efecto deseado: Después de un hora de visionado te entra el sueño salvador. ¿Quién ha dicho cómica? yo no he visto nada que me haga reir o soy muy soso o la película no hay por donde cogerla, más bien esto último.

Los hermanos Bloom son una banda de ladrones de obras de arte valiosas, destinadas a acaudalados compradores privados. A diferencia de otros personajes dedicados al crimen, su expresión fisonómica, o por lo menos lo que transmiten, no es violencia ni malicia, sino que sus rostros son comunes y más bien agradables. Hay allí, por ejemplo, una fotógrafa epiléptica, que es la novia de uno de los protagonistas, Adrien Brody, el actor que encarnó a la reciente miniserie "Houdini". También una mujer de rasgos extremo orientales que tiene una curiosa forma de concebir al arte, como una práctica efímera, lo que la lleva la dudosa conclusión de que son objetos consumibles y después, simplemente, hay que dinamitarlos sin escrúpulos. Su recorrido criminal esta vez los tendrá principalmente en Praga, donde se filmó una buena magnitud del metraje, por lo que la encantadora ciudad puede verse con algún grado de detalle. Otra parte discurre en México, aunque no hay nada de este país que se note, únicamente esto puede saberse por la mención verbal de uno de ellos. En fin, a diferencia de otros films del género, que concitan la participación protagónica de estafadores, no hay pura acción ni predominio de eficientismo delictivo, sino que hay una vena de lirismo indisimulable, tanto por la belleza de los encuadres como de algunas escenas deliberadamente procuradas. El ritmo es aceptable, no necesariamente ideal, pero no está mal en mi criterio. 7,50

Lo primero que se me viene a la cabeza después de ver esta película es que es muy pero que muy rara. Para poder disfrutarla hay que dejarse llevar donde quiera el director, y no tomársela muy en serio, porque en el transcurso de la misma se quedan, para mi gusto, demasiadas cosas sin explicar y éso hace que pierda algo de sentido. Con unas localizaciones impresionantes de la hermosa ciudad de Praga, ciudad que parece gustar a los directores, ya que no es la primera vez que sirve como localización en una película, la historia reúne a una serie de personajes a cual más raro. La mejor baza que tiene esta película es, sin duda, el buen hacer de sus actores, sobre todo de una Rachel Weisz a la que todavía no he visto en una mala actuación, actriz que se convirtió hace ya tiempo en una de mis debilidades y a la que podremos ver ya mismo en lo último y esperado de Amenábar, esa "Agora" que tiene muy buena pinta. La Weisz se come literalmente la pantalla cada vez que sale y es el alma motor de la peli. Junto a ella, un flojo Adrien Brody. El ex de la Pataki demostró en "El pianista" ser un actor más que interesante, pero aquí no me ha llegado en absoluto, le veo desganado y poco metido en su papel. No se puede decir lo mismo de otro de los actores a los que suelo seguir, Mark Ruffalo, quién está perfecto en su papel de timador descarado. La cuarta en discordia es la interesante actriz japonesa Rinko Kikuchi, la actriz elegida por Isabel Coixet para protagonizar su última película, "Mapa de los sonidos de Tokio", una actriz que creo que dará mucho que hablar en un futuro. La banda sonora está conseguida y la fotografía es realmente buena, pero pienso que no es una película para tomársela muy en serio.