Perro come perro

Perro come perro es la magnífica opera prima del director caleño Carlos Moreno, una película rodada en las calles de Cali y que cuenta la historia de Victor Peñaranda (Marlon Moreno) y Eusebio Benítez (Oscar Borda), dos ex-policias, ahora sicarios al servicio de una soterrada oficina de cobranzas de Cali. Ambos, sin que lo sepan, están condenados a muerte.

Carlos Moreno, en su primera película, muestra un talento mayúsculo para las escenas de acción, pero también es capaz de crear una película basada en varias historias entrecruzadas (aunque sobre los mismos personajes) con notable resultado. Hay varias cosas que destacar en la dirección de Carlos, como es la ya comentada habilidad para las escenas de acción, pero también el aspecto visual y aterrador que le da a las pesadillas de Eusebio.

Pero la dirección no es el único apartado técnico que sobresale en la película, la fotografía de Juan Carlos Gil es realmente destacable, dotando a la película de un toque amarillo y polvoriento que le da en sabor realmente perturbador y sucio a la historia. Otra cosa destacable es el montaje del propio Carlos Moreno junto a Felipe Guerrero y Santiago Palau, con un dinamismo y efectivo montaje muy apropiado para la historia que cuenta.

Pero una de las cosas mas destacables de la película es su reparto, con un inmenso Marlon Moreno (uno de los mejores actores latinoamericanos de la actualidad) y un correctísimo Oscar Borda (ambos de actualidad en Colombia por protagonizar la novela El Capo) en los dos roles principales, pero magnificamente secundados por el malogrado y añorado Blas Jaramillo, en una de sus últimas lecciones de interpretación o Álvaro Rodríguez en un divertido papel.

A pesar de que el cine colombiano parece delirar con los mismos temas, a pesar de que las jergas ya suenan a sonsonete, Perro come perro tiene méritos audiovisuales y narrativos que parecen apuntar a otra idea de cine. Humor negro, sangre tipo serie B, cámara de infiltrada y sonido de una nueva generación muestran una película aterrizada en tod lo formal.
Un tipo que decide quedarse con el dinero de un encargo que le han realizado (ya visto en No country for old men) no huye, sino que se queda para disimular su cometido entre los rufianes que le han encargado "la vuelta". Todos son perros alimentados por la ambición. Y en medio de todo un ir y venir de muertos, de páginas amarillistas de la prensa, de un hombre que busca a una mujer en un teléfono equivocado, se va cerrando -cual callejón- la historia de cada perro que devora al otro. Tipo Reservoir dogs, sin duda una de las películas de las que mjores señales se recogen en el plano narrativo; eso sí, descontando el nivel policíaco, pero sí en un nivel simbolico de investigación de poderosos y asalariados.

Excelentes actuaciones, excelente trama, todo en su conjunto hace que de esta película una obra maestra! te mantiene atrapado de principio a fin...el narcotráfico hace de las suyas en las producciones colombianas, cruda realidad, pero estoy convencido que no se parece en nada a las ya vistas de este género y tema.

Es de notar y hacer saber que esta película cubrió mis expectativas cinéfilas. Mucho había escuchado de esta cinta cargada de violencia y realidad. Colombia con ciudades contrastadas de peligro y belleza, deja claro que sabe hacer cine de primera calidad. Lo mejor de esta cinta son las actuaciones, si no fuera séptimo arte, de corazón creyera que fueron sacados estos tipos de las mafias de Cali o Medellin. Peco en exagerar al comparar la obra con Tarantino, pero si desearía Tarantino contar con la calidad de estos artistas, ahorrándose por supuesto unos cuantos dolares.

La película está bastante bien y tiene mucha acción, sobre todo la última media hora.

Otra cosa a su favor es que, aunque tiene escenas de sangre (bastantes), no cae en el gore. Lo cual seguro que agradecerán los no amantes del género... confieso que a mí me encanta el gore y eché en falta alguna escenita, pero lo respeto.

Por ponerle algún pero, sería que cuesta un poquillo de seguir los diálogos… es una lástima porque se me escapaban algunas frases y palabras.