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Bodas reales

Musical. Romance. Comedia Fred Astaire y Jane Powell son dos hermanos bailarines que acuden a Londres para actuar en la ceremonia que unirá en matrimonio a la princesa inglesa Elizabeth con Philip. Intentarán, además, encontrar el amor de sus vidas mientras la realeza celebra los fastos de la boda. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
5 de febrero de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pareja de hermanos que se dedican a montar espectáculos de baile, y que son por definición solteros irredentos, son contratados para realizar un espectáculo en Londres que coincide con las bodas reales de Isabel II y el príncipe de Edimburgo.

El gran Stanley Donen, que más tarde dirigió musicales tan reconocidos como "Cantando bajo la lluvia" o "Siete novias para siete hermanos" entre otros, dirige esta obra menor con Fred Astaire y Jane Powell como protagonistas que dejarán para la historia ese baile por techos y paredes de un Astaire ya maduro en su papel de enamorado.

Se deja ver con agrado las coreografías de este gran bailarín. Para los amantes del género. Notable, 7.
andeltor
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3 de mayo de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo de menos en esta producción musical de la Metro es el argumento, pues es un simple soporte para unos números musicales excelentes. La brillantez como bailarín de Fred Astaire queda una vez más demostrada en compañía de la actriz cantante Jane Powell, que cumple satisfactoriamente como aprendiz de bailarina. Solamente por ver los números musicales antológicos que interpreta Fred Astaire merece verse esta película, aunque es una pena la calidad de la copia utilizada para la comercialización del DVD, pues el color cambia de tonalidades con frecuencia, y en especial, en algunas secuencias, la calidad de la imagen es lamentable, así como la versión española del doblaje, que también deja que desear, por lo tanto aconsejo la versión original en inglés para este última opción. Es un film que una copia restaurada ganaría notablemente.


José Antonio ZG
Jose Antonio ZG
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18 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Bodas reales" es la segunda realización de su director y no es una obra tan lograda como la primera, "Un día en Nueva York" (On the Town, 1949), codirigida por Gene Kelly: el ritmo se hace algo lento, y por otro lado interesan mucho más los números musicales que la historia en sí, un viaje a Londres coincidiendo con la boda de la entonces Princesa Isabel, todo para que en los dos hermanos protagonistas (encarnados por Fred Astaire y Jane Powell) surjan los deseos de casarse con los ligues que se han echado por el camino (Sarah Churchill y Peter Lawford respectivamente). Los trinos de Jane Powell aburren y bajan el nivel del conjunto, pese a la buena dirección de Donen.

Lo dicho: lo mejor, los números musicales, sobre todo el de Astaire en el gimnasio del barco y el de Astaire bailando por el techo y las paredes de su habitación de hotel, desafiando a la fuerza de la gravedad. Y, después, hay que destacar otro alarde: Keenan Wynn (un gran actor secundario) en su doble papel.
Pedro Triguero_Lizana
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5 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elegante combinación de humor, romance y números musicales dirigida por Stanley Donen y protagonizada por Fred Astaire con algunos brillantes diálogos de Alan Jay Lerner.

Dentro de un conjunto no especialmente memorable, destaca sobremanera ese glorioso momento en el que Astaire realiza un inolvidable baile por las paredes y el techo. Tampoco están nada mal el número en el gimnasio, ni su distinguida danza (resbalones incluidos) en el barco cuando este está siendo azotado por una intensa tormenta.

Los secundarios no aportan gran cosa al asunto, careciendo de la relevancia necesaria para enriquecer una trama finalizada de manera más que previsible.

Tanto June Allyson (al quedarse embarazada) como Judy Garland (por sus problemas con la botella y las pastillas) fueron rechazadas para interpretar al personaje femenino central, eligiendo el productor Arthur Freed finalmente a Jane Powell.
Este hecho contribuyó aún más al declive personal y profesional de una Garland cada vez más adicta al alcohol y a los somníferos para intentar aminorar sus frecuentes crisis nerviosas, hecho que acabaría conllevando su salida de la Metro.
BartonKeyes
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11 de septiembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
305/15(10/09/20) Insulsa comedia musical (menor) dirigida por Stanley Donen (segunda realización y primera en solitario), solo salvable por el icónico número "You're All the World to Me" de Fred Astaire bailando por paredes y techos, pero que en conjunto es tan ligero como brisa de aire caliente. Tiene como estrellas a Fred Astaire y Jane Powell, con música de Burton Lane y letra de Alan Jay Lerner, siendo los bailes coreografiados por Nick Castle. Historia que se desarrolla en Londres en 1947 en el momento de la boda de la princesa Isabel y Philip Mountbatten, Astaire y Powell interpretan a hermanos en un dúo de canciones y bailes, haciéndose eco de la relación teatral de la vida real de Fred y Adele Astaire (ella también se casó con un noble inglés). Parece hecha para tener ocupado al mítico bailarín, pues todo huele a naif en su relato plano, lineal, sin apenas conflictos, con canciones ordinarias, donde el título pomposo resulta impostado, nada influyen las Bodas Reales en el desarrollo, y más aún cuando huele desde Tatooine a que no se han movido de los Studios MGM, no han disimulado lo más mínimo en su teatralidad.

Todo resulta entre cursi y banal, todo previsible, los partenaires Sarah Churchill (hija del legendario Primer Ministro Winston Churchill) y Peter Lawton están carentes de vida, con un humor tan blanco como insípido (lo del número de baile "Open Your Eyes" en el barco en medio de una marejada resulta poco imaginativo en lo poco que se exprime la idea. Este número se basa en un incidente de la vida real les sucedió a Fred y Adele Astaire mientras viajaban en barco a Londres en 1923). Un film hecho para los incondicionales de Fred Astaire, donde el famoso bailarín demuestra su habitual elegancia cuasi-etérea, donde además de la mencionada escena ‘ingrávida’, tiene una bonita secuencia de baile con un perchero en que la maestría del danzarín hace que parezca que tenga vida a su lado (número originado en el celo de los horarios de Fred frente a su hermana), pero esto no es suficiente para rellenar una película, son pequeños oasis en medio de un argumento ñoño. Tiene como anécdota que al parecer tiene la canción con el título más largo de un musical MGM “How Could You Believe Me When I Said I Love You When You Know I've Been a Liar All My Life”, en lo que es un número musical de comedia donde Astaire parece parodiar a Gene Kelly con el canotier de paja y vestido de modo payasesco, que baila al modo de vodevil con Jane Powell. Encima, como colofón deja un substrato machista bastante reaccionario en como la hermana debe decidir entre seguir bailando o casarse y hacerse ama de casa, no puede casarse y seguir bailando (puaj!), eran los años 50 y hay que aceptar pulpo como animal de compañía.

La famosa escena "You're All the World to Me" con Astaire rebotando en bailes por paredes y techos se filmó construyendo set dentro de un barril giratorio y montando la cámara y su operador en una tabla de planchar que se podía girar junto con la habitación.

Se intenta dar humor tangencial a los protagonistas, pues estos resultan muy sosos, con personajes como el dual de Keenan Wynn dando vida a dos gemelos separados por el Atlántico y que vemos en conversaciones telefónicas lacias, o con el personaje del padre de Anne encarnado por un histriónico Albert Sharpe. Los romances de los dos hermanos son de lo más intrascendentes, por imperativo del guión, sin química alguna, bien pareciera que tras las cámaras les apuntan con un revólver para que se digan cursilerías ensalzando los parabienes del matrimonio (puaj!).

Me queda una película olvidable, eso sí con el ‘video-clip’ salvable de Astaire perdiendo el sentido de la gravedad, y en mendo medida el del perchero, siendo solo recomendable a incondicionales de Fred Astaire. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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