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El manantial

Drama Howard Roark (Gary Cooper) es un arquitecto vanguardista, ávido de romper con todo lo hecho hasta ahora en los terrenos de la arquitectura. Dominique Francon (Patricia Neal) es una columnista del periódico The Banner de New York que también ama la individualidad y todo lo que libere al hombre de la esclavitud de las ideas. Juntos, pero "separados", iniciarán una guerra contra el mundo de lo convencional. (FILMAFFINITY)
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Críticas 84
Críticas ordenadas por utilidad
22 de septiembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Variadas sensaciones y reflexiones me vienen tras el visionado:
1.- No había leído el libro en que se basa, ni conocía a su autora, ni sabía de qué iba la película. Al acabar pienso que se han soltado "disparos" pero no se concreta bien la diana.
2.- "El manantial" iba bien, pero sobre la mitad se empieza a deshacer el encanto.
3.- Hay usuarios que se quejan del ultraliberalismo de la cinta, del panfletismo, etc. A mí me parece que hay cuestiones muy rescatables del individualismo, y otras que son rechazables. El individualismo que procede del egocentrísmo pienso que es dañino.
4.- Pero cuando hablamos de libertad de creación, de dignidad personal, de criterio propio, sí me alineo con estas posturas. Creo que "El manantial" mezcla las dos formas de entender la libertad individual, para al final construir un mensaje confuso, que puede engañar al espectador bienintencionado. O crear repulsión máxima en el espectador politizado de izquierdas.
5.- En el mundo de hoy veo que ha triunfado una especie de colectivismo, pero disfrazado de individualismo. No lo estoy explicando bien, lo sé. El individuo es hoy día mas egotista que nunca, esta más aislado que nunca, sin embargo está más manipulado que nunca, funciona más como masa impersonal y aborregada que nunca. Es menos ser humano que nunca.
6.- Puedo entender que el director Vidor intente soltarnos su discurso, y lo acepto porque en principio apuntaba a una cuestión humana crucial. Pero yerra cuando se alarga en la palabrería, los textos son demasiado rápidos e incluso a veces farragosos, hablan de algo que hay que imaginar (en ocasiones) y no de lo que ocurre en pantalla. La película es más discurso que imagen. Más texto que actuación.
7.- Aún así, hay frases sueltas, diálogos concretos, que me resultaron valiosos...y raros de encontrar en cine.
8.- La relación de los tres protagonistas no me la creo, me resulta absurda. Supongo que el director quería mantener la tensión a toda costa, y encontró soluciones de lo más tontorrón. No tienen ni pies ni cabeza.
9.- A Cooper se le entiende el mensaje, aunque a él no lo hemos de conocer bien, se mantiene siempre con el mismo semblante.
10.- Me sorprendió que ya en 1949 se tenía claro el papel tan fácilmente manipulador de los medios de comunicación, en concreto de la prensa (pues la TV no existía y la radio pienso que llevaba poco). Lo que muestra la película es real, hoy día (año 2021) está más en boga que nunca. Nos gusta pensar que eso ocurría antes, que por aquella época se manejaba a la población muy fácilmente, y que hoy día no, que somos superiores. Yo pienso que no es así, hoy día tenemos menos criterio para todo, nuestras creencias son las que nos han implantado otros, nos creemos especiales. Pero lo que cuenta "El manantial", en cuanto que un par de editores de periódico pueden arrastrar y crear toda una corriente de opinión, es tal cual.
11.- No me cuadró el que se utilice la idea de la arquitectura para dirimir las discusiones sobre individualidad y colectividad, me pareció que no era un ejemplo adecuado para entender la idea de creatividad personal.
12.- "El manantial" tiene algo de manipulador cuando nos intenta vender los edificios modernos como lo más evolucionado, lo más inteligente; y desprecia lo tradicional, lo que se ha hecho antes. Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario.
13.- Estoy de acuerdo con quienes afirman que el bueno de Cooper acaba traicionando lo que defendía. Y a quienes señalan a Patricia Neal como un personaje que se contradice en lo que hace y lo que dice.
14.- Tenía la percepción, mientras veía "El manantial", que se decían cosas profundas pero que al ubicarlas en un contexto que no era el mejor, no servía para nada su enunciación, o peor, para crear confusión sobre la idea base.
15.- Sí, a mí tampoco me gustan esos edificios modernos, en general. En efecto, la película empieza a trabajar a la gente en la idea de "lo nuevo", de la moda.
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Tombol
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16 de diciembre de 2009
13 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película cuenta la historia de un héroe liberal, y además, arquitecto. Del discurso político no daré mi opinión personal, pero a efectos narrativos me parece cuánto menos lícito y respetable. De arquitectura no tengo ni pajolera, así que lo mismo por aquí el guión es un portento en la materia pero yo no lo sé valorar.

Me voy a centrar, pues, en la temática romántica, mucho más entretenida, al menos para mí. Porque es aquí donde me entran dudas de hasta qué punto esta película es tan genial como la pintan. A mí me parece una antigualla de tomo y lomo y algo absurda por momentos. Y todos estos momentos pertenecen, en exclusiva, qué suerte, al personaje de Patricia Neal.

Cada vez que abre la boca sube el pan. Siempre dice lo más inapropiado en el momento más inoportuno y a quien sea. Le da lo mismo si su comentario es hiriente, poco acertado, poco inteligente, poco afortunado… le es igual. El caso es decir polleces en el peor momento. Si se muerde la lengua, se envenena, la tía bruja.
Y ya no es sólo lo que dice, también lo que hace. ¿Alguien, de verdad, comprende a esta mujer? A mí ningún guión del mundo me parece bien si sus personajes se me escurren, cual agua de manantial, entre los dedos.

En cuanto a otros aspectos formales de la película, como la planificación de secuencias… en fin. Algunos de mis más admirados críticos de FA se han puesto de acuerdo en piropear la obra. Me perdonen, pero… voy a describir la secuencia en la que los enamorados se echan el ojo por primera vez, que a mí no me parece ningún portento de dirección, ni de interpretación, ni mucho menos de guión… y como ésta hay unas cuántas más:
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VALDEMAR
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23 de febrero de 2020
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que vi esta película me volví demócrata y voté a Bríos, la segunda me dieron ganas de resucitar a King Vidor para poder pegarle. Supongo que a estas alturas todos comprendemos que se llama Liberalismo al sistema económico que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas porque eso es, en definitiva, lo que se hizo para resolver la última crisis y, si echamos la vista atrás, también otras muchas.

Por aquellos tiempos existía una lucha soterrada y sin víctimas entre dos corrientes arquitectónicas, una de ellas denominada racionalista porque procuraba aprovechar al máximo los recursos de un país para promover su desarrollo. La otra corriente era de la siempre, hacer edificios bonitos. King Vidor, en su historia, pretende hacernos creer que toda una nación estaba pendiente de la disputa entre un arquitecto y su crítico y desde el vamos intenta remarcar lo leal del arquitecto a su idea y lo tramoyero del crítico, cosa que evidentemente inclina la opinión hacia uno y otro lado. Para asegurarse la adhesión del público femenino pone de protagonista nada más ni nada menos que a Gary Cooper, un actor cuya historia es, como mínimo, cuestionable.

Tenemos entonces un nido de liberales convencidos haciendo una película que pondrá en tela de juicio la esencia misma del liberalismo: El derecho de un hombre a hacer lo que le venga en gana y, sinceramente, a esto que algunos llaman película yo lo conozco como cine planfletario porque eso es la película, un panfleto de las cosas que han hecho grande a los Estados Unidos de América.

Claro que se olvida de contar que fue la mancomunión de esfuerzos y la empatía con el otro lo que frenó la esclavitud y posteriormente, en los años sesenta y gracias a Kennedy y Lyndon Johnson, la segregación racial. También se olvida de contar como el egoísmo y la codicia hundieron al país en una brutal crisis económica que, no podemos ignorarlo, fue una de las causantes de la Segunda Guerra Mundial. En fin, que egoísta era Judas y solidario Jesucristo también se olvida de decirlo.

Este tipo de películas me trae a la memoria las frases de ciertos amigos míos cuando lo del muro del Berlín: Al fin murió la ideología de izquierdas, el capitalismo ha triunfado. Por mi parte, el momento en el cual cae el muro no fue un instante alegre. De sorpresa, de asombro, pero para nada alegre y no porque admirara a la U.R.S.S. que por lo que sabemos, desde Stalin en adelante, fue gobernado por una élite de dictadores autoproclamados de izquierda, sino por la profunda certeza de que, caído su gran enemigo, los dueños del capital podrían quitarse la careta y tomar venganza sobre los trabajadores y así lo hicieron, atacando metódicamente todas y cada una de las conquistas obtenidas por los trabajadores durante huelgas en las que derramaron algo más que lágrimas. Luego, la posibilidad de las multinacionales de apoderarse de diarios, revistas y emisoras de televisión hizo el resto y hoy, pese a quien le pese, vivimos en un mundo inundado de ideas liberales, donde se defienden a rajatabla las ideas liberales, y donde, aparentemente, se acepta que lo liberal es la solución para todos los problemas del mundo.

Se olvidan, quienes piensan así, de como se distribuye la riqueza a nivel mundial, del gran índice de pobreza, de la gran cantidad de miseria que las políticas liberales provocan en el mundo donde, basados en el derecho ineludible de todo hombre a ser egoísta, se ha dictado un sálvese quien pueda.

Yesta película fue casi contemporánea con el macartismo, movimiento con el que Gary Cooper colaboró denunciando a algunos compañeros y negándose a trabajar con otros.

Este panfleto, con discursos llenos de falacia, con un desprecio absoluto por la solidaridad y vida en comunidad, olvida que el ser humano comenzó a trascender su salvajismo cuando tuvo conciencia del otro. Cuando, al revés que gacelas y ñus, no vaciló en dar la cara a un enemigo poderoso para salvar la vida a un compañero. El egoísmo, por el contrario, es dejar libre al instinto y, llegado al caso como en esta película, una razón de fuerza que nos permite romper la ley si así lo deseamos.

Además sus diálogos imposibles, forzados (¿quien le habla así a una mujer?), su argumento romántico que parece extraído de una novela de Corín Tellado, le quitan gran parte de ese supuesto valor artístico, de tinte de obra clásica, que ha cogido solo por haber sido filmada hace más de sesenta años.

Y a mi me duele el verla, me duele en el espíritu tanto como en los principios y mucho más me duele cuando veo como las ideas defendidas en esta película han transformado al mundo en un infierno.

Un saludo.
WaldosAstoria
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3 de diciembre de 2009
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable película de Rey Vidorreta que desafortunadamente en su día pasó sin pena ni gloria.

Aunque la pareja protagonista con Gay Ocupa al frente no me ha terminado de convencer, quizás por el excesivo acartonamiento y artificio, (Ocupa demasiado encorsetado con su cara de Ewok y Patricia Neandertal algo sobreactuada), el manantial, no cabe duda que golpea y baña los nudillos en sangre de un modo incontestable.

La película bajo el telón de la Arquitectura aúpa el conflicto entre individuo y masa, ideas y parásitos integridad y honradez, de hecho, parece ser que el arquitecto a revindicar era el estimable Frank Lloyd Wright, aunque debía pedir muchos billetes para dejar su arte para el manantial, de todos modos, después de su casa de la cascada es normal que se le permitieran muchas cosas, creo que hay pocas viviendas que escondan tanta belleza, y ese tipo era uno de los grandes.

El manantial habilita un discurso y genera un interesante debate sobre individuo y masa, integridad frente a riqueza, creo que, sin exagerar, hay como 50 frases para enmarcar, quizás a veces el discurso se torna demasiado panfletario pero los cañones de navarone que escupe Ocupa cada 15 minutos son antológicos.

"El parásito sigue las opiniones de los demás. El creador piensa, el parásito copia. El creador produce, el parásito saquea"

"Hombres que veían por sus propios ojos y pensaban con sus cerebros, hay pocos de esos y son desconocidos pero mueven al Mundo"


"Un edificio no puede copiar el estilo de otro, igual que un hombre no puede tomar prestada el alma de otro"

Me ha llamado la atención un tipo que hace de secundario que no conozco que si no firma una de la interpretaciones mas abismales que he visto poco le falta, y además sin parar de lanzar veneno por su boca.

Creo que Don Batines la reivindicaba sin piedad, no se equivocaba, no.

Se despiden desde la ducha

La SGAE al completo practicando squirting emulando al todopoderosos ninja.
Killer_Wolf
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22 de septiembre de 2011
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me cansa mucho esta película. La metáfora, no sólo es obvia, también es reiterativa hasta la saciedad. Se le ve el plumero a los 20 minutos. En vez de optar por pincelar el trasfondo ideológico, te planta en primer plano una sucesión de demagógicas reflexiones.

Y chirría por más aceite que le hechen. El egoísmo ultraliberal revestido de discurso patriótico se hace con todo. Y donde quiere dibujar a un personaje grandioso, aparece un ser sin escrúpulos. El panfleto es tan descarado que pierde seriedad. Vista en perspectiva, es una película ideológica inocentona, revestida de drama con la torpeza y la estrechez de miras de quien quiere dar un discurso, o peor aún, justificarlo. De tan nobles intenciones no podía salir otra cosa que un guión convencional, diseñado, paso a paso, como plataforma para los planteamientos de Ayn Rand (por Ayn Rand). No hay nada de meritorio en ganar este juego amañado.


Una buena factura, para una película bastante despreciable.
Soñador compulsivo
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