Agosto

Hoy el mundo del cine está triste tras conocer la noticia de la muerte de ese grandísimo actor, Alan Rickman. Para el recuerdo quedará su interpretación en grandes películas como "Jungla de Cristal" (1988), "Robin Hood, príncipe de los ladrones" (1991), "Sentido y sensibilidad (1995) y, por supuesto, toda la exitosa saga de Harry Potter (2001-2011). Pero a su desaparición igualmente hay que sumarle la de David Bowie, que aunque más famoso como cantante, también contribuyó al séptimo arte con trabajos notables como "El Ansia" (1983), "Feliz Navidad, Mr. Lawrence" (1983) o "Dentro del Laberinto" (1986). Es curioso, los dos actores, ingleses, londinenses, fallecidos a los 69 años y de cáncer, con pocos días de diferencia.

Hecho el homenaje y Rickman y Bowie, Bowie y Rickman, vayamos a "Agosto", adaptación de la obra de teatro de Tracy Letts estrenada en el 2007 que nos habla de las miserias de la familia norteamericana. Plagada de estrellas, entre las que destacan Meryl Streep y Julia Roberts, ambas nominadas a los Oscars, el drama está bien interpretado, los diálogos son interesantes y las subtramas variadas pero si se piensa "Agosto" tiene más hojarasca que sustancia. Lejos de ofrecer un verdadero retrato de la naturaleza humana, de las relaciones personales o de los traumas, John Wells conduce con una marcha de más para apabullarnos con sus gritos, peleas, tacos y acusaciones, todos muy agrios y frustrados pero sin trascender.

Entre las nuevas obras de teatro que todos los años ven la luz en la vibrante cartelera de Broadway son muchas las que han dado el salto internacional para triunfar después en los teatros de medio mundo. Un dios salvaje y Arte de Yasmina Reza, La Cabra o ¿quien es Silvia? de Edward Albee o la ya lejana Perdidos en Yonkers de Neil Simon son algunas de las que han triunfado en los teatros españoles. Una de las últimas en alcanzar el triunfo ha sido August: Osage County del escritor y actor Tracy Letts. Un drama familiar de más de cuatro horas de duración que ha hecho vibrar al publico de medio mundo con su impagable colección de miserias envueltas en mucho humor negro.
Como tantas de estas obras August: Osage County también ha sido llevada al cine, medio en el que casi ninguna de ellas ha lucido igual que lo hacía sobre las tablas de un teatro. La propia Un dios salvaje dirigida por Polanski (ahora de actualidad con otra adaptación teatral, La venus de las pieles), Caballo de batalla de Spielberg o La duda han sido algunas de las más llamativas. Tras la recepción de crítica y público se puede decir que la obra de Tracy Letts, y que en España se llama simplemanete Agosto, tampoco ha sido capaz de llevar a la pantalla el arrollador torrente de sentimientos del texto original, aunque a mi particularmente sí me ha gustado.
Agosto, la película, ha sido dirigida por John Wells, un director curtido en la televisión con solo una película en su haber. Esta elección ya restaba parte del entusiasmo ante la posibilidad de ver Agosto adaptada al cine. Que el propio Tracy Letts fuera el encargado de la adaptación era, en cambio, una garantía de fidelidad, sino al texto completo sí al espíritu de la obra. Por último la apuesta por esta película se intuia poderosa con la elección de Meryl Streep y Julia Roberts para encabezar el extenso reparto, decisión que, pese al renombre de las estrellas, tampoco parecía la más adecuada. El resultado final es una película bastante discutida, que ha perdido mucha de la fuerza original en su paso al cine, pero que consigue mantener la esencia del relato, y que pese a haber perdido una buena parte del texto por el camino, los conflictos que propone siguen calando en el público.
En esencia Agosto es un melodramón familiar con padres suicidas, madres enfermas, infidelidades, hijos secretos, asomos de pederastia y hasta unas gotas de incesto. Vaya, que lo tiene todo para salir corriendo y no parar. Y aun así la película consigue que nos vayamos tragando todos estos dramas con absoluta naturalidad, por más que con tantos frentes abiertos y tanta cantidad de personajes sea difícil profundizar y extraer emoción de todas las subtramas. Es ahí donde la película hace más palpable esa reducción en su duración con respecto a la obra original.
Donde Agosto se mantiene fuerte es en el conflicto principal que plantea la trama, que es la difícil relación de esa madre absorbente y sus hijas, especialmente la mayor, en un choque del que saltan las chispas y que mantiene la tensión dramática del relato (destacar en ese sentido dos potentes escenas en torno a la mesa). A su lado el resto de subtramas se quedan cortas, por más que se intuya verdadera emoción en alguna de ellas. Las estridencias del personaje de la madre, eje principal del relato, aportan unos toques de humor negro que hacen más llevadero el exceso melodramático.
El trabajo del director John Wells no aporta nada especial a una película que pertenece casi por entero a sus actores, y solo la calidez de su fotografía y de su banda sonora (méritos que no son suyos) apotan algo de empaque a la puesta en escena.
Como he dicho, en una película de estas características son el texto y los actores los dueños de la función, y en este caso la función pertenece a Meryl Streep y Julia Roberts, madre e hija. La primera se marca uno de esos números histrionicos en los que es especialista, y que en este caso se adapta como un guante a su personaje. Además cuando es necesario reduce su personaje a su esencia más conmovedora, como en la escena del porche. A su lado brilla tanto o más Julia Roberts, mucho más controlada, y con una garra dramática que no exhibía desde los tiempos de Erin Brockovich. La galería de nombres que las acompañan es notable, pero, como sus respectivas historias, se hacen pequeños frente a ellas.

Barbara (Julia Roberts) llega junto con su esposo Bill (Ewan McGregor) y su hija Jean (Abigail Breslin) a casa de sus progenitores luego de que Beverly (Sam Shepard) su padre desapareciera de forma misteriosa, dejando sola a Violet (Meryl Streep) su neurótica madre sobreviviente de cáncer y adicta a los antidepresivos.

Pronto llegarán a la inesperada reunión familiar sus dos hermanas, la pareja de una de ellas, su tía, el esposo y su primo, tras esta introducción y presentación de los personajes iniciará entonces una vorágine de momentos tensos en el seno de dicha familia, hasta puntos realmente insospechados.

En este punto mucho se podría escribir de la situación familiar, lo desgastada que esta la relación prácticamente de todos y cada uno de los personajes (por eso los mencione todos previamente), con sus frustraciones internas y sus conflictos dentro del espectro intra familiar.

La película se sirve de una historia muy bien entramada al ser una obra teatral súper consolidada, de hecho se ve muy beneficiada de que el mismo creador de dicha obra funge en el film como guionista, prácticamente no creo que sea posible echarle en cara que no sea una adaptación fiel o buena.

A August: Osage County se le siente por momentos ese aire a esos clásicos norteamericanos que ya no se hacen, con grandes actuaciones y nombres, con dramas y conflictos familiares, sin duda su creador se ve inspirado en eso para su historia, en la película funciona bien pero queda esa sensación de que le faltó un poco más.

El elenco, muy bien escogido por cierto, se comporta a la altura de la propuesta aportando un realismo significativo, personalmente sentí que Streep, aunque en varios momentos estaba magnífica en otros sobreactúa, Wells propone una dirección sencilla donde no arriesga, la música del argentino Gustavo Santaolalla acompaña muy bien las imágenes.

En síntesis tenemos una película con un contenido bastante fuerte, para muchos puede ser difícil de ver por las peleas, los gritos y el desorden, yo personalmente la disfruté y mucho, por lo que la recomiendo sin dudarlo, repito que la resolución me quedó debiendo.

Me ha parecido que está correcta, con buenas interpretaciones, aunque Meryl Streep en varios momentos parece sobreactuar. Destacaría la escena de la cena familiar después del funeral, con buenos diálogos y mucha ironía.
Para los que no la hayan visto, yo recomiendo la película de la joven catalana Mar Coll, “Tres días con la familia” (2009), demoledora. Premiada con el Goya a la mejor dirección joven y premio mejor dirección del Festival de Málaga.

Sólo el personaje de Julia Roberts y la interpretación de ésta son razones de peso para disfrutar de la película. El resto de actores no le van a la zaga, destacando por supuesto a la gran Meryl Streep, aunque a veces resulte melodramática en exceso. Esa voz que le ponen últimamente en los doblajes es, además, insoportable. Pero si ya es difícil ver una buena peli en Segovia, pretender que sea en versión original es un sueño inalcanzable. El guión, sin embargos es muy desigual. Tiene momentos brillantes, y momentos en que no hay por dónde cogerlo, Ambos en boca de la madre, lo cual no es raro si se tiene en cuenta que prácticamente no calla. Los hombres de la película, que por el contrario hablan lo justo, resultan muy convincentes en su papel de espectadores/sufridores del drama familiar. Respecto a la historia en sí, aglutina en dos horas la mayoría de fracasos con los que uno puede encontrarse al llegar a la edad adulta. Sin embargo a ratos cuesta creérselo, quizás porque son excesivamente americanos. En resumen, he disfrutado viendo un trabajo de actores magnífico pero no me atrevería a recomendar esta película a mucha gente.