La primera impresión que me produjo el trailer y los comentarios de esta cinta desde luego me conducían a una profunda sensación de dejavú, de más de lo mismo dentro de un género tan sumamente manido en los últimos tiempos.
No obstante, tras la lectura de muchas críticas en las cuales se ensalzaba esta obra hasta la calificación de maestra, se decía que reinventaba el género, que era sumamente intensa y atrapante, mi predisposición al entrar al cine era bastante buena, pero menuda decepción...
Aparte del metraje, del todo excesivo, una obra en teoría ambiciosa dentro del amplio abanico de películas de asesinatos debe tener a mi manera de ver un elemento totalmente imprescindible: la TENSIÓN, y Zodiac carece de esta tensión.
La historia comienza de manera interesante (obviamente pues por otra parte hasta la más mediocre del género tiene la virtud de enganchar al espectador con sus primeros compases), para posteriormente ir diluyéndose poco a poco, perdiendo totalmente la emoción. Con el paso de los minutos la idea de atrapar al asesino va perdiendo fuerza, y por lo tanto disminuye el interés del espectador. La película se estanca en un punto muerto y a partir de ahí
comienza a divagar en largas situaciones que terminan por conducir a ninguna parte, siendo especialmente tedioso el último tercio de la cinta en el cual el sopor se hace presente de un modo total y se alcanza incluso el aburrimiento.
En mi opinión, una cinta con estas pretensiones y con estas características no se debe limitar simplemente a un magnífico tratamiento formal, una estructura muy bien construida y una minuciosa recreación de la historia en la que se basa, sino que debe aspirar a algo más.
El trabajo de los actores resulta simplemente correcto, debido a que la nula expresividad del conjunto contagia al equipo interpretativo; no obstante, la actuación de Jake Gyllenhaal me parece notable.
Es esta actuación más su consecuencia, para mí lo mejor de la película, la imagen de la obsesión, de la frustración se encuentran perfectamente caracterizadas en el personaje de Gyllenhaal, que recrea de manera perfecta la imagen de la obsesión desesperada y sin remedio.
Por último, considerar algunas de las escenas así como el tratamiento de algunos personajes como de película de segunda de una manera rotunda: la pareja de policias, el periodista genial pero autodestructivo, los asesinatos, etc.
En resumen, una película ambiciosa que desemboca en un producto mediocre y definitivamente inferior a otros trabajos del director.

BuñuelO