Tras su trilogía sobre la venganza y su aportación a la película Three Extremes, este film supone un giro total para la filmografía de Park Chan-Wook. Sin ser una gran película, tiene ese toque de belleza y frescura que de vez en cuando se echa en falta. Bellísima, no apta para impacientes. De inicio inverosímil e inusitado, transcurre con una terneza que a más de uno hará soltar una lagrimilla. Conmigo lo consiguió.

Aunque miro el cine español con cierto desdén, [REC] me pareció un soplo de aire fresco, una película llamativa y efectiva que combinaba recursos de películas de zombies con algo de la Bruja de Blair. Pero aparte de eso, aportaba algo nuevo no convencional: un pequeño toque de realidad y una magnífica realización.

Pues bien, Quarantine es una burda copia fotograma a fotograma, no aporta nada nuevo a la versión original, la realización es mediocre y las actuaciones muy limitadas. Jennifer Carpenter puede ser válida como personaje secundario en una serie de televisión como es Dexter, pero ni mucho menos está capacitada para participar como protagonista en un largometraje.

Es, de lejos, la mejor película animada y cumbre de Disney. Después de esta, los mejores éxitos de la compañía siempre han venido de la mano de los estudios Pixar. Puede decirse que Disney perdió su esencia como creadora de sueños para pasar a ser una máquina de hacer dinero.

Una animación sublime, una banda sonora debidamente reconocida con dos Oscars, una madura y maravillosa historia de celos, traición y venganza. Aparte cuenta con el que considero el villano más carismático de cualquier película de dibujos animados, Scar.

Infiltrados es la fiel versión extendida (supera en casi 50 minutos de metraje más a la versión original) y occidentalizada de la película hongkonesa Infernal Affairs, con un elenco de actores de primera fila en el que destaca (denostado para mi hasta ahora) Leonardo DiCaprio. Mantiene todo lo bueno de la versión oriental y aún siendo más larga capta al espectador de principio a fin.

Cuál sería la cara que se le quedaría al director de la versión original al ver como este remake se llevaba nada menos que 4 Oscars (entre ellos dos grandes como el de mejor película y mejor director para Scorsese). Pero no debiera ser un demérito para el director asiatico, si no más bien para el cine estadounidense que en los últimos años está de capa caida. La calidad que le sobra al cine made in USA es la originalidad que le falta.

¿Cómo una pequeña niña de 13 años puede llevar casi todo el peso de una pelicula así y con tan buenos resultados? La actuación, tierna y creible, de la pequeña Natalie Portman demuestra desparpajo y precocidad bien llevada delante de una cámara. Mientras que por otra parte Jean Reno parece alelado durante toda la película, Gary Oldman hace un papel sobreactuado y la dirección de Luc Besson es mediocre. La interpretación de algunos de los secundarios y extras son de risa. Podría haber llegado a ser una película notable o muy buena.