¿Qué tenían las pelis de puñetazos en los 80 que tanto nos gustaban? Mucha chulería con poco esfuerzo. El tío era super educado pero repartía hostias como panes. Era inteligente y educado, pero no le pinches que te la juegas, el colega era capaz de coserse sus propias heridas sin pestañear, pero no vuela porque tiene miedo a los aviones. Y ante una situación delicada, siempre prefería no pelear, pero claro, siempre estaba ese malo malote que si fuese bueno, sería como nuestro protagonista, pero es que es el malo malote, y ese, le pincha donde le duele. Estas pelis, también tenían una historia de amor que centraba la trama y en muchas ocasiones una amistad de esas que nos hacen sentir envidia... (Jo, como mola tener amigos así, que se la juegan por ti y encima son tan chulos como tú). Además... jo, es que te meto a Jeff Haley en la banda sonora y en la peli y ya te dejo flipando en el sillón. Si hasta tenían una escena de sexo con Otis Reddin de fondo... Si, las pelis de puñetazos de los 80, tenían encanto y sabían condensar una historia en poco más de hora y media. Ah si... también tenían peleas cojonudas.

Parece ser que a los remakes solo les importa esto último. Y pierden todo el alma. Todo es más grande que la vida y si no hay peleas espectaculares... parece que no hay peli. Por cierto... meter CGI en las escenas de pelea... no.

No me entendáis mal. este remake no me ha disgustado nada, pero parece que no han visto la original y alguien se la contado a los productores. Hay guiños que parece que están ahí para que los que vimos la original sonriamos con complicidad, pero están absolutamente fuera de contexto y es como si una vez acabado el guión, metiesen frases en medio sin que importe si tuviesen mucho sentido. Como muchas cosas que pasan, te quedas preguntándote ¿Por qué?

Tampoco sabemos de que va la pesadilla de su protagonista, es simplemente una pesadilla como la del original pero quieren que sea más dramático al no dar explicaciones, simplemente sabemos que el pobre hombre está atormentado por algo que hizo en su pasado.,.. Son cosas así las que me han hecho no gozar esta entrega de "Puñetazos ochenteros en el siglo XXI
".

PD: Las peleas CGI... En serio... ¿En serio?

Cassavetes nos presenta un mundo lleno de oscuridad, negro y denso como el alquitrán. Un mundo en el que si el fin no justifica los medios, estamos condenados antes de empezar el día. Un filme sombrio y muy violento donde no falta nada de lo más bajo del ser humano.

Algunos diálogos están tocados por la brillantez, dejando de muy manifiesto que el opio del pueblo todavía coloca. Pero en otras ocasiones todo se ve muy forzado y hasta estúpido. Entes casi sobrenaturales, como lo es el personaje interpretado por Jamie Foxx, apenas se explican, ni él, ni sus divagaciones morales. La química de ambos protagonistas, aunque buena, se antoja muy forzada, no se anda un camino desde A para llegar a B. Algo se pierde en medio y hay algunos momentos que no convencen. Todo esto puede deberse a un torpe guion, a una no tan brillante dirección, o a una edición poblada de cortes. La cinta no cuenta nada nuevo, bien podría tratarse de un producto de explotación de venganza rozando la serie B de los años setenta centrado en el 'satanic panic'. Una 'road movie' sombría en busca de esperanza, venganza y redención. Me chirría por momentos que el ya de sobras conocido 'camino del guerrero' va a saltos. Pero aun así me ha regalado un par de horas interesantes. De esas que cuando todo termina te quedas un poco 'chof' y necesitas reflexionar, sobre lo que acabas de ver.

La violencia salpica, es torpe y brutal, cosa que favorece mucho a la película. Y Maika Monroe, quien ya brillara en 'It follows', se come la pantalla en cada escena.

La historia tiene una fuerza brutal y es lo suficientemente oscura para encandilar. No sé por qué, pero aunque sin parecerse en nada, me ha recordado a 'COLD IN JULY' de Jim Mickle y a la infame '8MM' de Joel Schumacher. Está pintada con la misma sombría y nihilista pátina negra. Y aun con sus defectos, es un trabajo más que interesante.

Le falta oficio y ejercicio. Tiene muy buenas intenciones, pero el guion falla, aunque con un buen motor, torpe en su desarrollo y se le ven las costuras, es como si hubiesen rodado un primer borrador en vez de la versión final de su guion. Trata de crear tensión contando una historia en forma de puzzle, pero sin la maña de otras películas a las que se quiere parecer como "Us" o "Get out", y se le ve mucho el plumero en esto último. Y roza por momentos el estilo de Heneke en su "Funny Games". Por momentos consigue generar la atmósfera a la que aspira, pero se desinfla enseguida al carecer del ingenio de las anteriores, no sabiendo dosificar la información, en casos inexistente. Sorprendentemente, acierta con su final que, aunque predecible, es el único posible.

Nos encanta ver a Idris Elba vistiendo de nuevo su chaquetón. Luther, sin duda alguna, fue una de las mejores series policiacas de los últimos 15 años. Pero no es solo Luther quien hizo que la serie fuera sobresaliente, al menos en sus 2 o 3 primeras temporadas. Fueron unos guiones muy bien pensados y unas tramas muy corales, aunque el centro de todas ellas fuese Luther. El personaje era profundo y complicado. Una especie de Sherlock Holmes cruzado con Colombo. Un fuera de serie leyendo a los criminales, lo que pensaban, como eran. Y para que ello se hiciese patente en cada capítulo, sus personajes debían ser complejos y detallados. Luther, siempre al límite de la legalidad, pero midiendo milimétricamente sus acciones para así, no convertirse en otro psicópata más, como los que atrapaba. Siempre había algo que no se dejaba ver. ¿De verdad hizo esto, o aquello? La serie también nos ponía a nosotros a prueba, desde el primer capítulo.

Pues bien, nada de esto puede describir a esta película. Está bien, tiene sus momentos y salen Idris Elba y Dermot Crowley. Pero no hay subtramas, ni tensión. Solo un policía intentando detener a un tipo muy malo antes de que haga algo aún peor.

Una vez, leí que el largometraje de Luther sería el adiós al personaje. Coronar la serie con una película donde todo se acabaría y así Luther no tendría una continuación innecesaria. Pues bien, parece todo lo contrario. Tiene toda la pinta de ser el comienzo de una saga y el final de un personaje cojonudo.

Pacto de ficcionalidad: es el trato implícito en el proceso de cualquier narración, según el cual el lector o espectador se compromete a creer lo que la obra le está contando, siempre que el autor respete su creación y mantenga la coherencia en la narración.

Es gracias a esto que disfrutamos de vampiros, hombres, lobo, súcubos, íncubos, superman y la hormiga atómica. Si lo llevamos incluso más al límite, disfrutaremos inmensamente de la comicidad en alteraciones dramáticas de la historia, como ya pasó en «Inglourious Basterds» de Quentin Tarantino.

En definitiva, el pacto de ficcionalidad nos hace disfrutar de la imaginación de otras personas.

Es por lo cual, si la explicación a la adaptación de cualquier obra que difiera diametralmente de la original es lo suficientemente buena, nos dejaremos llevar, con gusto, por el camino que nos propongan. Así que… Ok, hagamos que Louis de Pointe du Lac, en vez de un esclavista, sea un proxeneta negro. Si nos fijamos bien, el cambio del entorno no altera de modo negativo la historia, si la adaptación es buena. Y en este caso, lo es. Lo que me rompe los esquemas es que tras hacer un trabajo tan exhaustivo, coloquen a un personaje negro en un entorno igualmente hostil para negros, nativos americanos y cualquier persona que no fuese blanca. Hablamos de un proxeneta con casa, familia adinerada y posesiones que además emplea a blancos y blancas para que le sirvan. No es que fuese imposible, seguramente el trabajo de documentación histórica por parte de la productora será veraz. Pero cada vez que veo a una persona blanca dirigirse a una persona negra y tratarla con respeto o incluso reverencia en aquella época, me saca totalmente de la historia. No me lo puedo creer.

En lo demás, seguro que la serie tiene un gran futuro. El espíritu de la novela y de su escritora está muy presente y tanto las actuaciones como la producción de la misma son exquisitas. El mejor Lestat desde 1994.