Diversas son las virtudes que destacaría de esta optimista película minutos después de disfrutar de su visionado.
Para empezar, comentar que se trata de un film que obliga a la reflexión no sólo del significado de la muerte (ajena y propia) sino también sobre la propia vida y de lo que hemos hecho con ella. Imprime al espectador la necesidad inevitable de reflexionar sobre el tramo final y eso, en una sociedad como la actual en que nos consideramos immortales (¿acaso se puede deducir otra cosa del hecho de que nos hipotequemos por una casa por mínimo 40 años?), considero que es una gran labor social.
Otro punto fuerte que me gustaría resaltar es el optimismo y la vitalidad con que se afronta la recta final, desmarcándose así de la tragedia habitual con la que nos han enseñado a crecer e interpretar en multitud de ocasiones.
Y como no hay día sin noche, como punto débil destacaría el hecho de que quizás peca de ingenua en la forma de tratar el sufrimiento físico y deterioro del enfermo terminal.

Marmorga

Antes que nada, una pregunta inocente: ¿Habría ido alguien a ver esta película si parte del "elenco" de actores no fuera hartamente conocido? es más, ¿se habría llegado a estrenar en la gran pantalla?
Sinceramente, nuestro cine necesita un poco de por favor, es decir, de dignidad y coherencia. El único atractivo de esta peli es Imanol y encima lo pierde a pasos agigantados a medida que transcurre la peli... La verdad es que detesto hacer lo que hice y es casi una máxima para mi el no hacerlo (por respeto a todos aquellos que hacen cine) pero es que tuve que abandonar la sala sin llegar a acabarla porque no podía tragar con ella, ni siquiera inhalarla... ¡totalmente infumable!
En fin, siento ser tan dura pero creo que es muy triste que se estrenen películas en cartelera sólo por el nombre de algún figurante.