Ayer, 30 de marzo, uno de los lugares donde se presentó la cinta de manera preestreno fue en Santa Cruz de Tenerife, donde reconocerán algunas escenas importantes rodadas en la isla de la película, como la lucha contra los escorpiones o Kraken, entre otras, en total un 25-30% del largometraje se rodó en las islas Canarias, repartido por Lanzarote, Gran Canaria, La Gomera, y la gran parte y contemplando las principales escenas, en Tenerife (quién haya visitado las Cañadas, las reconocerá, o Los Gigantes).
En cuanto a la crítica del largometraje, es fácil de comprender que es un blockbuster para Semana Santa. Argumentalmente, es insípida, si Laterrier y guionistas hubiesen hecho un mayor esfuerzo en cuanto la historia y dramatismo que contempla el original, estariamos hablando de algo más grande con lo que respecta la savia del cine, la historia. Me recuerda a Terminator Salvation en todo lo correspondiente de la labor literaria del film, absolutamente plano, con importantes carencias de drama, amor, tensión, ansiedad,... todas esas sensaciones que produce una buena película. No con ello, catalogo a este largometraje de malo, porque dentro de ese profundo error que sufren, como si de una infección se tratase, las grandes superproducciones, se puede hallar un atisbo del buen cine, un orden en la forma de contar las aventuras de Perseo, algo preescolar, pero suficientemente satisfactorio como para desbancar a Terminator Salvation o Hulk de Edward Norton, a lo que se refiere en guión y argumento. Eso sí, quién vaya a verla esperando efectos especiales, aquí tiene aproximádamente 145 minutos para hacerle sentir como un Frodo con su anillo. A criticar en la faceta técnica, como bien argumenta algunos periodistas, o mis gafas 3D no funcionan o la cinta es bastante oscura, con escenas diurnas casi igualmente iluminadas que las interiores (y mira que en el Teide, por mayo, hace un sol que raja las piedras). No está rodada, y se ve claramente comparándola con Avatar, con la técnica estereoscópica, en su lugar, han hecho lo mismo que en otras tantas películas, dar la sensación de profundidad que ya es algo cutre, después de visualizar la obra de James Cameron. A pesar de esta crítica casi destructiva del film, que no decaiga el ánimo a ir a verla, es un clásico de hoy en día, acción de superhéroes, con una historia griega, superando, para mi gusto a la original del 1981, a pesar de lastrar con la carga comentada líneas arriba en la faceta literaria. No es un Señor del anillo, pero, gracias al cielo, no es J. Connor y su T-800, esta a medio camino. A nivel técnico, lo dicho, excelente, pero en 2D cobra más vida y color.

Película sin sentido, argumento ya tópico del cine comedia-romanticismo. Hace honores de La boda de mi mejor amigo, sin profundizar ni sacar más leña del guión del film de Julia Roberts. Simplemente, copia, copia y más copia. Aunque seas seguidor de este género, que sepas, que el film que nos ocupa no cumple con ninguna de las expectativas consagradas para categorizarse mejor en el mundo cineasta. Dempsey se salva con una correcta interpretación, muy natural, Monaghan hace un papel ya visto, pero también logra salvarse. El único que no se salva es el productor, el guionista, el director y colaboradores. Les recomiendo, a los profesionales del film, que hagan una tesis de este género del cine, y verán que se puede sacar mucha más tajada.

Nunca antes en el cine, jamás, bajo mi humilde punto de vista, un film ha logrado lo que este ha hecho, hacerme llorar. Nos muestra de una manera casi documental, de un hombre, que subió del mismísimo infierno nazi, al cielo, del mal que su egocentrismo mostraba con el tango de inicio, a partir de ese momento, él, Liam, como Oskar, dejó su vida por salvar la vida de miles de judios, su egocentrismo, iva dando paso a un hombre bueno, pero con disfraz de malo. Un final de infarto, sus más de 3 horas hacen que llores, he sido cautivado las 5 veces que la he visto. Muy recomendable, muy dramático esa sensacióon que el director desea transmitir con las escalas de grises y destacando a la niña de rojo y por nombrar las cruentas escenas, no esacerbadas, que Spielberg quiere transmitir de la violencia nazi en la segunda guerra mundial. Ya tiene sus años, pero siempre, el gran cine permanecerá.

Para no dejarme impresionar la nueva tecnología 3D, y que esta me alejara de un juicio más raciocinio (en realidad es que sufro de ojo vago y no puedo visualizar este nuevo formato a no ser que sean salas IMAX, que en mi provincia no hay) decidí ir a ver este largometraje de Cameron en el formato normal, para así, poder hablar de la película de una manera tradicional, aunque volveré a verla en 3D para vomitarme de la cefalea que me da.
La historia en si misma no se aleja del concepto de Distrito 9, aunque un tema más ecológico. La comparo con Distrio 9 por el simple hecho de las grandes distancias que debemos de recorrer entre las diferencias que hay entre ambas cintas. Avatar es un producto taquillero que no logra abrumar su historia ni su simple guión, un inicio muy grato es el gran culpable, porque esperas que Cameron no caiga en convencionalismos, pero la tinta azul de los navi distrae la concentración de James del corazón de todo film. A pesar de todo ello, Avatar es una manera de un viejo director, de mostrar un cine clásico, sin dudas morales ni guiones absorbentes, añadiendo una nueva tecnología que pretende esperanzar al mundo del cine de evitar caer en desgracia, como ya lo hace la música. Los mejores efectos digitales de la historia, que perdurarán durante años como ya lo hace Crysis en su homónimo videojueguil. Banda sonora innovadora, pero no para oscarizar, usando piezas que nos suenan a Enemigo a las puertas, actores de dudosa actuación, que no logran transmitir el espíritu heroico, llegando a ser malos con ganas al lado de sus avatares digitales.
Antes comparé este film con Distrito 9 y comenté las diferencias, pues bien, la primera es que Distrito 9 es un épica del siglo XXI y Avatar es del siglo XX.

Uno de los mejores film de acción-fantasía de la temporada. Tremendamente buena, algo pesada hasta que Peter se vuelve oscuro, pero lo considero algo normal, por el simple hecho, de que el complicado guión, requiere una complicada introducción. De este largometraje se puede sacar las mejores escenas de la década, especialmente, cuando el Hombre de Arena, se convierte en tal monstruosidad y el proceso que conlleva adaptarse en aquella montañita de arena; segunda escena, brillante por el apartado técnico, es en el momento de que Spiderman rodea a Venom de esos tubos resonantes, esa cámara rotatoria con esas frecuencias de Fx que parecen reales, es soberbia. Comparada con las anteriores entregas, esta, se entusiasma en ser más floja en cuanto acción, pero se entiende, para conseguir más público, más real dentro de lo irreal, se quiere abarcar más campos con un film más ambiguo. Fallo grave, la poca presencia e importancia del archienemigo de Spidey, Venom.