Hay que ver la de piruetas que da esta peli para conseguir llevarte a la conclusión de que hay que vivir el día a día. El protagonista no se dará cuenta de ello hasta que vea su herencia genética en juego. La moraleja: hay que vivir el presente, puesto que si viajas al pasado, se te pueden cambiar los espermatozoides. Sin embargo, Richard Curtis ni siquiera puede mantener la coherencia de esta "subtrama principal" (esta película NO TIENE trama, sólo subtramas). Vamos a ver: el tío va al pasado para arreglar la vida de su hermana que ha perdido el norte (básicamente tiene como 23 años y todavía no está casada). La junta con su amigo, otro incel como él pero más pelirrojo. Entonces viaja al presente desde el pasado, cuando en teoría, no se podían hacer viajes al futuro. Al volver al presente ya no tiene a su hija Posy, en su lugar, tiene otro bebé no tan ario. Entonces el coach emocional que tiene por padre le dice: hijo los viajes al pasado te cambian los espermatozoides. Entonces el tío viaja en el presente pero a la otra línea temporal (xd) donde existe Posy y su hermana tiene un accidente.
Sin embargo, cuando va a nacer su tercer hijo, tiene que ir al pasado a despedirse para siempre de su padre (muerto en el presente) para que no se le cambien los espermatozoides. Simplemente no puede hacer lo mismo que hizo antes because no.
Por último quiero decir que la película deja pasar su mejor oportunidad para generar un poco de expectación en la audiencia, que habría sido, que la hermana se matase en ese accidente y dejase los sesos esparcidos por el asfalto. Eso quizá habría hecho que el protagonista se enfrentase por primera vez en su vida al conflicto y la frustración, y que tuviese que tomar alguna decisión a parte de la fecha de su mierda de boda.