A veces nos preguntamos qué sería de nosotros sin el cine, sin sus emocionantes historias y sin sus escalofriantes vivencias. Esta es una de esas veces. Puedes ser una persona que amé profundamente otras artes como la lectura o la pintura, pero si realmente te gustan las buenas historias acudirás al cine para que te las cuenten y para que te sumerja en otra realidad. Es lo que hace Bayona en 'Lo Imposible'. Nos deja claro que podemos estar años y años buscando la felicidad, pero que solo nos hace falta un solo segundo para perderla.

El espectador entra en la sala con la cabeza llena de opiniones de la gente que no ha podido evitar echar alguna que otra lagrima viendo el film, y entonces mantiene los ojos bien abiertos. Esta verdadera historia comienza como otras que pertenecen a la ficción, por que a veces lo más imposible es lo que acaba sucediendo. Poco a poco la historia y esa banda sonora tan ejemplar van profundizando dentro de nosotros y creando un sentimiento de tristeza que aumenta conforme nos vamos creyendo que lo que esta ante nosotros fue real un día no muy lejano. Y entonces, cuando menos lo esperamos, sucede. El espectador se siente parte de la historia y escenifica su pena con ese acto que tanto les cuesta reconocer a algunos: el llorar.

Ante esto, solo nos queda decir que se equivoca aquel que piensa que las grandes historias tienen que ser ficticias. Aquí se ha demostrado que no. Y para los que duden de la gran Naomi Watts, 'Chapeau', me quito el sombrero. Eso sí, si hablamos de actores, ni falta hace decir que los grandes aquí son los más bajitos. La cantidad de lágrimas que podemos llegar a echar es directamente proporcional al número de niños que aparecen en el film.

En definitiva, déjense llevar por esta lucha humana por la supervivencia, por el coraje de una familia y por el amor que se tienen, porque contra eso no puede ni siquiera una catástrofe de estas dimensiones. Siéntense, cojan su pañuelo y prepárense, porque el no llorar aquí es 'lo imposible'.

Desde que en el año 2005 viéramos al famoso director Christopher Nolan convirtiéndose en uno de los directores más aclamados de la época, no ha dejado de crecer como profesional en ningún momento. Este verano nos ha traído su nueva superproducción. Se trata de la tercera entrega de la saga Batman, titulada 'El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace', con la que nos ha vuelto a dejar absolutamente anonadados.

Las dos entregas anteriores ya nos habían demostrado la calidad y la experiencia cinematográfica que atesora este genio en su mente, pero como vemos se supera en cada trabajo. Ahora nos traslada de nuevo a la ciudad de Gotham, en la que, tras la muerte de Harvey Dent, nada ha vuelto a ser lo mismo. El héroe de la máscara no ha vuelto a dejarse ver desde entonces, y el multimillonario Bruce Wayne vive encerrado en su mansión culpándose de la muerte de Dent.

Aún así, los crímenes y la violencia no han huído de la ciudad. Un villano con muy pocos pelos pero con mucha maldad prepara un ejército desde el interior de las alcantarillas para tomar Gotham y hacerla propiedad de los delincuentes, y para ello consigue liberar a todos los presos de la penitenciaria. De esta forma, a Batman no le quedará otra que volver a las andadas, pero esta vez de la mano de una elegante y sexy Anne Hathaway, que aparecerá siendo una ladrona pero que terminará como la aliada principal del enmascarado.

Finalmente, podemos ver que la película tiene de todo. La lucha entre el bien y el mal en Gotham nos hace vibrar en todo momento. La única excepción que podemos hacer constar es la falta de un villano digno, ya que al final nos encontramos con otro villano más: una mujer de confianza de Wayne relacionada con el villano anterior y que termina por ser un auténtico comedero de cabeza para el protagonista. Se echó de menos al Jocker.

Aún así, el resto de elementos es para quitarse el sombrero: puesta en escena genial, efectos especiales brillantes, actuación magnífica (Freeman y Cane tan correctos como de costumbre), banda sonora espectacular...en pocas palabras, una auténtica maravilla de este genio llamado Nolan...

Así es. Los famosísimos Hombres de Negro vuelven a la gran pantalla para intentar adentrarse en su pasado y cambiar algunas cosillas que en el presente no van muy bien. Un troglodita muy malo a la par que muy feo anda suelto y amenaza con destruir el planeta Tierra. El gran Will Smith, tan magistral como de costumbre, viaja al pasado para eliminarlo y evitar así la destrucción del planeta y la muerte de su compañero Ka (Tommy Lee Jones, que va pidiendo ya un relevo a voces) en el presente a manos de dicho ser.

Con una trama ya conocida por parte de estas películas, el desarrollo de ésta nos conduce a un final más nostálgico de lo normal, en el que Jota (Smith) descubre una gran verdad sobre su pasado que hace que su relación con Ka se estreche mucho más. Y, sinceramente, no hay mucho más que contar. Los 'Men in Black' siguen dando guerra...a su estilo.

Quizás en próximas entregas nos cuenten qué le pasó a Ka en el pasado para que cambiase de una personalidad tan "soportable" a otra tan cerrada y gruñona. Lo que está claro es que no vamos a ver en ninguna otra saga la cantidad de bichos y monstruos raros que vemos en esta. Disfruten eso al menos...

El conocido y aclamado director Ridley Scott vuelve a la gran pantalla con un film bajo el brazo que promete, o al menos prometía. Tras sus grandes éxitos cosechados con 'Alien', 'Gladiator' o 'Blade Runner', este gran director inglés ha vuelto a rescatar una de esas grandes historias del cine que creíamos enterradas: se trata de 'Alien'.

Su fantasía y su amor por la ciencia ficción le ha llevado a trabajar en 'Prometheus', una película que llega a nosotros como el origen de la saga 'Alien', como el comienzo de la historia y la búsqueda de las respuestas que la humanidad ha intentado hallar desde siempre: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Por qué estamos aquí?

Desde el comienzo del film, el ritmo es un poco lento. Bajo el manto de acción y ficción con el que lo recubrieron, solo vemos a unos expertos en materia buscando el origen de todo. Afortunadamente y con las dudas que desde el principio nos transmite, la obra comienza a tener una intensidad más acelerada conforme la guapa y rebelde Noomi Rapace va tomando el mando. Poco a poco los protagonistas van entrando en el frío ambiente que les rodea, hasta que hacen un inesperado descubrimiento. Los seres que allí encuentran datan de 2000 años atrás, y resultan tener un ADN idéntico al nuestro, por lo que los toman como nuestros propios antecesores. Lo que no saben es que un mal terrorífico se esconde bajo esos cimientos, ya que esos seres que un día se supone nos crearon, ahora persiguen nuestra extinción.

Finalmente, tras un final poco esclarecedor y con una Noomi Rapace tan dura y fuerte como siempre, ésta huye hacia el planeta de nuestros antecesores, con el fin de hallar la respuesta a la gran pregunta: ¿Por qué unos seres que se supone un día nos crearon, ahora quieren nuestra destrucción?

Sin duda alguna, el film nos aporta demasiados misterios y nos aclara muy pocos. Son muchas las respuestas que se buscan, pero cada una de ella trae consigo un nuevo misterio. Al parecer, bajo una saga de diez se esconde un origen un tanto incierto...

Sin duda alguna, la saga REC será recordada como aquella que en su día EEUU intentó copiarnos viendo que el género zombie-romántico podía funcionar. Las dos primeras partes fueron un poco inestables en el sentido de no saber hacia donde enfocarlas, sin mucha idea del origen de ese extraño virus, y sin saber si quiera si era realmente un virus. Parece que en esta entrega, el gran Paco Plaza nos encarrila un poco mejor hacia el destino final que nos mostrara en la cuarta entrega Jaume Balagueró. Esta vez, de la mano de unos recién casados, vemos como empiezan a aparecer zombies y más zombies, hasta que en pocos segundos está todo el salón ceremonial hasta arriba de chupasangres.

Pero aún así, no es esto lo más sorprendente. Lo que realmente es destacable, y que no hemos apreciado en las anteriores entregas, es la increíble unión amorosa y emocional que hay entre los protagonistas, hasta el punto que al final del film, si no fuera por cómo están, podríamos pensar perfectamente que se trata de un drama amoroso. Hay amor, mucho amor...pero también hay sangre, mucha sangre. Vemos cómo cada escena chorrea literalmente de sangre. Paco nos mete una escena romántica en medio de otras muchas sangrientas. Es curioso el circo que nos cuenta, lleno de amor y bañado de sangre.

La libre circulación de zombies se pone de manifiesto. Tanto es así, que el espectador puede llegar a pensar que estamos viendo un "The Walking Dead" español. En conclusión, de una simple boda hemos armado una nueva entrega y le hemos dejado a Balagueró rienda suelta a la imaginación para una cuarta entrega que, visto lo visto, promete. Ya veremos si en la próxima hay tanto amor como en esta, porque hay algunos que piensan que el amor y la sangre no "casan" muy bien...